La festividad judía Lag Baomer, en el emblemático monte Meron al norte de Israel, reunía a más de cien mil personas que participaban en el mayor acontecimiento multitudinario celebrado en el país desde el comienzo de la pandemia.
El cuello de botella que provocó la avalancha humana se produjo debido al estrecho y desorganizado pasillo de salida de apenas tres metros de anchura que, según declaraciones de testigos, había sido cerrado por la policía por razones de seguridad.
El ejército desplegó centenares de soldados y unidades médicas en las tareas de rescate después de que los contingentes policial y sanitario civil se vieran desbordados.
La peor catástrofe civil de su historia ha conmocionado Israel, que regresaba a la normalidad gracias a la masiva y exitosa vacunación contra el coronavirus, que había permitido levantar hace días la obligación de llevar mascarilla al aire libre.