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De los vecinos para el pueblo, así son las fiestas de Cimavilla

Calles engalanadas con decenas de figuras, ofrenda al Dr. Fleming, cucaña, juegos, cine y conciertos, los festejos del barrio alto vuelven a lo grande del 7 al 18 de septiembre.

Por Redacción 12grados

Los integrantes de la asociación de festejos del barrio de Cimavilla no descansaron hasta dejar los últimos preparativos listos para una de las fiestas populares más esperadas de la ciudad. Del 7 al 18 de diciembre los vecinos del barrio más antiguo de la ciudad acogerán a todos los que tengan ganas de celebrar con ellos después de tres años sin festejos y una pandemia. Las calles engalanadas con motivos marinos serán el escenario principal de la fiesta a las que se suma una gran carpa con tres barras situada en el anfiteatro del Cerro de Santa Catalina.



Carpa de las fiestas de Cimavilla situada en el anfiteatro del Cerro.

La escritora e historiadora Pilar Sánchez Vicente fue la encargada de inaugurar las fiestas con un emotivo y reivindicativo pregón. En su discurso no faltaron las reseñas a las mujeres del barrio de Cimavilla y sus luchas, así como una reivindicación a las figura de Josefa de Jovellanos. La escritoras dió un tirón de orejas al Ayuntamiento por no haber puesto en marcha aún un autobús que llegue hasta el barrio alto. Terminó su discurso inaugurando una fiestas que se celebran sin petardos, de ninguna clase, para no perjudicar a los perros del barrio.



Los vecinos ultiman las preparaciones de la fiesta.

Con un presupuesto que ronda los 100.000 euros los organizadores de la fiesta no se han dejado nada en el tintero para el regreso de la esperada fiesta. En las plazas de la Corrada, Lavaderu, La Casona y en la cuesta del Cholo una decena de conciertos se suman a las actuaciones del festival ‘Al resve’. Este año las fiestas de Cimavilla y el festival comparten fechas y escenarios para darle a las celebraciones gijonesas un toque de folk asturiano. “Nos da mucha vida meter un poco más de cultura y que no sea todo rock y pachanga”, celebró Omar López, presidente de la comisión de festejos.

En la carpa principal también se celebran conciertos de rock, sesiones vermú acompañadas de Djs locales y verbenas con orquestas típicas del verano como Assia, Marsella o Grupo Eleven, entre otras. Para dar un poco de descanso al cuerpo las noches del domingo 11 al miércoles 14 las verbenas se sustituyen por noches de cine en la gran carpa. Vuelven también otros clásicos de las fiestas como la cucaña situada en el puerto el sábado 10 a las 17.00 horas, la comida vecinal, los juegos infantiles y la chocolatada que se celebrarán el sábado 17. Como no podía ser de otra manera el fin de fiesta se conmemorará con la tradicional ofrenda floral al Dr Fleming y una gran parrillada en la carpa central


Decoraciones de la fiesta en la calle Recoletas

“No hemos puesto todo lo que nos gustaría, pero estamos contentos”, confesó Omar López. Hace tres años decidieron dejar de organizar las fiestas ante un desencuentro con la organización municipal. El principal problema que aquejan es la falta de un espacio con el tamaño suficiente tanto para elaborar las decoraciones como para almacenarlas. También es una cuestión de dinero. Estiman que pueden recibir unos 4.000 euros de subvención pero aún tienen que esperar a que ésta sea aprobada. “Hacer esto requiere mucho esfuerzo. Hay quien vende las fiestas a alguien y ya está. Si ayudaran más a gente como nosotros las fiestas serían del pueblo”, reclamó López. “Aquí todos trabajamos gratis, somos vecinos. El beneficio que se queda es para que el año que viene se hagan más fiestas”, prosiguió.


La ofrenda a fleming en el diario ‘La Voluntad’, 19 de septiembre de 1988.

Con mucho esfuerzo y sorteando obstáculos hasta el último minuto las fiestas han regresado al barrio. “No pudimos cerrar el programa hasta el final”, relató López. “Queríamos abrir en el Cerro un espacio nuevo donde hacer conciertos de grupos que están empezando pero no nos dejaron, dijeron que era suelo no admisible, entonces tuvimos que cancelar muchos conciertos y otros reubicarlos”, explicó. Omar López y el resto de los vecinos que integran la comisión impulsaron el retorno de las fiestas hace seis años empujados por la nostalgia de tiempos mejores, “cuando las fiestas molaban antes de convertirse simplemente en una orquesta y una barra”. Se pusieron manos a la obra por devolver al barrio lo que siempre había sido suyo. Las medusas, tortugas, gaviotas y globos de papel que engalanan estos días el barrio, más que una decoración son el reflejo del amor de los vecinos y vecinas de Cimavilla por su historia y su ciudad.


Las fiestas en el diario ‘La Voluntad’, 17 de septiembre 1961. El pie de foto reza: » La calle Rosario profusamente engalanada. Pese a la lluvia y las cancelaciones Cimadevilla siguen en fiestas. Y cuando ‘los playos’ se meten en juerga saben hacer las cosas bien y con gracia.»


Decoraciones actuales en la calle Rosario

Todo comenzó allá en los años 60 de la mano del conocido como ‘el primer chino de Asturias’, Hsiao Niu Wei Yang, ‘Chaoyo Wei’ para la mayoría, cuya casa es ahora la sede de la asociación de festejos. Aquella casa que vio pasar a personajes tan célebres del barrio como el mítico Rambal, fue también el lugar donde nacieron las fiestas. Con su afición y su destreza para la papiroflexia empezó a decorar su casa con figuras y farolillos y la afición se contagió rápidamente a todos los balcones para convertirse en tradición.


La Casa del Chino, con Chaoyo Wei en el balcón y en la parte baja el Mesón. | Gonzalo del Campo y Castillo (Museú del Pueblu d’Asturies)


Aspecto actual de la Casa del Chino.