La Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida, es una organización sin ánimo de lucro que desarrolla proyectos para luchar contra la exclusión social a través del trabajo en red y la formación en TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). En representación de esta sociedad y en el marco del Encuentro Estatal de Participación celebrado en el Antiguo Instituto durante la semana, dos de sus técnicos, Diego Taboada y Guillem Porres (Barcelona,1983), dieron una charla llamada «Brechas digitales y participación. Retos y oportunidades«. Porres lleva casi 7 años dentro de la Fundación Esplai, por lo que conoce ampliamente el alcance, circunstancias y variedad de tipos de brecha digital.
Guillem Porres durante una conferencia
– ¿Cuán es el trabajo de la Fundación Esplai?
-La Fundación Esplai lleva ya más de 20 años trabajando por la creación de una ciudad comprometida desde el ámbito del tercer sector a través de la transformación digital haciendo especial hincapié con el colectivo de las personas más jóvenes. En esta organización siempre decimos que lo digital es un medio y no un fin. Trabajamos en la inclusión a través de las tecnologías, viendo el potencial creativo y transformador que tienen para las personas.
– ¿Es la brecha digital un problema moderno?
-La brecha digital, al final, es una expresión más de otras serie de brechas y desigualdades que siempre caen sobre los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad. Ahora la brecha digital ha cogido más nombre por la pandemia. Nos tuvimos que encerrar en casa y en muchos casos trabajar desde allí mediante lo digital, y esto ha puesto de manifiesto viejas brechas que ya teníamos identificadas, especialmente en entidades del tercer sector. Brechas de acceso, es decir, de tener o no tener acceso a un dispositivo; brechas también de uso, saber o no utilizar un determinado software
– ¿Cuál cronsidera el principal motivo de esta brecha digital? La edad, el carácter socioeconómico, el geográfico… -Recientes estudios señalan que hay una brecha genercional importante de personas mayores de 55 años, también la hay de género con las mujeres que tienen esta edad y también es importante el status socioeconómico, no solo por la capacidad de acceder a dispositivos, sino por la capacidad de poder acceder a la formación para usar algo que hoy en día es una prioridad. Amenudo nos olvidamos del aspecto emocional de esta brecha, es decir, la necesidad que siente o no una persona de acercarse a según qué tecnologías. De esta manera se crea una distancia entre la digitalización que nos demanda una sociedad conectada y la sensación de quedarse al margen, que podríamos llamar la marginalidad burocrática o digital de ciertas instituciones. – El XV Encuentro de Participación trata no solo sobre la pobreza sino también sobre la exclusión social, ¿la personas ajenas al conocimiento digital está excluidas socialmente? -Es una capa más sobre una lluvia de desigualdad que cae sobre las mismas personas. Encontramos registros muy claros de que sobre determinados estamentos socioeconómicos no hay esa brecha porque hay acceso, formación y educación mientras que en otros estamentos no lo hay. Si a esto le sumamos ahora la subida del nivel de vida, que provoca que la dificultad al acceso de bienes y servicios sea mayor aún, esto hace que la brecha se amplifique más. – ¿Cuál es la solución a corto plazo para minimizar esta distancia? -No tenemos una solución mágica ni la tendremos pero sí que creemos que es una tarea social donde deben estar vinculados todos los sectores. Se debe trabajar desde el tercer sector, desde la propia ciudadanía pero también desde el mundo de las empresas y las universidades. Ir todos a una en un frente común que es llevar el acceso a la digitalización de estas personas a través de unas tecnologías más amigables y que faciliten el acompañamiento, la asesoría y la información. Para poner un ejemplo, el proceso que se hizo en las bibliotecas para la alfabetización digital de las personas. – ¿Qué cuestiones trataron en la jornada? -Estamos principalmente con el tema de la participación. Al participar diferentes delegaciones de EAPN España, que son la viva voz de personas que se encuentran en estos ámbitos, tratamos las diferentes opiniones y temáticas sociales y económicas que han ido saliendo. – ¿Es escuchar la participación de la gente y sus opiniones el primer paso para solucionar estos problemas? ¿Cómo de importante es que se realicen jornadas así? -Claro, al final escuchar las ideas y opiniones de la gente puede ser un reflejo no solo de problemáticas, sino también de soluciones. A veces la solución está más cerca de lo que pensamos. En una idea, un apunte…y estas jornadas además tienen una permeabilidad muy amplia con gente de todas partes de España. Son muy importantes, sí. – ¿Qué proyectos tiene puestos en marcha Esplai y qué propuestas pretende ejecutar en el futuro? -Ahora mismo estamos muy cerca del tercer sector con programas que son un acompañamiento a la digitalización de entidades por toda España. También estamos muy centrados en los programas de género y TIC, en salvar la brecha digital de género,que cada vez más mujeres se interesen por el ámbito digital y no dejar a nadie atrás en ese sentido.