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Hora de reír, disfrazarse y disfrutar con Javier Domingo Sierra, el joven artista detrás del cartel del Antroxu

Xixón ha dado al ilustrador la oportunidad de lucir su arte por todas las calles, pero no es el único afortunado: "aquí hay mucha presencia de diseño e ilustración, desde la cartelería hasta las galerías y cafeterías que abogan por impulsar el trabajo de la comunidad creativa".

Por Redacción 12grados

El calendario ya ha dejado atrás el largo mes de enero y el rumor de los tambores carnavaleros de las charangas se escucha cada vez más cerca. El próximo viernes 17 febrero llega al momento dejar atrás las penas al redoble de la percusión, es hora de disfrutar, es tiempo de Antroxu. Este año La Sardina carnavalera no quiere ser testigo de caras largas y por eso le ha dicho no a las lágrimas en el cartel promocional del Antroxu 2023. Detrás de la imágend de la sardina que sale saltando del mar y la plañidera que suelta el pañuelo que ya no tiene más lágrimas que secar, se encuentra el joven diseñador xixonés Javier Domingo Sierra. El artista está agotado de los duros años de pandemia que han ahogado esta fiesta. Con su obra “Non más llárimes” quería reflejar la vuelta a la normalidad y el regreso a una fiesta de carnaval en la que disfrutar sin miedos ni restricciones.


Javier Domingo posa con su cartel en el Museo Barjola

«Que mi trabajo esté presente por toda mi ciudad en una fiesta tan querida por los xixoneses fue un gran incentivo para que me presentase al concurso» reconoce el autor, orgulloso. Javier Domingo estudió la carrera de Diseño, con especialidad en producto, en la Escuela Elisava de Barcelona. Desde muy pequeño sintió interés por el arte y sobre todo, por crear. Tenía ganas de contar historias, de inventar personajes, de dar rienda suelta a su imaginación. En el dibujo encontró la forma más directa para hacerlo. Recuerda con cariño como su abuelo, fotógrafo, le daba los cartones que le sobraban de las fotografías para que él las usase de lienzo y practicase. Domingo no cree que el alma artística sea algo innato, pero sí piensa que para que se desarrolle «tienes que tener un mínimo de inquietud por expresarla». Apunta, en contra de lo que a veces se piensa, que la creatividad es algo que se ejercita y que nunca hay que dejar de entrenarla. Por tanto, para él, lo que un artista debe tener siempre, es interés y dedicación, independientemente del talento natural que se posea.

Hace seis años Domingo tomó una de las elecciones más difíciles de su vida: introducirse de lleno en el precario universo de los artistas profesionales. Al graduarse de la rama científica de bachillerato se planteó tomar el «camino seguro» y estudiar la carrera de Biología. Pero algo le palpitaba en el corazón, aquella inquietud artística que se había despertado entre los cartones de fotografía que le daba su abuelo. Domingo se se atrevió a dar sus primeros pasos en el Diseño, sino salía bien, siempre podría volver sobre lo andado y empezar de nuevo. Aún le quedan muchas decisiones y pasos y caminos por delante, pero ya se ha estrenado como ilustrador en prensa, colaborando en videoclips y ahora también poniéndole cara al Antorxu Xixonés. Aunque esta última no es la primera obrra del joven diseñador que adorna las calles de la ciudad, hace unos años se encargó de realizar los carteles promocionales de TEDx en Xixón.

La ciudad siempre ha tratado con cariño el arte de Domingo. Recuerda con especial el ilusión cuando el espacio creativo GEA realizó una exposición con los trabajos de jóvenes artistas de la ciudad y allí pudo vender bastantes de sus creaciones. «En Xixón hay mucha presencia de diseño e ilustración, desde la cartelería que se utiliza para anunciar eventos hasta las galerías y cafeterías que abogan por impulsar el trabajo de la comunidad creativa, esto incentiva a las generaciones presentes y futuras a crear porque saben que existen lugares para que ellos puedan compartir su arte», opina Domingo. Dentro de las posibilidades que ofrece la ciudad, al artista le gustaría seguir trabajando y dándole vida a los poster que se crean para anunciar festividades o acontecimientos en espacios públicos puesto que es una labor muy atractiva y agradecida.

Aún si el talento no existe, queda patente que Javier Domingo ha conseguido construir su personalidad como artista. Todas sus obras tienen un carácter, un estilo particular que distingue su trabajo y lo hace reconocible, a pesar de que ni él mismo es capaz de decir cómo ha logrado plasmarlo. «Mi proceso creativo es muy visceral y también muy visual. Yo voy eligiendo rasgos, expresiones o colores según me vibra el instinto o me estimula visualmente, pero una vez terminado el dibujo si es cierto que se puede ver un patrón. Al final lo que hago es seguir mi propia voz’, afirma. Aunque, como todos, tiene sus referentes. Sus raíces creativas nacen del mundo mágico de ‘Fantasía 2000’ y que se mezclan con otros personajes de universo Disney y los clásicos de Pixar. A través de su formación ha alimentado su curiosidad admirando la obra de ilustradores internacionales como el francés Jean Jullien o el irlandés Oliver Jeffers.


Collage de algunos de los trabajos que el artista realizó en 2022

En la era digital las redes sociales se han convertido en galerías abiertas a millones de usuario. Domingo observa esta posibilidad de exponer su arte de forma gratuita como algo positivo para el sector al que pertenece, aunque considera que aumenta la competitividad en la profesión porque cada vez es más difícil distinguirse. Él mismo administra su propia cuenta artística de Instagram (@leurmarque), donde publica asiduamente sus ilustraciones, entre otras cosas. Se podría considerar un portfolio digital con cientos y cientos de trabajos ya divulgados y los muchos que aún le quedan en el tintero. Crear sus propios libros de ilustraciones o trabajar en algo relacionado con el arte urbano están hoy entre sus objetivos, pero prefiere no ponerse techo. «Lo que hace el arte es dar otra mirada, sacarte de la monotonía y darte otra perspectiva para poder pensar o simplemente, para sacarte una sonrisa», reflexiona mientras pasea por las estancias del Museo Pío Baroja. Precisamente con esa intención de animar al espectador de su arte realizó el cartel del Antroxu: es hora de bailar, disfrazarse, reír y disfrutar. Este año, ‘Non más llárimes’.