¿Es España un país de izquierdas? ¿Lo es acaso de derechas? ¿Son los españoles vagos por naturaleza? ¿Están siempre de fiesta? “Todas las generalizaciones son falsas, incluyendo esta”, decía el periodista Alexander Chase. Y no le faltaba razón.

Considerar España un país homófobo o racista es de cuñado de barra de bar estándar. De esos de palillo en boca, codo en barra y cubata en vaso de tubo fino. Si consideramos que las leyes son una extensión de la idiosincrasia de un pueblo, no solo no somos homófobos, sino que podemos alardear de ser uno de los países más tolerantes en este sentido, a pesar de todo el camino que queda por recorrer, que es largo y no estará exento de obstáculos.

En 200

¿Es España un país homófobo y racista?

Pues por desgracia y aunque no lo queramos oír, es así. Y machista, misógino, patriarcal y chapado a la antigua. Parece mentira que estando en pleno siglo XXI, la era de la tecnología e intentando conquistar Marte, todavía tengamos que preocuparnos y ocuparnos en casos como el de este verano con el joven coruñés, Samuel, que fue asesinado al grito de “maricón”. Las 13 personas que presuntamente acabaron con su vida a base de golpes lo hicieron, según explica su entorno, por su orientación sexual. 

Pero no es un caso aislado. Un día después de lo sucedido con Samuel, en Valencia, un joven estudiante de 21 años fue insultado y golpeado por universitarios que gritaban "Maricón, me estás vacila