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A bordo del UFFFF: arte en movimiento y feminismo

UFFFF, F.estival F.erroviariu F.eminista F.antásticu, celebra su primera edición y transforma un trayecto común de Uviéu a Celoriu en un espacio creativo, de reflexión y reivindicación, con la participación de más de veinte artistas y colectivos feministas.

Por Ana Ibarz

Sábado 23 de noviembre. Estación de tren de Uviéu. 14.44 horas.

Arranca el tren UFFFF con destino feminismo. Tres vagones de la FEVE que a lo largo de las trece paradas hasta llegar a Celoriu se irán llenando de muyeres y también de algún transeúnte que, por casualidad y sorpresa, se tope con este curioso F.ESTIVAL F.ERROVIARIU F.EMINISTA F.ANTÁSTICO, que abreviado se convierte en UFFFF, una expresión que reivindica el hartazgo y cansancio de las mujeres.

Performance de las Cabezonas y Cabezudas de Rebeca Martín Tassis e Izar Gayo | Fotografía de Ana Ibarz

UFFFF es la primera edición de este proyecto de intervención artística en trenes organizado por el laboratorio escénico La Xata La Rifa, impulsado por la artista Mónica Cofiño y el Ayuntamiento de Llanes, en colaboración con FEVE/RENFE. Un proyecto que, como todo lo que hace Cofiño bajo el paraguas de La Xata, se enmarca en la idea de romper con el marco convencional y apuesta por llevar el arte y la cultura fuera de las salas de conciertos y los teatros, acercándolas a la periferia. 

No es la primera vez que La Xata La Rifa arma un viaje en tren para que sus pasillos, la mayoría de veces vacíos y en silencio, se llenen de arte, voces y jarana. Hace diez años que organizó un par de viajes, Santander-Uviéu y Bilbao-Uviéu, de cinco y ocho horas respectivamente, en los que en cada parada artistas y participantes se sumaron al recorrido, como una forma de reivindicar las actividades culturales que nacen en los pueblos. Ahora, UFFFF viaja en esa misma dirección, aunque esta vez en una versión a la que también se unen las voces de diferentes colectivos feministas como Muyeres de la Escandalera, el Colectivo 8M Siero, la Asociación de Muyeres La Fuente Clarina de Hevia y el Colectivo Feminista del Oriente. 

| Fotografía de Ana Ibarz

Y es que un tren se puede convertir en un muy buen lugar de reunión o al menos UFFFF cree en ello. Este proyecto utiliza el tren como un puente que conecta pueblos, personas y causas, respondiendo a una de las demandas más importantes de los colectivos feministas: alcanzar a todas las mujeres, incluidas aquellas que viven en zonas rurales. “Hay mucha reivindicación por parte de los grupos feministas de llegar a todas las mujeres de lo rural porque siempre se ha puesto el foco en las ciudades”, expone Cofiño, que quiere poner en valor el potencial para unirnos que tienen los trenes que recorren estos trayectos en decadencia.

La primera edición de UFFFF se enmarcó dentro de las actividades programadas con motivo del 25N (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer), destacándose como una propuesta poco convencional en la que a través de tres horas de viaje, más de veinte artistas transformaron el tren en un espacio de celebración y creatividad, invitando a las pasajeras a sumarse a su fiesta. Desde un laboratorio fotográfico con Ainhoa Valle hasta el trabajo con barro de la mano de la artesana Natalia Woodic. La performance de las Cabezonas y Cabezudas de Rebeca Martín Tassis e Izar Gayo o la de Cristina Busto la ya apodada “mujer árbol” que también retrató en cortezas a diferentes mujeres del tren. El fanzine ferroviario de María Arce o los lemas hechos chapas de Alva Miranda.

La Mujer Árbol | Fotografía de Ana Ibarz

También las panderetas y la gaita acompañadas de las voces de las mujeres fueron el hilo musical del viaje. Las primeras en subirse al tren fueron el grupo de música tradicional feminista ‘Nun tamos toes’, más tarde, en L’Infiestu, Sonia Estrada se unió con su gaita, encontrando rápidamente sintonía con las pandereteras. Finalmente, en Nueva, Marta Elola y su grupo de pandereteres completaron el elenco, con más voces y tradición.

Panderetera de ‘Nun tamos Toes’ | Fotografía de Ana Ibarz

Cada artista que se subió al tren, lo hizo acogiendo esta propuesta de La Xata La Rifa de forma atrevida, casi sin preguntarse cómo se desarrollaría su intervención. “La selección de artistas es casi natural, el festival tiene el componente riesgo al no tener un espacio controlable tanto de público como de exposición”, explica Cofiño. Porque un tren no suele ser el medio natural de artistas y artesanas para exponer o hacer sus talleres. El tren es un medio en movimiento e incontrolable, pero también tiene un “componente de cercanía y de sorpresa”.

Fanzine ferroviario de María Arce | Fotografía de Ana Ibarz

Pero el jolgorio del que participaron todas las mujeres que se juntaron, muchas de ellas sin saber que se encontrarían, no era el único objetivo de este festival. También se buscaba que esta vivencia de una forma indirecta llevara a la reflexión de aquellas que ocuparon sus asientos y pasillos. Y así fue.

Una vez en Celoriu, la pequeña estación recibió a las participantes con una merienda, la proyección de las fotografías tomadas durante el viaje y un espacio de micro abierto por el que pasaron unas cuantas para compartir poemas, canciones y hasta sus propios manifiestos feministas. “Me sorprendió que hubiera una necesidad de hablar, de reflexionar, de esto me está pasando o a mí este viaje me ha inspirado para tal… había necesidad y ganas”, dice Cofiño. 

Sonia Estrada | Fotografía de Ana Ibarz

Sábado 23 de noviembre. Estación de tren de Celoriu. 19.45 h.

Se cierra el micro y con él la primera edición de UFFFF. Un trayecto en tren diferente, con poco silencio, mucho baile y la pérdida de la noción del tiempo para muchas. Una primera edición que no quiere quedarse solo en eso, sino convertir la línea UFFFF en regular, una línea que quiere llegar a más pueblos, a más mujeres y seguir dando visibilidad a las artistas rurales. En UFFFF el arte es total y en movimiento.