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Emerxentes con Dinosaurio Meteorito: «¿Alguien quiere apadrinar una banda happy-sad?»

La banda de indie rock se ganó rápidamente el favor del público y de sus colegas, coronándose en pocos meses con el primer premio del FestiAmas y el segundo de Oviedo Rock: "Todo el mundo nos dice que le recordamos a alguien pero siempre suele decir a alguien distinto".

Por Marta F. Silverio

«Mis aspiraciones son bastante normales: que la gente coree mis letras, que compre los discos, nos escuchen en plataformas y a vivir del cuento. Ser el 0,01%. ¿A qué voy a aspirar?». Edu Carretero es la voz y letrista de la banda indie rock Dinosaurio Meteorito. Bromea con estas afirmaciones y aclara que lo único que quiere es «seguir creando canciones buenas», pero hay un poco de verdad en esos sueños grandes. La andadura de este dinosaurio comenzó hace apenas unos meses aunque el camino empezó a dibujarse hace tiempo. Concretamente en el sofá que compartían Edu y el guitarrista Mangel mientras veían el anime de los 90 ‘Beck’ en el que unos amigos fundan una banda de grunge. «Mangel se inspiró y empezó a componer un riff de guitarra que me encantó; así que le hice una melodía de voz por encima. Hoy es uno de mis temas favoritos: ‘Si te vas y nunca regresas'», relata Edu.

Dinosaurio Meteorito

De izquierda a derecha, Espi, Edu, Lukas y Anteo.

La banda ha crecido desde el dúo inicial hasta contar con cinco integrantes, pero la dinámica sigue siendo parecida: «Mangel parece una máquina de hacer riffs de guitarra, de repente un día a las 4 de la mañana nos llegan cinco audios suyos con cuatro melodías diferentes», cuenta Espi, la bajista. Fue la tercera en incorporarse a la banda. A pesar de estar en otros dos grupos, trabajar a jornada completa, pinchar en el Bola 8 y vivir en general, no pudo resistirse a entrar en cuanto escuchó los primeros temas. «Para mí, las mejores canciones son las que escuchas y te sale bailar pero luego te pones a leer la letra y dices: ¿tengo que bailar o llorar?», confiesa. Y así son los temas de Dinosaurio Meteorito, energía rockera de la vieja escuela filtrada por la emoción del indie y la actitud punk. El sonido enérgico y directo, con guitarras afiladas y brillantes que marcan el pulso rítmico, sobre las que la voz de Edu equilibra dulzura melódica y desahogo visceral.  Sus letras hablan de depresión, de autorreflexión, de las cosas que cambian y las que ya no están, pero siempre hay lugar al humor y a la ironía. Un sonido que les gusta describir como «happy-sad«, melancólico y enérgico al mismo tiempo.

«¿Qué nos define?», se pregunta Lukas, el batería siempre ataviado con la camiseta de alguna banda de rock y el cuarto en incorporarse a la banda. «Nuestro directo», sentencia, «hay muchos músicos mejores que nosotros, la técnica de cada uno con su instrumento no es lo que más se nota, pero pocas bandas tienen un directo tan contundente que hace que la gente se mueva. Quienes vienen a vernos por primera vez siempre acaban bailando». A Lukas no le falta potencia a las baquetas, tampoco a Mangel, ni a Espi, ni a Anteo en la segunda guitarra. Y por supuesto, no a Edu, que se mueve sin parar de un lado a otro del escenario, como cierto cantante de una banda española con nombre de mujer que se ha vuelto la obsesión del asturiano en los últimos años, influyendo mucho en su música. «En ningún momento fingimos, somos así. Es que nos lo pasamos muy bien, los cinco respiramos música», reflexiona Edu. Una honestidad en la forma de interpretar que les ha ganado el favor del público y de los jurados de dos de los premios más importantes del panorama regional: el FestiAmas y el concurso de Rock Ciudad de Oviedo.

De izquierda a derecha, Espi, Mangel, Lukas, Anteo y Edu.

Los premios no solo suponen exposición, son una gran oportunidad dentro de un sector tan precario como la música. «Hasta ahora toda la inversión a salido de nuestros bolsillos», concretamente del de Edu, el mayor de la banda, ya que tanto Anteo como Lukas todavía están terminando el instituto. «Apadrina una banda, por favor, tengo dos chavales de bachiller a mi cargo y solo no puedo», Edu lanza este SOS a todas las agencias de booking y managment como si estuviera en un prime time televisivo. Pero más allá de las bromas, es cierto que están buscando a alguien que les permita llegar más lejos y están dispuestos a trabajar los que haga falta: «No hay que dejar de entender que esto es una industria, y las oportunidades te las dan el dinero o los contactos, la escena es una jungla y nosotros estamos ahí metidos todos juntos y podemos apoyarnos, pero solo unos pocos vana poder aprovecharlo».

Tienen los pies en la tierra y mucha motivación, pero cuando esta flaquee, habrá que tirar de disciplina. Ahora están alineados, comparten referentes y referencias, amor por la música y los videojuegos y todos colaboran en las composiciones de la banda. «Como ninguno de nosotros está bien de la cabeza, nos entendemos bien», bromea Espi. Acaban de lanzar su primer single, ‘Intolerante a la Lactosa’, un tema enérgico y cargado de ironía que transmite ese espíritu de grupo de amigos que se junta a jamear en un garaje. Una banda poco seria, que se lo toma muy en serio. Preparan sus próximos temas, que el público ya corea y baila en los concierto. El próximo 7 de noviembre tienen una cita en la Sala Acapulco de Xixón y esperan lanzar el EP completo el próximo septiembre. El sueño grande, el de contratos, discos y festivales, quizás puede vislumbrarse en el horizonte pero no pierden el foco: lo importante es la música.

 


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