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Otres trés con Diego Rodríguez: «¿Sueños? Todos los que la música pueda ofrecer»

Diego Rodríguez, (Lluanco, 2001) es relator de historias. Por su faceta periodística, que aprende en una universidad madrileña donde también se forma en Humanidades. Por su faceta interpretativa, pues desde pequeñín vive enamorado del teatro. Y, también, por su faceta musical, esta última reconocida con el premio AMAS a Artista Revelación por su primer álbum, ‘La historia de cuatro tipos’. Rodríguez asegura disfrutar mucho más sobre las tablas del teatro encarnando un personaje, que interpretándose a sí mismo en un concierto, pero sería incapaz de escoger una única faceta artística.

—¿Cómo fueron tus inicios en la música?

—En mi casa siempre se ha escuchado mucha música. Empecé tocando la batería cuando tenía 8 años. Después lo dejé y empecé con la guitarra a los 15, ya que siempre había tenido la espinita clavada de querer aprender a tocarla. Y después a los 17 comencé a cantar. Este fue un proceso muy natural, ya que en el momento que te aprendes unos acordes sientes la necesidad de hacerlo. Y aquí viene el secreto que todo el mundo tiene que saber y es que cualquiera puede llegar a cantar más o menos bien si lo practicas y eso hice yo.

—¿Qué músicos fueron tus referentes?

—Escucho bastante lo que se suele llamar ‘canción de autor’, que es donde el artista utiliza la canción para contar una historia. Sabina es un claro ejemplo de ello. Más modernos me gusta mucho Leiva, Coque Malla, Depedro o Jorge Drexler, que me parece un auténtico ‘artesano de la canción’. Después no se me escapan artistas del mundo anglosajón como Bob Dylan, pero claro, ¿a quién no le gusta Bob Dylan?.

«No solo grabamos canciones, las interpretamos»

—Teniendo en cuenta esta influencia tan marcada de ‘canciones de autor’, ¿Cómo defines tu música?

—Esto de las definiciones es complicado. Uno tiene un estilo propio no ya porque o busque, sino porque de forma natural se tiene. Mi estilo viene un poco dado por lo que he escuchado y por más influencias que van más allá de la música. Bebo mucho del teatro, y es que antes que músico me considero actor. Entonces entra mucho en escena el mundo de la interpretación. No solo grabamos canciones, las interpretamos. Esa parte teatral se puede ver en las canciones, por ejemplo, con el recitado de versos que incluimos en alguna de ellas.

—¿Es entonces el teatro tu verdadera pasión?

Si, es lo que más disfruto haciendo, mucho más que haciendo canciones o cantando. He trabajado en Asturias con bastantes grupos amateurs, así como más profesionales como la compañía Arte Producciones. Soy vicepresidente de LaBocarte Cultural y he participado recientemente como actor en la película ‘Variaciones’, de la directora avilesina Konchi Rodriguez, que está peleando para llegar a tiempo a estrenarla en el FICX. No he dejado de estar siempre muy vinculado al mundo de la interpretación y eso me lleva a enfrentarme a la música de forma distinta.

—¿Planeas en el futuro dedicarte exclusivamente a la interpretación?

—Yo creo que en dentro del mundo artístico todo es compatible. No hay por que escoger solo una cosa. Intento aprovechar una faceta para aportarle nuevos valores a otra. Si es cierto que prefiero hacer una obra de teatro todas las semanas que tocar todas las semanas. Ambas me producen una sensación muy especial, pero es cierto que el teatro me hace sentir algo más fuerte.

—¿Cómo ves el uso del videoclip para mezclar esas dos pasiones?

—De momento solo he hecho uno, el de ‘Historia de cuatro tipos’, que es un plano secuencia por Santiago [de Compostela]. No he podido hacer más por tema de tiempo. Pero para futuras publicaciones si quiero dar un paso más en tema videoclip que creo que es importante y aprovechar la faceta teatral para darles una esencia más cinematográfica.

