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La expedición sonora CSIC X+ une ciencia y música en Xixón

Por los altavoces resuenan los cascabeles del trineo de Papá Noel y, frente al público, un set cuidadosamente decorado simula el salón de cualquier casa en navidad, luz cálida a ambos lados del sillón, un árbol con sus adornos y una pared verde repleta de fotografías. Este escenario, hasta ese momento vacío, pronto se llena de vida, de música, recuerdos y también de ciencia en el inicio de la primera ‘Expedición sonora CSIC X+’, una reunión entre científicos que estudian los polos y artistas que cuentan y cantan cómo viven la navidad.

Xixón ha sido la ciudad del norte elegida para inaugurar esta singular expedición sonora, que continuará su recorrido hacia Zaragoza, Madrid y Granada. En esta primera parada, la cantautora asturiana Lorena Álvarez, el músico Jairo Zavala (Depedro) y Carlangas, conducidos por la presentadora Natalia Sprenger, fueron los encargados de guiar al público a través de su relación personal con la música y la navidad. Acompañándolos en esta travesía estuvo la oceanógrafa cántabra Raquel Somavilla, quien aportó su perspectiva científica y completó este cruce entre arte y ciencia.

 

El programa va a comenzar en 5, 4, 3, 2, 1…

Primera Expedición: Ecosistemas Musicales

Depedro

Acomodados en los sillones de este set tan acogedor, Lorena Álvarez, Depedro y Carlangas comenzaron a compartir sus viajes sonoros personales. Álvarez, fiel a su estilo introspectivo, explicó cómo sus canciones nacen de un profundo viaje hacia su interior. El viaje sonoro de Carlangas comenzó en su infancia, en la fusión de la música tradicional gallega con la propia de Latinoamérica, pero también en el Rock and Roll. Depedro, el más trotamundos de los tres por sus giras, contó como su casa, era su lugar de origen. Un hogar en el que sus abuelos estaban siempre cantando, sobre todo habaneras y que han influido fuertemente en su música, con matices.

Segunda Expedición: Un Viaje al Polo Norte

Para la siguiente expedición, quedaba un hueco por ocupar, tanto al lado de Sprenger como en la parte científica de la expedición sonora, que hasta ese momento había estado centrada en la música. El hueco lo ocupó Raquel Somavilla, oceanógrafa del Instituto Español de Oceanografía de Santander, la única de los presentes que había estado realmente en el Polo Norte, aunque en las paredes del set aparecieran fotos de los artistas simulando su visita al Ártico. Somavilla aportó su experiencia, narrando su participación en una expedición que partió en barco desde Noruega y duró dos meses y medio en el hielo.

 

Tercera Expedición: Infancia Navideña

La siguiente expedición sonora fue al pasado, a los recuerdos navideños durante su infancia. Para Álvarez, la navidad en su aldea, San Antolín de Ibias, era quedarse incomunicada por la nieve, escuchar muchas historias y también algún villancico. Para Carlangas las navidades comenzaban cuando empezaban en el colegio y cuando escuchaba villancicos por los megáfonos de las farolas. Para Depedro, la navidad significaba cantar a todas horas. Para unos la navidad suena a introspección, reflexión, a estar en casa y rescatar música, para otros la navidad significa ruido y multitud. 

El hilo, durante la hora y media de expedición sonora fue la música, aunque Daniel Guirado, astrofísico e investigador del CSIC, se encargó de introducir la ciencia con sus pequeñas “interrupciones”. A través de curiosidades, reivindicaciones científicas sobre la importancia de la cultura científica, su comunicación y de lanzarle preguntas a Somavilla, esta expedición sonora se convirtió también en una expedición por la ciencia, el mar y los problemas climatológicos. 

“Las ciencias y las letras son el mismo ejercicio. Un ejercicio que consiste en una idea chisposa que luego necesita un montón de horas para cristalizar. El teorema es el mismo que el poema y, un cerebro y una cultura equilibradas, es una cultura en la que las humanidades y la ciencia se dan la mano y se comunican en ambos sentidos”, reflexionó Guirado. De ese modo, el astrofísico subrayó la importancia de integrar las humanidades en la ciencia y viceversa, de no tener que separarlas o pensar que se repelen. 

 

 

Los artistas también exploraron ese vínculo entre música y ciencia, interpretando sus canciones más próximas a la tierra y la ciencia. Álvarez presentó ‘Persona’, Depedro cantó ‘La Siembra’ y Carlangas interpretó ‘Fisterra’. Pero las personas no son las únicas que emiten melodías. Guirado sorprendió al público al compartir otro dato curioso: la tierra también canta, a su manera. Por ejemplo, durante un terremoto. Aunque los sonidos de un terremoto son inaudibles debido a sus frecuencias extremadamente graves, al ser trasladados a una escala audible, la tierra revela una melodía propia, que varía según la geografía del lugar. Así, cada ciudad del mundo tiene su propia tonalidad.

De la tonalidad de Xixón o de Asturies no se ha comprobado su exacta melodía, pero lo que sí es indiscutible es el compromiso de la comunidad con la investigación científica, reflejado en los cinco centros del CSIC que existen en la región. «Sois un lugar donde se vive muy bien, sois una buena tierra porque además escucháis a la tierra a través de la investigación científica», fueron las palabras de Guirado, que dieron paso a la actuación final.

Un festivo fin de fiesta con dos canciones interpretadas por los tres artistas: ‘La de la mochila azul’ y ‘Cariñito’, con el que a través de la música Álvarez, Depedro, Carlangas, Somavilla y Guirado despidieron esta Expedición Sonora en la que ciencia y cultura se combinaron para inspirar y conectar a las personas que decidieron pasar esa mañana de domingo en LABoral Centro de Arte.