La burbuja de los festivales sigue creciendo un verano más. Mientras que algunos se consolidan como los favoritos del público, “los míticos”, a los que no se puede faltar, otros nacen con la apuesta de ofrecer algo diferente, con nuevos nombres a descubrir en sus carteles. Y lo mejor de todo, sin salir de la tierrina.
Asturies ha conseguido en los últimos años lo que hace una década parecía impensable: convertirse en el paraíso de los festivales con ofertas de todo tipo. Desde un Boombastic que este año ha superado todos los récords, a una de las ediciones más reivindicativas del Tsunami Xixón, pasando por la escena más independiente en Uviéu con el Vesu. Citas del verano ya consolidadas que demuestran que los festivales en Asturies ¿han llegado para quedarse?
Como deseo de ser parte de esta nueva ola o seguir expandiendo su propia burbuja, algunos promotores deciden crear nuevos eventos, alejados en ocasiones de lo mainstream, incluyendo en su cartel nombres de artistas locales o mezclando a los pequeños grupos con bandas con una amplia trayectoria. Pero, ¿qué ocurre cuando las cosas no salen cómo uno esperaría? ¿Tienen todos los artistas las mismas oportunidades? Los problemas técnicos, las cancelaciones de última hora y los inconvenientes son el pan de cada día de muchos festivales y conciertos en los que las cosas se tuercen. Más aún de aquellos eventos que cuentan con menos presupuesto o que se preparan a contrarreloj para cumplir con los horarios establecidos. Quevedo en Metrópoli el año pasado, que acabó siendo sustituido por Recycled J, o Sebastián Cortés en la pasada edición del Ewan Day de Salinas son algunos ejemplos de que estar en un cartel no siempre asegura a un artista poder tocar ni al público poder verlo. Pero ¿qué pasa con quienes están dando sus primeros pasos en la música?
Conciertos del Festival Sounday 2023
El Sounday cancela “por problemas técnicos” a los artistas emergentes
No hace falta viajar mucho en el tiempo para verlo. Xixón, epicentro de festivales. Parque de los Hermanos Castro. Domingo. Una premisa sencilla: una tarde llena de conciertos ‘non stop’ hasta la medianoche con un cartel que soñaba en grande gracias a nombres como Vetusta Morla y Viva Suecia, pero que también velaba por lo local y lo pequeño con grupos como Menta, los asturianos Mardom y varios Djs. Desde su anuncio, el Sounday, celebrado el pasado 16 de julio, generó grandes expectativas entre el público, pero también cierto malestar con el precio de unas entradas que salieron por tramos desde 29,90 euros a los 50 que pagaron los últimos en conseguirlas.
Pese a ello, las entradas casi se agotaron y el domingo cientos de personas fueron llegando a un festival aún vallado y en construcción donde se encontraron con un retraso en la apertura de casi dos horas, anunciado vía correo electrónico. La impaciencia no se hizo esperar y mientras que algunos dejaban comentarios en la cuenta de Instagram del festival, otros preguntaban incesantemente en las taquillas cuándo podrían ver a sus grupos favoritos. Dentro, tras las vallas, aún se estaba colgando la lona que decoraba la parte superior del escenario y se estaban realizando pruebas de sonido, mientras los músicos esperaban en sus camerinos.
“La experiencia fue regular, tirando a mal. Fuimos para allá a la supuesta hora de apertura y la habían retrasado, y luego volvieron a atrasarlo desde las seis hasta las ocho”, cuenta Yoel Iglesias, que en el último momento rescató la entrada de una amiga que no podía asistir. La organización alegó problemas técnicos, en lo que insisten semanas después del festival ante las preguntas de la prensa, y que hizo que a las 20.00 horas por fin se abrieran las puertas después de que muchos asistentes tuvieran que “dar vueltas por Gijón para hacer tiempo” y calmar unos ánimos en ebullición. Algo que se demostró en la incesante demanda de hojas de reclamaciones. Pero Mardom no abrió el festival. Ni Menta. Ni los dos Djs programados consiguieron actuar. “Íbamos a ver a unos amigos que actuaban y los cancelaron. Al público no le dijeron nada”, explica Iglesias quien preguntó a la organización vía Instagram por los artistas cancelados sin obtener respuesta.
Viva Suecia en el Sounday
Viva Suecia y Vetusta Morla sí actuaron, levantando los ánimos y haciendo que el público se olvidase poco a poco de lo sucedido. Los primeros, incluso, pidieron un aplauso «para los grupos que no han podido actuar hoy2, mientras que los segundos reivindicaron la cultura y su defensa.
Lo ocurrido es una de las tantas consecuencias que supone apostarlo todo al arte cuando algunos nombres sólo pueden aferrarse a la ilusión de ser vistos.