‘Las degeneradas trans acaban con la familia’ fue el libro protagonista de la primera jornada de la Escuela Feminista AMA en Les Cigarreres. En un panel encabezado por la coordinadora del libro, Ira Hybris, activista comunista y transfeminista y conducido por Sonia Carbajal, la tarde del jueves se centró en temas relevantes como la abolición de la institución familiar, la deconstrucción de género, política, comunismo y una profunda reflexión. Una jornada llena de intervenciones, risas, un diálogo bidireccional entre la autora y un público diverso con muchas caras jóvenes. Una charla entre amigas que compartieron conocimientos y horizontes.
Ira Hybris
El titulo del libro hace referencia al rumor y eco de las posturas reaccionarias hacia la comunidad trans, quienes propagan la idea de que las personas queer representan una amenaza para la estructura familiar. Sin embargo, la perspicacia de Hybris le dio un giro a esta perspectiva, apropiándose de dicho discurso de odio y ofreciendo una visión positiva sobre la posibilidad de abolir dicha estructura familiar: “¿Qué pasa si abrazamos las posibilidades emancipadoras de esta pregunta y realmente abrazamos toda esa tradición más allá de la cisheteronorma que ha sabido crear otro lugar de cuidarnos y ponernos al centro?”, se planteó Hybris al crear este libro coral. La coordinadora, como parte del colectivo trans, se siente muy orgullosa de desafiar el orden establecido, ya que considera que el contexto tradicional en el que la familia solo contempla relaciones heterosexuales entre personas cis, los cuidados se han basado en la «escasez, la imposición y en que las personas no puedan convivir como ellas quieren».
En una sociedad heteronormativa, el concepto de abolición familiar genera miedo. Para la protagonista, la abolición no implica destruir lazos entre personas, más bien es crear una nueva institución pública. “La abolición de la familia hay que entenderla como expandir esa capacidad de apoyarnos. Reproducir nuestras vidas muchísimo más allá de los fogones domésticos, reproducirla a la comunidad en su conjunto”, argumenta Hybris.
En la actualidad, según su visión, hablar de familia implica la privatización de los cuidados, y abolir esta institución familiar implicaría desprivatizarlos, permitiendo que las mujeres de clase trabajadora dejen de cargar solas con la responsabilidad de cuidar, liberándolas de esa obligatoriedad. Este discurso es una amenaza para aquellos que creen puramente en lo biológico y es por eso que la comunidad trans se percibe como una amenaza. “Nuestras vidas representan que lo que nos hace sobrevivir y encontrar momentos de pertenencia no está dictado ni por la sangre ni por la biología, sino precisamente por la solidaridad, por una forma de amor que ya no es chantajista”, exclama Hybris.
Durante la mesa, la activista transfeminista citó una célebre metáfora para abordar la abolición familiar: “La familia es a los cuidados, lo que un zoo es a los animales”, en ese zoo habrá animales que hayan aprendido a ser felices, pero porque no han conocido otra cosa, lo cual no significa que no existan otras posibilidades más allá de los confines de ese espacio.
“Abrir la familia al final quiere decir que queremos tirar abajo las rejas de ese zoo. No tiene que ver con una separación forzosa de las personas. Una vez hayan caído las rejas, si quieres seguir en el mismo sitio, puedes hacerlo, pero no estará regido por la obligatoriedad”. Pero, ¿cómo derribar las rejas de ese zoo? Para Hybris la respuesta fácil sería mediante la abolición del sistema capitalista. “Poner en jaque las estructuras de género y de familia tiene que ser una lucha común con poner en jaque la organización capitalista de la vida”.
La abolición del género también fue otro tema pesado en el discurso de la activista, una forma de desdibujar la línea entre la categoría de hombre y mujer. “La abolición del género es que cada cual pueda expresarse como quiera sin que eso devenga en un futuro de violencia”. Según ella, abolir el género se trata de ampliar las posibilidades, no limitarse a creer que solo existen las categorías de hombres y mujeres. Permitir que cada individuo haga lo que le haga más feliz sin ser sometido a chantajes y opresiones. Utilizando la metáfora de un carnaval, donde cada uno puede disfrazarse como desee.
De manera optimista, Hybris sostiene que las generaciones más jóvenes ven cada vez más las categorías masculinas y femeninas como una imposición externa y no como una definición rígida de su ser. «Puede que aún no hayamos construido el mundo en el que puedan ser algo más sin problemas, pero si ya está el deseo, tenemos gran parte de la política hecha», expresa orgullosa la activista.
En una jornada marcada por tiempos hostiles para el colectivo y con la amenaza de una derogación de la ley trans, Hybris resalta la importancia de seguir trabajando políticamente por la esperanza. «La esperanza es una alegría politizada. Creo que en nuestra vida diaria hay muchas razones para encontrar alegría, y lo que debemos lograr es expandirla y permitir que vuelva a florecer. Esta alegría debe ser respaldada por estructuras políticas que permitan su ampliación y lleguen a toda la comunidad», afirma Hybris.
En estos tiempos turbulentos, a menudo «los movimientos reaccionarios surgen debido a la falta de estructuras que promuevan alternativas», señala Hybris. «Nuestro objetivo es dotarnos de estructuras y redes que nos permitan cultivar y canalizar esta alegría. Debemos encontrar en nuestro presente las semillas del futuro que deseamos», una idea que le genera esperanza a Hybris.