El regreso del ocio nocturno ha hecho aumentar la incidencia del coronavirus en España, que el viernes pasado alcanzaba los 153 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, los expertos no vaticinan un aumento de las hospitalizaciones, sino que la presión asistencial recaerá sobre la atención primaria.
La atención primaria se enfrenta pues a una saturación consecuencia del aumento de los casos, la carga de las labores de rastreo, seguimiento de contagiados y residencias, así como las propias vacunaciones, que las enfermeras están compaginando con la atención a los pacientes.
Algunas comunidades como Cantabria, que ya cerró durante el fin de semana el ocio nocturno en 16 localidades, o Navarra, que planea limitar su apertura hasta la 1:00, ya están aplicando nuevas restricciones para detener el avance de la pandemia.