Miguel Queixas es el batería de la banda bROTHERS iN bAND, un tributo al grupo Dire Straits que revolucionó la escena del rock británico en la década de los 80. En 1992, la formación liderada por Mark Knopfler actuó ante 42.000 personas en el Molinón durante la gira «On every Street». Hoy, este grupo formado por siete músicos gallegos, un asturiano (y playo) y un italiano recrearán aquel mítico concierto sobre las tablas del escenario de Poniente a las 23.00 horas. Queixas promete, como regalo a los fanáticos de la banda, que tocarán también un clásico de los Dire Straits que no llegó a sonar aquella noche.
– En el concierto de hoy ¿se revivirá la noche del 22 de agosto de 1992?
Lo que hacemos en este show es recrear todo del concierto de hace 30 años. El escenario, la escenografía, la instrumentación… Sacamos entre unas 10 y 12 guitarras idénticas a las originales. Algunas que ya no se pueden conseguir se la encargamos a un luthier que las replica utilizando los mismos materiales y siguiendo los modelos de la época.
– ¿Es casualidad que actúen en Gijón en el aniversario de los 30 años?
No. Lo que estamos haciendo con este espectáculo, “On Every Street Tribute Tour”, es visitar todas las ciudades españolas por las que el show original pasó en el 92. Hemos hecho ya casi todas, solo nos faltan Gijón y Cáceres. De hecho, en octubre, vamos a hacer el show de Zaragoza que fue el último de la historia del grupo.
«Lo que más importa, es lograr recrear las emociones. Una camisa del año 90 puedes comprarla en cualquier lado, pero no existe una fábrica de emociones».
– ¿Cómo se prepara una gira tributo?
Cada espectáculo tiene sus condicionantes. Para este show contamos con grabaciones públicas, privadas, videos de gente que grababa con su cámara… Lo que primero que hacemos es la parte musical. Luego la escenografía que requiere muchos ensayos, vestuario, instrumentos… Pero lo que más importa, es lograr recrear las emociones. Una camisa del año 90 puedes comprarla en cualquier lado, pero no existe una fábrica de emociones. Eso es lo más difícil de conseguir, pero es lo que nos mueve a crear estos
espectáculos.
– Además de a los nostálgicos de la banda, ¿esas emociones atraen a nuevos adeptos?
Sí, por supuesto. Vemos abuelos que vienen con sus hijos de 50 años y a los 50 venir con sus hijos de 25. Hay parejas de novios de 20 años y parejas de 60. Hemos visto tres generaciones emocionarse juntas, es espectacular. Nosotros somos unos vehículos, nada más, unos vehículos de transmisión de sentimientos. No somos Dire Straits, ya salimos de casa con eso aprendido, pero que alguien cierre los ojos y pueda maginar que lo somos por un rato es muy bonito. Nuestro objetivo es que el público se lo pase bien.
– ¿Cómo surge la idea de hacer un grupo tributo?
Surge por que te gusta, ya está. Acabamos de firmar por una gira de veinte conciertos en Holanda, eso nunca estuvo en el plan. Cuando comenzamos en 2007 no imaginábamos que giraríamos por todo Europa ni que nos convertiríamos en el único grupo homenaje de España que haya girado por Holanda, Francia, Portugal, Alemania y Luxemburgo.
– ¿Tienen como objetivo llegar también a Inglaterra, la casa de Dire Straits?
Más que un objetivo es un camino. Es nuestra asignatura pendiente y estamos trabajando en ello.
– ¿Hay alguna gira o canción a la que le tengan especial cariño?
Sí, “Telegraph Road”. Es una canción icono para todos nosotros, junto con “Tunnel of Love”. Son canciones que, depende de la época, Dire Straits hacía una versión diferente. El “Tunnel of Love” de la versión de estudio no se parece nada al del directo de “Alchemy” ni al de “On Every Street”. Estas dos canciones son las que más nos gusta tocar, sea cual sea la versión de la época.
– ¿Podrán escucharse en el show de Gijón?
Desde luego. Hoy tocaremos las mismas canciones que en el concierto del 92 y una más. Una clásica del grupo que no tocaron en aquella ocasión. Y hasta ahí puedo contar…