El anillo navegable del río Piles ha sido, durante años, concretamente desde mayo de 2003, la zona de la que los piragüistas de Xixón de todas las edades han hecho su hogar deportivo. Especialmente, aquellos palistas adheridos al Real Grupo de Cultura Covadonga, que cuida con atención esta sección pues es una de sus más representativas. Es por ello que la institución se ha puesto en pie de guerra tras la intención del Ayuntamiento de suprimir el anillo como parte del plan de renaturalización del Piles, una medida más en aras de caminar hacia un modelo de ciudad más sostenible. El órgano municipal, con el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Aurelio Martín, como cara visible representativa en el conflicto, alega que es estrictamente necesario acometer esta reforma, ya que los análisis de las entidades ecológicas especializadas ven en esta zona fluvial uno de los principales focos de contaminación. Desde el Grupo Covadonga, con su presidente Antonio Corripio al frente, se niegan a renunciar a ella, pues alegan que el cierre puede ser temporal hasta solucionar el problema de contaminación y llegar a unos niveles de salubridad del agua decentes para la práctica deportiva, y así no tener que moverla a otra zona, cosa que ven innecesaria. Desde que esta situación empezase, entre los dos bandos enfrentados ha habido acusaciones, defensas, propuestas rechazadas e incluso se ha llegado a la vía judicial. Y a día de hoy sigue sin estar claro si el anillo navegable sobrevivirá o los esfuerzos grupistas se ahogarán.
Todo comenzó a finales de 2019, cuando, tras un estudio sobre el estado del río Piles entregado al Ayuntamiento, se determinó que existía un gran problema de contaminación en varias zonas de su curso, siendo una de las más problemáticas la del anillo navegable. Esto se debía al estancamiento del agua de la zona, que facilitaba la concentración de algas y de organismos de carácter tóxico como son las cianobacterias, que a posteriori siguen su camino hasta la desembocadura del río, donde es habitual la aparición de manchas y un fuerte olor. Es por ello que se procedió al cierre de esta zona, ante el enfado y desacuerdo grupista, al que Aurelio Martín contestaba diciendo que la decisión estaba hecha bajo la responsabilidad de asegurar la salud pública y la motivación de solucionar un problema medioambiental serio. Ya en ese entonces notó que se había empezado «una especie de guerra contra el Ayuntamiento» antes incluso de ver el informe.
Los palistas del grupo trasladaron su actividad a un espacio mucho más alejado, al embalse de Trasona, ubicado en el concejo de Corvera. Un traslado que trajo grandes quebraderos de cabeza a esta sección de deporte base, pues cuentan con más de 100 licencias de piragüismo y en términos de transporte y tiempo esta solución no era la adecuada. Además, para ellos, sin desmerecer a Trasona, las condiciones de su habitual feudo son inmejorables para el entrenamiento. Sin embargo, no quedaba otra opción, pues los informes técnicos de los expertos medioambientales entregados al Ayuntamiento desaconsejaban el uso del anillo navegable. El Grupo decidió contratar a sus propios técnicos especializados, concretamente, 7 científicos que tras realizar su propia estimación, encontraron errores de cálculo en estos informes municipales, además de indicar que obviaban el problema de vertidos que sufre el río tanto en la zona rural como en la urbana.
La respuesta de Aurelio Martín no se hizo esperar, y a petición propia, salió a defenderse en el pleno del 26 de octubre de 2020, dejando entrever que los informes presentados por una entidad corporativa la cual tiene sus propios intereses económicos no eran tan objetivos como los presentados por el Ayuntamiento. Defendió la transparencia de los datos dados y explicó que, pese a llevar las compuertas que delimitan anillo navegable abiertas casi durante un año, el espacio fluvial aún tenía microorganispos potencialmente peligrosos por su toxicidad. Y el edil declaró que el proceso de renaturalización del río conllevaba, inevitablemente, la desaparición de la zona como se conoce. Esto se debe a que para la recuperación del ecosistema sería perjudicial la presencia de cualquier tipo de barreras como es el caso de las compuertas del anillo.La propuesta del Ayuntamiento es, además de la eliminación de este elemento, rebajar la infraesructura de la isleta semitriangular, para que la forme la sedimentacion de los propios ríos. Por otro lado, el Grupo propuso una alternativa, que era el control periódico de la calidad del agua y realizar un cambio en las compuertas. Actualmente dicha estructura está asentada sobre una plataforma de 30 centímetros de hormigón, que no deja pasar ni el agua ni su biodiversidad. La idea del Grupo sería realizar dos tajaderas, una en un lateral de la compuerta del Piles y otra en un lateral de la compuerta de Peñafrancia. Estas irían hasta el techo y solucionarían el problema de la retención, costando un total de 4.000 euros. También propusieron cambiar las estructuras actuales por azudes hinchables.
