Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, ha explicado ante los medios de comunicación que la Policía no le avisó de que la declaración del denunciante por supuesta agresión homófoba era poco sostenible e incoherente. El ministro ha puntualizado que continuará coordinando la lucha contra los discursos de odio.
Grande-Marlaska ha pedido «no banalizar» los delitos de odio como consecuencia de la falsedad de esta denuncia. El ministro ha reconocido que la situación no ayuda a los intereses del colectivo LGTBI. Presentar denuncias falsas puede ser castigado con hasta un año de cárcel.
Pablo Casado, líder de la oposición, ha pedido la dimisión de Fernando Grande-Marlaska y ha reprochado al Ejecutivo que utilice los delitos de odio para señalar a otros partidos. Casado ha puesto como ejemplo la carta con una navaja recibida por una ministra durante las elecciones de Madrid, que según él mismo fue utilizada con intereses electorales.