Los ojos son el espejo del alma. Son capaces de transmitir emociones con tan solo una mirada. En la exposición fotográfica que se inauguró el 14 de septiembre en el Museo Barjola, ‘Mujeres del Congo. El camino a la esperanza’, su autora, la reconocida fotógrafa Isabel Muñoz, ha conseguido retratar a la perfección el sentir de una selección de mujeres de la región Kivu Sur, en el este de la República Democrática del Congo. Rostros femeninos que cuentan la historia de muchas otras que, consecuencia del inacabable conflicto armado en el que está inmerso su país y del machismo, son impunemente abusadas y agredidas sexualmente. Ojos que relatan experiencias de dolor. Pero también que cuentan sentimiento de lucha, de supervivencia y de dignidad. Porque esta exposición no es una exposición sobre víctimas. Es una exposición sobre heroínas.
Según datos de Naciones Unidas, en el año 2021 y a raíz de la guerra, se registraron un total de 1016 casos de violencia sexual, de los cuales,544 fueron sufridos por mujeres adultas y 459 por niñas. Un escenario de gravedad extrema contra los derechos humanos y fundamentales y que, en la exposición, se explican mediante los textos de la periodista congoleña Caddy Adzuba, que acompañan a las 25 imágenes tomadas por Isabel Muñoz. La muestra ocupa la planta alta del museo y paseando por allí se puede ver las instantáneas, todas en un tono monocromático, y aprender de la situación de estas mujeres.
Desde las numerosas agresiones a las niñas de menos de 10 años de la ciudad de Kavumu, a las pequeñas acusadas por sus propias familias de «brujería», y que son abandonadas. También los problemas que tienen las mujeres víctimas de violencia sexual, siendo los pilares de su familia, en conseguir una independencia económica que les permita salir adelante. Para ayudarles a subsistir se ha llevado a cabo a través de varias organizaciones un programa de microcréditos que sirva para pagar las necesidades básicas familiares y como primera piedra para emprender sus proyectos económicos. Todas estos elementos sirven para que el visitante de la muestra pongo rostro humano a la barbarie acometida en el Congo. El rostro de mujeres como Kabala Jeanne, Zamuziko Benga Anne o Henriette Kika, alguno de los nombres de estas supervivientes que se alzaron contra el abuso para poder vivir dignamente.
La RD del Congo es uno de los países con los que la región de Asturias tiene máxima prioridad en concepto de cooperación al desarrollo. Por ello, esta exposición viene impulsada por varios organismos. «Este proyecto tenía que haber llegado mucho antes, pero la pandemia hizo que se pospusiese todo hasta hoy», aclaró, en la presentación de la exposición Beatriz Coto, directora de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo de Asturias, principales organizadores junto con la conjelía de cooperación al desarrollo del Ayuntamiento de Gijón,representado por la edil Carmen Saras. «En este proyecto se pueden apreciar varios valores. Tanto la colaboración de las mujeres supervivientes como la labor de Isabel Muñoz, que lamentablemente no puede estar en la presentación por compromisos profesionales, pero que en las próximas semanas vendrá a explicar su trabajo», adelantó Coto. La directora quiso destacar también a la fotografía «como herramienta educativa». La concejal Saras quiso aludir al carácter «especial» de la muestra y espera que pueda servir para «despertar conciencias» y «estimular el compromiso real».
Junto a ellas en la mesa se encontraban también el director general de Cultura y Patrimonio del Principado, Pablo León, así como el director general del consorcio público Casa África, José Segura. Este último declaró que «el gran capital de África a día de hoy no son ni las minas de coltán, ni las de oro, es el avance e incorporación de la mujer en la estructura socioeconómica». La exposición se podrá visitar hasta el 13 de noviembre. De martes a sábado los horarios serán de 11.30 a 13.30 horas y de 17.00 a 20.00 horas. Domingos y festivos se podrá visitar de 12.00 a 14.00 horas. De sus ojos a los nuestros, de su experiencia a nuestro compromiso y de su espíritu de lucha a nuestro profundo respeto. Las mujeres del Congo quieren caminar hacia la esperanza y ya no lo harán solas, porque sus imágenes hacen que el resto del mundo las vea.