12grados

Sin cookies. Sin anuncios. Sin coste.

Yolanda Díaz suma muchas promesas durante su vista a Cimavilla: «Sí, me comprometo. El asturiano tiene que ser lengua oficial»

La vicepresidenta se reúne con la ciudadanía xixonesa dentro de su gira asturiana de 'Sumar' y responde a las preguntas de las trabajadoras del SAD.

Por Redacción 12grados

Pasadas las 18.00 horas del viernes 7 de septiembre Yolanda Díaz llegó al entorno de la pista polideportiva de Cimavilla, mientras cientos de personas ya la esperaban dentro. Tres coches irrumpieron en el skate-park del complejo y la Vicepresidenta Segunda se dirigió hacia la cubierta sin detenerse a hablar con la prensa. En el camino de entrada al polideportivo unos pocos protestaban contra la ministra, pero el ruido que hacían era insignificante frente al murmullo de los que la esperaban. Yolanda Díaz visitó Xixón dentro de su gira asturiana para presentar el proyecto Sumar, una iniciativa de escucha ciudadana para construir un “nuevo país”. Después de recorrer las cuencas y reunirse en Piloña con Rodrigo Cuevas para conocer su proyecto de La Benéfica, Díaz tomó un café con la alcaldesa Ana González en el Toma3 y terminó conversando con la ciudadanía en Cimavilla.

Yolanda Díaz llegando a Cimavilla.

En este mitin estuvo acompañada de figuras xixonesas que representaban distintas esferas de la sociedad. La primera en intervenir fue la escritora Marta Mori y lo hizo en asturiano, pues el mensaje que tenía para Díaz era precisamente que nuestra lengua debe ser oficial. Es más, aportó varios datos de esos que “a Yolanda le gustan”, como que “con una llingua oficial el presupuestu dedicáu a la televisión rexonal sería d’un 30% más y traduciríase en 200 puestos de trabayu”. Le siguió el único hombre que integraba la comitiva, Álvaro Díaz, el mítico médico del Natahoyo que habló, por supuesto, de sanidad. Aseveró que “la salud ha pasado de ser un derecho a ser un bien de consumo” porque la sanidad pública “se está deteriorando” por la falta de personal. La arquitecta Laura López reivindicó la ciudad de 15 minutos, ese modelo al que llevan los planes de urbanismo que crean barrios “en los que pasa de todo” y la actividad económica no está dividida por zonas. La capitana del equipo de jockey Telecable, Sara Lobo, y la representante de las asociaciones de vecinos, Maite Martín, fueron la últimas en intervenir y ambas lo hicieron reivindicado el papel de la mujer en el futuro de España.

Aurelio Martín entre el público del acto de Sumar

“Sí, Marta, me comprometo. El asturiano tiene que ser oficial”. Con esta promesa arrancó Yolanda Díaz un discurso que estuvo lleno de otros muchos compromisos con la ciudadanía asturiana. Insistió en la necesidad de fortalecer la industria y promover una transición ecológica sensata que permita crear puestos de trabajo. “Es una gran asignatura pendiente en nuestro país y de esto va Sumar. Hay un grupo trabajando en un modelo de industria para Asturias”, anunció. Dentro de los distintos equipos que integran Sumar hay cuatro asturianos, Rafael Cofiño en el área de salud, María José Rico en la pesca, Agustín Menéndez en cuestiones europeos y Cesar Rendueles, al frente de derechos sociales. Sin embargo, ninguna de estas cabezas parece posicionarse de cara un futuro proyecto político para Asturias, pero Díaz no dudó en terminar su discurso pidiéndole a los asturianos que sumen.

Yolanda Díaz dando su discurso.

No solo habló de promesas, sino también de las conquistas que ha logrado como ministra de Trabajo en el gobierno de coalición. “Lo he pasado mal, he tardado nueve meses en sacar la reforma laboral. He tardado ocho en la reforma de las trabajadoras del hogar, de la que más orgullosa estoy. He mantenido negociaciones durísimas sobre el trabajo de los riders…”, relató “pero hemos sido capaces de bajar la temporalidad un seis por ciento porque creemos en ello”. A pesar de estas grandes reformas aún quedan muchas en el tintero y eso le recordaron algunas ciudadanas durante el turno de preguntas. No hubo muchas, porque los discursos previos se comieron el tiempo, solo seis personas pudieron levantar la mano y recibir una breve respuesta de la líder de Sumar. Montserrat González tiene un familiar a su cargo y sabe de las penurias a las que se enfrentan las familias en esta situación. “Estamos ahogadas, a veces las personas se mueren sin que se hayan resulto los trámites administrativos para obtener las prestaciones económicas”, contó González que sabe que la ley de Dependencia es de competencia autonómica, pero considera “que se deben poner unas pautas desde el eje central”. Díaz concordó con ella y también reivindicó la necesidad de garantizar la calidad de los cuidados desde el ámbito público, lo mismo que respondió a las preguntas que Carmen Diego le lanzó como representante de las trabajadoras del Sistema de Ayuda a Domicilio (SAD).

Montserrat González.

Carmen Diego, portavoz del SAD.

“Esas son las cosas que me pasan a mí, que tengo cosas en la lista, pero no las puedo sacar”, lamentó Yolanda Díaz sobre el proyecto para convertir el SAD en un servicio público. Las trabajadoras querían respuestas, no solo “promesas indefinidas”, pero Díaz insistió en que como miembro del Gobierno no puede “desvelar donde están los problemas” para sacar adelante la reforma. La excusa no satisfizo a Carmen y sus compañeras. “Son muchos misterios y nosotras lo que necesitamos es claridad, necesitamos hechos y no solo promesas”, afirmó. Otra de sus peticiones históricas es la redacción de una ley para la prevención de riesgos en los domicilios sin la que sus enfermedades laborales no son reconocidas y son diagnosticadas como enfermedades comunes que, entre otras cuestiones, impiden la reducción de la edad de jubilación por cuestiones de salud. “Nosotras mismas hicimos un trabajo para demostrar que es posible evaluar los riesgos en domicilios a partir de identificar nuestras lesiones y enfermedades profesionales”, contó Diego y así se lo trasladó también a Díaz, tanto en público como en privado. “Permítenos soñar alguna vez, porque hasta ahora están rompiéndosenos los sueños”, le dijo Diego a Díaz mientras otras decenas de personas se agolpaban unas sobre otras para tratar de conseguir uno segundos junto a la ministra que con promesas cumplidas o por cumplir, en Cimavilla demostró su capacidad para despertar pasiones.

Yolanda Díaz abraza a una de sus seguidoras mientras otros muchos las rodean.