Defender, visibilizar, potenciar y dignificar la disciplina artística de la ilustración regional. Esas son las máximas por las que se rige APIAST (Asociación de Profesionales de la Ilustración de Asturies), una asociación sin ánimo de lucro creada con el objetivo de reunir a la comunidad de la representación gráfica, ya sean trabajadores y trabajadoras en activo, parcialmente retiradas, artistas en proceso formativo o simplemente simpatizantes. Una red que permita impulsar su campo y protegerse ante las amenazas y las constantes faltas de respeto que vulneran su integridad como profesionales. Desde su puesta en marcha a finales de 2024, la iniciativa ya ha sumado sesenta socios. El pasado jueves, llevaron a cabo su presentación oficial en el Museo Barjola, con la inauguración de una exposición que muestra cincuenta obras realizadas por una parte de sus miembros y que podrá visitarse hasta el 28 de febrero.
Los miembros de APIAST, en una foto grupal junto con la concejala de cultura de Xixón, Montserrat López, y la consejera Vanessa Gutiérrez. | Marcos Fernández
La presidenta de APIAST, Eva Rami, fue la encargada de explicar durante la inauguración lo que significa este movimiento. «Yo siempre he creído en eso de que la unión hace la fuerza, y con esta asociación ocurre así. No nos consideramos competencia entre nosotros, aquí nos vemos todos como compañeros y compañeras», declaró. El camino para crearlo no fue sencillo. Así lo recordó durante su discurso para agradecer especialmente a todas las personas socias que de forma voluntaria han hecho posible que APIAST vea hoy la luz. «Tenemos compañeros que han trabajado para Netflix desde una casita en Piloña, para Spotify desde un pueblín de Siero o para Vogue desde Avilés», compartió la portavoz, resaltando el nivel gráfico asturiano y la naturaleza nómada y remota que tiene esta profesión, a veces solitaria pero siempre conectada por las emociones.
«Ilustrar es mucho más que dibujar», afirmó Rami, que quiso dejar claro que detrás de este trabajo existen años y muchos euros invertidos en formación. «Hay un proceso creativo. Hay que imaginar, organizar, hacer muchos bocetos. Pruebas de color. Cumplir tiempos de trabajo. Elaborar presupuestos y facturas. Conocer la ley que nos ampara. Somos profesionales», sentenció. Recordando a presentes y futuros clientes la importancia de su profesionalidad y exigiendo el respeto que se merecen. Y es que esta unión busca combatir la soledad del trabajo y compartir conocimientos pero también organizarse para remar en una misma dirección.
Eva Rami, durante su intervención en el Museo Barjola. | Marcos Fernández
El sector de la ilustración enfrenta numerosos retos. Algunos son viejos conocidos, como la búsqueda de la creatividad, adaptarse a a las exigencias de clientes y gestionar el pluriempleo y cuestiones fiscales propias de la condición de autónomo. Otros son nuevas amenaza. La más evidente, la de la Inteligencia Artificial. En la presentación también estuvo la consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, que en su intervención atajó directamente esta problemática: «afecta a todo el sector de la cultura, pero al de la ilustración lo hace especialmente». Por ello, valora positivamente la creación de APIAST, para que la gente vea «el enorme potencial que tiene la ilustración asturiana y lo mucho que se mueve».
Tener un canal de interlocución directo entre el sector y la administración pública es otra de las ventajas que destacó la consejera, que espera que desde el organismo público se les pueda ayudar dentro de la medida de lo posible, «no solamente a través de las ayudas, sino también con la atención para las diferentes casuísticas que puedan surgir». La fundación de esta asociación supone para Gutiérrez una oportunidad para concienciar a la sociedad sobre los derechos que existen detrás de las personas que se ganan la vida en este sector.
La exposición del Museo Barjola, bajo el título ‘Somos Apiast: La ilustración contemporánea asturiana en 50 obras’, se podrá visitar hasta el 28 de febrero. La hoja de ruta de la asociación pasa por seguir incrementando el número de socias y socios, que como desvela su presidenta, Eva Rami, «va creciendo semana a semana». Una de las primeras ideas que tratarán de llevar a cabo será la de mover esta exposición por más concejos. «Es un momento histórico. Hay otras comunidades autónomas que desde hace veinte años tienen ya asociaciones profesionales de ilustradores y aquí no la teníamos. Por lo que es un momento muy importante y viendo la acogida, estamos todos muy orgullosos». Una imagen vale más que mil palabras, algo que quienes trabajan en la ilustración saben bien. La estampa de apoyo que recibió APIAST en el Museo Barjola significa un antes y un después para el sector dentro de Asturies.