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Strad, un violinista rebelde enamorado de Asturias

Jorge Guillén actuará junto a su banda en el escenario de la Plaza Mayor a las 21.00 horas: "Es un espectáculo para pasárselo bien"

Por Redacción 12grados

«Es espectáculo para pasárselo bien. Tocaremos temas clásicos de la historia del rock el pop o incluso el flamenco además de algunas composiciones propias«, así define Jorge Guillén el show que dará junto a los otros cuatro músicos que conforman su banda en el escenario de la Plaza Mayor a las 21.00 horas.

Más conocido como ‘Strad’, Guillén es un virtuoso del violín que ha abandonado el frac tradicional de los conciertos de música clásica para cambiarlo por los vaqueros y las tachuelas. Su nombre hace referencia a la revista The Strad que le obligaban a leer sus profesores del conservatorio. Su contenido hablaba de cómo mejorar la técnica y de presentaciones puristas, en definitiva, todo lo que el joven Guillén «odiaba».

«Cuando nos ponemos el frac de los conciertos los músicos tendemos a volvernos muy serios, a mi me gusta divertirme con la música»

A este músico le acompaña siempre el sobrenombre de «el violinista rebelde» porque aunque considera que «la música clásica es maravillosa», siempre le ha gustado «jugar con ella y salir de los marcos». «Cuando nos ponemos el frac de los conciertos los músicos tendemos a volvernos muy serios, a mi me gusta divertirme con la música«, confiesa. No solo se reveló contra The Strad en su adolescencias, el espíritu rebelde que le caracteriza le llevó a hacer un cambio de vida radical que le ha permitido convertirse en el ‘Strad’ que hoy llena patios de butacas por todo el mundo.

Guillén tenía una plaza fija en la Orquesta Sinfónica de Madrid cuando, ante la confusión de su madre, decidió abandonarlo e invertir todos sus ahorros en este proyecto personal. Tocar junto a grupos como Los Secretos o Chambao le animó a explorar cada vez más géneros fuera de la clásica. Pero, sin lugar a dudas, si alguien ha influido en la música de ‘Strad’ es el también violinista Ara Malikian. «Lo tengo presente cada vez que me subo al escenario», afirma Guillén sobre el compañero y maestro al que ha acompañado en cientos de conciertos.

Hijo de padres músicos se subió por primera vez a un escenario con tan solo 4 años y a los 9 ya actuaba como artista profesional. La vida de Guillén está totalmente atravesada por la música y considera que es un «lenguaje universal» que nos permite traspasar fronteras. Ahora, que acaba de ser padre de dos niñas que inspiran todas sus composiciones,reflexiona sobre la importancia de la música en la educación y cree que «no se le da el espacio suficiente en las escuelas».

Hoy vuelve Gijón, el lugar donde dió su último espectáculo antes de que comenzase la pandemia, en el Teatro Jovellanos. Guillén se declara un «fanático de Asturias» y confiesa que la comida es una de sus mayores debilidades. No tiene dudas de que esta ciudad es el lugar ideal para disfrutar del buen comer.