—El mundo de la música independiente no es sencillo, puede desgastarte. ¿Cuál fue el proceso que debiste seguir para publicar tu álbum ‘La historia de cuatro tipos’?

—Yo tenía un puñado de canciones y se las presenté a Héctor Tuya, que creo que es de lo mejorcito del panorama asturiano y al que me une una relación especial, ya que fue con quien di mis primeras clases de guitarra. Quería sacar un disco y trabajar con él. Toda la producción, distribución y demás han sido abordados de forma independiente al ser mi primer álbum. Hacerse un hueco es complicado, hay que trabajarlo a base de hacer conciertos y mover las redes sociales, que me cuestan porque no son lo mío. Además, se que el tipo de música que hago, hoy en día, no es lo que más reproducciones genera. Pero es lo que me sale y no lo puedo cambiar.

—¿Cuánto tiempo llevas preparando este disco?

—En mi caso, las canciones las hice hará tres o cuatro años. Las tenía guardadas en un cajón y casi perteneces a un momento artístico distinto al que estoy ahora. Así que pensé que la única forma en la que esto quedase guardado era grabándolo y publicándolo. Como estoy estudiando en Madrid, tenía que aprovechar los periodos no lectivos como Navidad, Semana Santa y sobre todo en verano para volver a Asturias a grabar. Una vez terminamos esa primera parte, en septiembre de 2022, empezó la segunda, ajena a la música digamos, que fue más compleja aún, ya que era prácticamente establecer un plan de marketing. Desde septiembre hasta el 20 de diciembre que es cuando salió el disco, tuve que estar muy centrado en sacar esto adelante. Es algo con lo que no he sacado dinero, eso lo puedo asegurar, pero terminar el proyecto ha sido super satisfactorio. El disco se presentó en acústico en la sala Santa Cecilia de Avilés y luego he tenido este verano numerosos conciertos por Asturias, tanto en acústico como con banda.

—El título del disco hace referencia a ‘Cuatro tipos’, ¿quiénes son?

Son cuatro personajes que andan dando vueltas por mi vida y que en realidad son uno mismo. Lo explica un poco la canción que lleva el mismo nombre del álbum, que habla de cuatro personas incompatibles, pero que en el estribillo se resuelve que son la misma persona. No se si ahora, pero cuando hice la canción estaban muy presentes en mí. Por ello creo que todas las canciones del álbum son en la realidad la historia de esos cuatro tipos.

—Has sido galardonado este año con el premio AMAS a Artista Revelación, por lo que podemos decir que el álbum ha sido un éxito.

—Para ser nominado en estos premios se te valora el trabajo del año previo, así que pensar que yo publiqué el álbum a escasos días de acabar el 2022 es curioso. Sé que es lo típico que se suele decir, pero para mi estar nominado, que fue una sorpresa, ya era un premio, porque los que votan en los AMAS son personas del mundillo que han ganado alguna vez. Recibir el premio fue importante de cara a este verano a poder enseñar mi álbum en esa veintena de conciertos por Asturias, que sin el AMAS no hubiese sido tan fácil hacerlo. Pero el premio no solo me ha dado reconocimiento, sino también ganas de seguir haciendo canciones. Antes pensaba en terminar el proyecto y embarcarme en otras cosas, pero esto me dio alas para continuar y en eso estoy, trabajando en nuevos temas.

—¿Hablamos de un nuevo álbum próximamente?

—De momento son sencillos. Continúo trabajando con Héctor y a finales de octubre saldrá en plataformas un nuevo tema que creo que es un paso adelante respecto a lo hecho hasta ahora. Y en diciembre sacaré una versión de ‘Siete crisantemos’ de Joaquín Sabina, una de sus canciones que es una joya olvidada con una letra increíble.

—¿Qué sueños tienes para tu carrera musical?

—Mi pretensión no es vivir de la música. Obviamente, estaría bien ganar dinero con ella, pero de momento disfruto haciendo canciones en mi casa, en el estudio con Héctor y conociendo a otros artistas con los que el mundillo me cruza. ¿Sueños como artista? Todos. Todos los que la música pueda ofrecer.