La Comisión Europea ha puesto sobre la mesa la posibilidad de reducir en un 100% las emisiones de CO2 en 2035. Esto significa que a partir de esa fecha se detendría la producción de vehículos alimentados con gasolia o diésel. La propuesta se enmarca en el plan de la UE para la neutralidad climática en 2050.
«La emisión de CO2 debe tener un precio», ha explicado la presidenta Ursula von der Leyen, que quiere un cambio en las fuentes de energía para que sean menos contaminantes. Su paquete de medidas pretende reducir las emisiones y preservar la naturaleza al tiempo que prioriza los empleos y el equilibrio social.
Sin embargo, esta propuesta tendrá que cerrarse en una negociación en el Consejo de la UE, la cámara en la que están representados los Estados Miembros. El Parlamento Europeo tendrá que ratificar las medidas, que prevén un descenso del 55% en emisiones contaminantes en 2030, en relación con la que había en 1990.