Desde el Ayuntamiento no creen que exista un plan alternativo posible a la supresión total de estos elementos. La alternativa que ofrece a los piragüistas es la construcción de un pantalán a la altura del estadio de El Molinón que carezca de ningún sistema de retención de aguas, por lo que los horarios para uso no serían fijos, sino que dependería de las mareas. Ni falta hace decir que el grupo Covadonga se mostró totalmente reacio a esta oferta. Manifestaciones vecinales tuvieron lugar, destacando la organizada por la asociación de vecinos de la Guía, que llenaron el río de banderolas con los colores de Asturies y el dibujo de una piragüa. Desde un punto de vista burocrático,el equipo legal del Grupo trató de presentar un recurso a la Junta del Gobierno Local de Gijón contra el contrato de asistencia de la renaturalización del Piles, alegando que no se había incluido estudiar todas las alternativas para compatibilizar la zona baja de los ríos Piles y Peñafrancia con el piragüismo, tal y como se había estipulado en el pleno. Este recurso fue desestimado al probarse que el contrato sí incluía dicha petición. Aurelio Martín señaló al presidente del Grupo, Corripio, diciendo que «no era verdad lo que decía sobre que no hemos estudiado todas las posibilidades» **El Grupo, dispuesto a agotar todas las vías posibles para salvar su preciado espacio fluvial, inició también una acción judicial acusando a la concejalía de Medio Ambiente de «falta interesada a la verdad». **
Llegó marzo de 2022, y con él, concretamente su día 17, la presentación municipal del plan de naturalización del Piles. Un plan cuya tramitación se esperaba realizar este octubre para comenzar a trabajar en él en enero de 2023, esperando cumplir el plazo de 18 meses dado. El presupuesto, más de 3.279.106 euros, con un 88% financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el 12% restante, producto de la cofinanciación municipal. 8 actuaciones generales en cuatro puntos concretos del río y tres medidas transversales. Y sí, en el plan se incluyó la eliminación del anillo navegable. El Ayuntamiento, con paso firme hacia su propósito, empezó a prepararse para empezar el cambio. Contactaron con ‘Ecologistas en Acción’ para que les asesorase durante las obras, sin contraprestación económica y sin poder de decisión, solo como asesores. Mientras, desde el Grupo Covadonga lamentaban que no contasen con ellos para ello, aunque ellos tienen su propio proyecto, el cual no es compatible con el del Ayuntamiento. En un dardo a Aurelio Martín, la entidad declaró que era una pena que Izquierda Unida «tire por tierra el esfuerzo autonómico del PSOE por fomentar el piragüismo».
El pasado 16 de septiembre, el caso dio un giro drástico. El Juzgado de lo Contencioso número 1 de Gijón estimaba el recurso contencioso-administrativo del Grupo contra la adjudicación del contrato de renaturalización del río Piles que conlleva la supresión permanente del anillo navegable. La entidad también había recurrido contra la Resolución de la Alcaldía del Ayuntamiento de Gijón de 7 de septiembre de 2021, en las que se adjudicaba dicho contrato a la empresa Magna Dea y Taxus Medio Ambiente en Unión Temporal de Empresas. Como resultado, se anulan las mismas y se dejan sin efecto, «por ser contrarias al Ordenamiento Jurídico», indica en el fallo judicial. La magistrada del caso evidenció que si existe un problema de contaminación en el área, «los pliegos de contratación han orientado la renaturalización del Piles con eliminación de dicho anillo y reordenando la práctica del piragüismo a otro lugar, todo ello separándose de los acuerdos municipales en los que se contemplaba que el cierre no fuera definitivo, sino temporal, sin ofrecer una motivación específica que razonara este cambio de criterio». El Grupo Covadonga daba un golpe de efecto al caso con estos dos dictámenes.
Aurelio Martín compareció el 4 de octubre para asegurar que seguirían el cumplimiento de las sentencias de forma estricta y realizando un nuevo expediente administrativo que recogiese el proyecto definitivo de obra pero que, sin embargo, recurrirían ante el Tribunal Supremo de Justicia de Asturias a las dos sentencias que anulaban la adjudicación de estos contratos. Desde el Grupo pensaban que esta comparencencia sería para presentar su dimisión, pues consideran que el concejal «ha quedado inhabilitado tras su gestión en este caso», ya que esta adjudicación fue «una chapuza». Puntualizaron también que reconocen que las instalaciones tienen cierto impacto en el río, pero, en la relación entre beneficios y efectos secundarios, el balance se inclina hacia el beneficio que supone la actividad deportiva.
Así está la situación a día de hoy, aún sin resolver y con mucha incertidumbre en el aire tanto para los defensores del anillo como para los detractores. Entre los defensores se incluye el futuro candidato a la alcaldía por parte del PSOE, Luis Manuel Flórez, ‘Floro’, que declaró que «es una infraestructura deportiva que ya quisieran tener muchas ciudades», por lo que habría que intentar salvarla sin renunciar a la financiación europea. Muchas dudas sobre el futuro del anillo navegable, por lo que, tras casi 3 años de caso, tanto el Real Grupo de Cultura Covadonga como la Concejalía de Medio Ambiente se preparan ya para el tramo final de este en medio de aguas turbulentas.
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