Yaiza Minnelli (1985, La Felguera) creció con las reinas del pop de los 90 sonando de fondo y grabando sus videoclips en cintas VHS para poder imitar paso a paso sus coreografías. Cogía su radiocasete a pilas y bajaba cada tarde al barrio para enseñarle a sus colegas los pasos que había aprendido. Aprovechaba la más mínima oportunidad, ya fuera en los festivales del colegio o las fiesta de pueblo, para subirse a un escenario y más adelante, ya adolescente, en las discotecas y los concursos de gogós que organizaban. Bailando encontró una forma de expresión y en estos lugares un espacio donde se sentía cómoda. Así Yaiza, comenzó a darse cuenta que el baile podía ser un mundo al que dedicarse.
Yaiza Minnelli I Ana Ibarz
A medida que crecía, Yaiza se topaba con películas como Showgirls o Chicago, que despiertan en ella un interés por la estética y la narrativa erótica de estos musicales, así como por el universo escénico cargado de sensualidad y provocación. Profundizó en el cabaret y a descubrió el burlesque como forma de expresión artística. Y empezó a interesarse por figuras como la de la actriz, cantante y bailarina Liza Minnelli a quien rinde homenaje adoptando su apellido como nombre artístico. Su formación se consolidó en un lugar emblemático: El Molino de Barcelona, donde tuvo la oportunidad de sumergirse en el cabaret desde dentro y conocer de cerca el lenguaje y la potencia del burlesque.
Subida a unos tacones y con poca ropa, es cuando más cómoda se siente bailando. Los tacones no son solo un accesorio, sino una herramienta clave en su lenguaje artístico a través del high heels, una disciplina que toma relevancia a principios de los 2000 con referentes como Britney Spears, Destiny’s Child o Beyoncé. Esta técnica escénica fusiona sensualidad, fuerza y autoexpresión, utilizando los tacones para construir movimientos elegantes, potentes y con presencia. “Me siento mucho más cómoda con menos ropa que con ella, la sensualidad es el 80% de mi expresión como bailarina”. Su imaginario gira en torno a la figura de la femme fatale: una mujer imponente, a veces incluso peligrosa, que despliega su erotismo no para complacer, sino para ejercer poder y satisfacer sus propios deseos.
Desde sus orígenes, el cabaret y el burlesque han sido espacios de expresión artística y política fuera de las normas convencionales. Espacios donde las mujeres han expresado abiertamente su sexualidad y aunque en sus inicios la mirada masculina pesaba con fuerza, hoy se resignifican como actos performativos en los que las mujeres ,y otras identidades disidentes, recuperan el control sobre su cuerpo y su presencia escénica.
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Precisamente, buscando un espacio que sirva para la liberación artística y de expresión, nace Traces Show, el proyecto que lidera Yaiza Minnelli. Se trata de un espectáculo de cabaret contemporáneo que entrelaza las influencias más tradicionales de las que bebe la bailarina con lenguajes y estéticas actuales, como la música urbana. «Estos eventos surgen por buscar un hueco que creíamos que no existía en Asturias, para ser un poco libres, contar nuestras propias historias y estar lejos de miradas incómodas” explica Yaiza. Nace de la falta de una oferta de ocio nocturno que le representara a ella y su círculo, también de artistas. «Realmente todo lo que necesitábamos para hacerlo lo teníamos: bailarines, vestuario, fotografía, productores y cantantes…. era simplemente reunirnos y decir: ¿qué os parece si hacemos esto”.
Con una libreta llena de propuestas y el okey por parte del equipo en el que había pensado, se pusieron manos a la obra. El primer reto fue adaptar un espacio que no estaba acondicionado para su propuesta y coordinarse con un equipo artístico que compaginaba su implicación en el proyecto con otros trabajos. Aun así, consiguieron que el primer evento de Traces Show se celebrara el pasado 11 de abril: una experiencia multidisciplinar que combinó cabaret contemporáneo, danza en vivo, música en directo y sesiones de DJ, y que colgó el cartel de sold out, superando todas sus expectativas. “Es una novedad y a la gente le llama la atención. Hicimos una buena promoción, muy visual, y el público estaba bastante abierto a ver qué se estaba cocinando. En Oviedo y en Asturias hay una oferta cultural amplia, pero espectáculos de este tipo no los hay”, reflexiona Yaiza.
Yaiza Minnelli I Ana Ibarz
A través de Traces Show- transformación, su primer cabaret itinerante, cuenta la historia de superación de un amor tóxico y por consecuencia la transformación de una mujer en siete actos. “Voy contando las fases por las que yo pasé en una relación. De como al principio era una relación muy apasionada, pero que ya se veía que iba a terminar mal. Va trascendiendo por las emociones que yo pasé, de la lujuria al querer compromiso, luego el es infiel, luego entra la ira, la tristeza y después cuando ella se aleja un poco, él se arrepiente y vuelve, pero ella logra romper con esa toxicidad y se transforma”, explica la artista. Una historia que se conceptualiza y desenvuelve sobre el escenario, a través de la danza y sus movimiento, de la música que suena y el juego de luces y visuales. El espectáculo a través de los movimientos y la expresión de las y los bailarines va transitando por las diferentes emociones por las que pasa la protagonista.
Este mes de junio Traces Show regresa a la sala Gong de Uviéu con un formato mejorado [entradas]. Un espacio ya acondicionado a sus necesidades técnicas: con escenario, equipo técnico y mayor aforo. «Sabemos que hubo gente que se quedó fuera en la primera edición. Ahora el espectáculo está mejorado, hay un espectáculo añadido y va a ser total, sin cortes», explica la director
Actualmente, Yaiza Minnelli está plenamente volcada en este nuevo proyecto, donde no solo interpreta como bailarina sobre el escenario, sino que también se está formando en los entresijos de la dirección creativa y la gestión del espectáculo. «Ahora mismo estoy de bailarina, porque me gusta y siento que debo estar ahí. Pero en un futuro me gustaría convertir este proyecto en una agencia de espectáculos y pasarme directamente a producir, dirigir y estar en la parte creativa de forma total”.