«La precariedad y la pobreza avanzan sin control, el 25% de los jubilados no alcanza los 600 euros al mes con su pensión. Miles de jubilados y jubiladas cobran pensiones mínimas y no contributivas de 421,40 euros. Si a esto sumamos el desempleo y los contratos precarios, estamos ante una situación social dramática, por eso debemos agrupar fuerzas», leía ayer Vicente Juidía, representante de «Pensionistas de Asturies», en un comunicado que cerraba la manifestación realizada entre el paseo de Begoña y el Parque de la Fábrica del Gas por cientos de pensionistas de toda la región que protestaban contra la carestía de la vida y los pocos recursos de los que se les dota para afrontarla.
Ellos y ellas declararon que no luchaban solo por los que estaban allí, sino también «por el futuro de sus hijos y nietos, que se ven obligados a irse de la región». Según los últimos datos oficiales, en Asturias hay un total de 270.675 pensionistas, entre los cuales, se han repartido 382,76 millones de euros según números de abril de 2022,lo que supone un aumento del 5.1 % respecto al mismo mes hace cinco años.Sin embargo, también ha subido el IPC en Asturias, y de manera notable, pues la cesta de la compra hoy es un 13.5% más cara que el año pasado y la electricidad, el gas y los alquileres, un 23%, por no hablar de la gasolina que ronda el 50% de subida*.
Marcha de los pensionistas a su salida en el Paseo de Begoña
«Esta carestía impacta sobre todo en las capas más populares de la sociedad» aquejaba Juidía. Él era uno más de las más de doscientas personas que se congregaron ayer para manifestarse. Juntos formaban la agrupación ‘Pensionistas de Asturies’. «Viene gente de muchas procedencias. No queremos entrar con siglas. Las pancartas que encabezan la manifestación van sin ellas, luego sí que las hay también de la APG (Asociación de Pensionistas de Gijón) o de cualquier otra asociación, pero lo suyo es abrir la convocatoria a todos los pensionistas y a toda la ciudadanía», explicó Fermín Casatejada, otro de los integrantes de la manifestación. Con esta nueva propuesta, que se suma a la ya habitual protesta semanal de la APG todos los jueves en la Plaza Mayor, planean aunar fuerzas para hacer aún más ruido. Pretenden que sea algo mensual y ya tienen prevista la siguiente marcha para la última semana de octubre, de nuevo partiendo desde el Paseo de Begoña.
Acompañados por la música de la charanga «Ventolín» y bajo la lluvia intermitente, la manifestación mostraba carteles con las exigencias de los protagonistas. Al grito de «que no nos cuenten milongas», los manifestantes arremetieron contra la privatización de la sanidad y pidieron la defensa de los servicios públicos de calidad. Entre sus reclamos se encontraba la defensa de unas pensiones dignas y coherentes con el nivel de vida y la inflacción actual. En sus procalmas también cargaron duramente contra empresas energéticas y los políticos. Según expresaron durante la marcha, la reforma de los precios de la energía «exige, entre otras medidas, establecer y regular los precios en función de los costes reales de generación de electricidad y no dejarlo en manos del mercado,sino en manos estatales, así como cerrar las puertas giratorias, no puede ser qe personas que han formado parte del gobierno entren después en la administración de estas empresas». Tampoco se libró de su crítica la banca, especialmente el Banco de España, que «pretende reducir costes en lo público para aumentar sus beneficios», exclamó Juidía.
Los manifestantes llegando a la Plaza del Gas
«Si tanto les preocupa nuestra situación, ¿por qué no permiten que un órgano independiente realice una inspección de la caja de las pensiones?», continuó el portavoz, que alegó que entre 1989 y 2013 en España «se dilapidaron más de 100.000 millones de euros procedentes de la hucha de las pensiones en gastos impropios de la seguridad social, cargándose de forma ilegal los excedentes de cotización que tan bien hubieran venido en estos años de crisis y paro».
Los pensionistas también mostraron su apoyo a las trabajadoras del SAD y a los afectados por los ERE de Duro Felguera y Arcelor, así como a «los trabajadores de contratas que desde hace años trabajan para empresas multinacionales y son esclavizados por el contratista, como es el caso de Amazon, aunque la lista es larga»,manifestó Juidía, que finalizó animando a que la presencia en la calle siga siendo «numerosa, fuerte y sostenible en el tiempo para mantenerse unidos y agrupar fuerzas». Como ya empieza a ser tradición en muchas protestas populares, la música de ‘Bella Ciao’ cerró un acto que pretende hacer más ruido aún el mes que viene cuando se repita.