Un micrófono, una cámara y un violín. Con estos tres compañeros la mallorquina IriaCovers ha construido una comunidad de más de 15.000 seguidores en Twitch. Siguiendo la estela de otras streamers como la asturiana Elesky, conecta con su comunidad a través de la música. En sus directos recibe peticiones a través del chat de canciones que van desde bandas sonoras de Disney o series anime a temas pop y rock. Pero no se limita al violín, combina su faceta gamer con la música interpretando temas con instrumentos sacados, literalmente, de mundos de fantasía. Así, cada día monta un concierto improvisado desde su habitación. Este septiembre lo hizo en el escenario de la CometCon, donde muchos de sus seguidores y seguidoras pudieron escuchar su música en vivo por primera vez.
—¿Cómo fueron tus inicios en la música?
—Mi hermana es pianista, ella había empezado a tocar música desde hacía más tiempo. Me apeteció empezar a tocar algún instrumento y empecé a tocar el violín con 8 años en el conservatorio. Canto empecé años más tarde porque la voz necesita pasar por un proceso de maduración para empezar a entrenarla. Fui coordinando las dos cosas y aquí estoy.
—¿Qué otros instrumentos tocas?
—El canto y el violín es en lo que soy profesional, pero toco algo el piano gracias a mis años en el conservatorio. Luego en los streamings toco también un instrumento de viento llamado ocarina, que aparece mucho en los videojuegos de Zelda. Es parecido a una flauta, pero tiene un sonido más suave. También toco la kalimba, que es de percusión y que se toca con los pulgares. Otro que toco es el taiko, un tamborcito japonés, aunque yo no uso uno real, uso un simulador en la Nintendo Switch que es estilo ‘Guitar Hero’. Y el otamatone, otro instrumento japonés. Este es así un poco ‘de broma’ y tiene un sonido muy gracioso.
—¿Te gustaría aprender a tocar algún otro?
—Me gustaría aprender un poco más de guitarra. Al menos para poder acompañarme mientras canto, eso estaría guay.
—¿Es difícil vivir de la música aun con estudios profesionales como los que cursaste en el Conservatorio?
—Hay que moverse mucho. Yo ahora mismo si vivo de ella, tanto de dar clases como de actuar en conciertos y por mi actividad en redes sociales. También depende un poco de la suerte pero, al final, cuanto más preparado estés, más opciones acabarás teniendo. Yo por ejemplo puedo actuar en una convención como la Cometcon, pero también puedo hacer actuaciones de música moderna estilo pop-rock, tocar o cantar clásica con una orquesta… cuanta más formación, más puertas se te podrán abrir.
—¿Tu canal de Twitch te ha ayudado a ganar reconocimiento como música?
—Empecé mi canal durante la cuarentena, cuando todas las actuaciones en directo se habían cancelado. Abrir el canal fue una forma de no perder el contacto con el público. Además, ahí descubrí una interacción más cercana que la que puede haber en una actuación en directo, es más participativo. Me gustó la experiencia y lo mantuve. Me ha servido para mejorar como artista y para saber como comunicarme con el público.
—¿Cómo son tus directos?
—Tengo una lista con todas los temas que me sé y todo preparado para interpretarlas en el directo. Tengo una lista de canciones de voz, otra de violín y otra de taiko. La gente que entra al streaming va pidiendo las canciones y al final cada día se crea un concierto distinto según lo que el público haya pedido. Otras veces hago directos temáticos y ahí soy yo quien elijo el tema, como por ejemplo alguno que he hecho de Disney o cuando salió el último juego de ‘Zelda’, que solo toqué en ese día canciones de la saga.
—¿Cuántas canciones tienes en total en esa lista?
—Algunas las voy activando y desactivando según la época del año, pero rondarán entre las 400 y 500 canciones. Intento ir incrementando el repertorio cada vez un poquito más.
—¿Cuál sería la canción que nunca te cansas de que te la pidan?
—Es complicado porque si me piden mucho una al final ya no me gusta tanto, prefiero variar y tocarlas cada cierto tiempo para que así sean más especiales. Pero por ejemplo ‘Creep’ de Radiohead o alguna de Disney como la de ‘Por fin ya veo la luz’ de Enredados o la de ‘Por primera vez en años’ de Frozen.
—El anime y Disney son dos grandes inspiraciones para ti musicalmente
—Desde pequeña he sido muy aficionada a Disney, me aprendía las canciones de tanto ver las películas. Además, creo que mi tono de voz se acopla bastante bien a ese estilo. Y en el anime un poco lo mismo, he visto muchos y al final se te quedan las canciones de los openings. Así que un día me propuse aprenderme también este tipo de canciones, aunque me fue más difícil porque son en japonés.
—¿Y cómo logras retener esas letras?
—En la carrera de canto estudié fonética de los idiomas y aprender a hacer la transcripción fonética me ha servido para idiomas que no hablo fluidamente. Así que para japonés y otros idiomas que no manejo bien lo utilizo para poder cantar en ellos.
—Y respecto a artistas, ¿quiénes han sido tus influencias musicales?
Me acuerdo de cuando era pequeña y mi hermana me ponía mucho a ‘La oreja de Van Gogh’. Hoy en día canto alguna canción suya en mi repertorio. Luego he escuchado un poco de todo: pop, rock, algo de rap… Y ahora admiro a muchas cantantes que tienen una gran técnica como Beyoncé, Ariana Grande u Olivia Rodrigo. Españolas por ejemplo me gusta Aitana, también canto muchas de sus canciones.
—Dentro del panorama musical en Twitch, ¿a quién destacarías?
Elesky siempre ha sido una referencia. A parte de tocar muy bien el piano tiene muchas cosas buenas como persona y como comunicadora. Otra compañera que destaco es a Cely Wonka, con la que he coincidido mucho porque también es cantante y tenemos unos gustos muy similares. Y luego hay gente que ya no stremea, pero cuando lo hacía daban un espectáculo muy bueno como era Lauzeta Folk.
—Por último, ¿qué sueñas para tu futuro?
Seguir viviendo de la música y poder tener actuaciones regularmente. No he pensado en sitios concretos porque soy más de ir a la aventura, pero sí que me gustaría poder tocar en otros países como hice por primera vez este verano, que actué en París en la TwichCon. Ahora voy a ir de viaje a Japón, que es un premio que gané en un concurso de canto hace años y que por la pandemia y las restricciones posteriores no había podido aún disfrutar. Llegar a actuar allí algún día también estaría muy guay.