Aviso: puedes consultar los vídeos mencionados en este artículo en los enlaces asociados
A primera hora de la tarde del día 21 de octubre de 2022 los trabajadores la European Bulk Handling Installation (EBHI) comenzaron a descargar el buque ‘SM Roberts Bank’ en el Musel. La carga se trataba de 20.500 toneladas de mineral de hierro con destino a la fábrica de Arcelor Mittal. En cuanto tomaron la primera ‘cucharada‘ para descargar el material una enorme nube de humo negro comenzó a desprenderse del barco. La humarada era tal que podía verse desde el centro de Xixón. Por suerte, aquella tarde el viento soplaba hacia al norte arrastrando las partículas altamente contaminantes mar adentro en vez de hacia las casas próximas al puerto. Lo acontecido aquella tarde hizo peligrar el trabajo de los maquinistas que grabaron los vídeos. Para ellos y varios de sus compañeros es una prueba de que la empresa EBHI «incumple las normativas medioambientales y solo actúa correctamente cuando sus actividades tienen repercusión ante el ojo público».
Imagen extraída de uno de los vídeos grabados por los trabajadores el 21 de octubre de 2022
Los trabajadores de aquel turno comenzaron a filmar la nube e inmediatamente avisaron al SEPRONA para alertar de la incidencia medioambiental. También mandaron los vídeos a los medios de comunicación. «Tenemos medios para reducir la contaminación, pero solo se emplean cuando sale una denuncia pública», esgrime Fernando González, uno de los trabajadores de aquel turno que fue investigado por la empresa. El riesgo de contaminación era tan elevado que la autoridad portuaria ordenó parar los trabajos. A los pocos minutos se reanudaron utilizando otra cuchara, pero la polvareda volvió a elevarse y la descarga se paró de nuevo. El diario El Comercio se hizo eco de la noticia y publicó los videos esa misma tarde y los trabajos no se retomarían hasta el anochecer. El material provenía de una zona muy árida y sumada a la situación meteorológica de aquellos días en Xixón, sin lluvias y con un índice de humedad bajo, provocaron que la carga estuviera excesivamente seca. Como consecuencia, al levantarse para ser descargada del buque e introducida a las tolvas que llevan el mineral de hierro directamente a las instalaciones de Arcelor Mital, se desprende polvo.
En la imagen se observa una cuchara suspendida sobre un buque granelero | Fotografía de EBHI
La solución para evitar esta situación, cuyas consecuencias para la población pueden ser muy graves debido a la emisión de micropartículas tóxicas que terminan suspendidas en el aire, es humedecer el material. Para ello EBHI dispone de pórticos con sistema de riego y nebulizadores de agua que, sin embargo, con la sequedad del material no eran suficientes. Había que aplicar un protocolo medioambiental más costoso y que ralentizaba sustancialmente los trabajos. Tal y como relata González, poco antes del anochecer los trabajos se reanudaron. «No es la primera vez que cuando llega una carga muy polvorienta se realiza la descarga durante la noche», añade. Ahora sí, se aplicaron todas las medidas necesarias. En vez de lanzarse todo el contenido a las tolvas directamente, que tienen unos 5 o 6 metros de profundidad, el material se depositó sobre el suelo de las instalaciones. Como la distancia es más pequeña se produce un impacto menor y desprende menos polvareda. Trabajar de esta manera aumenta considerablemente el tiempo de las operaciones porque en vez de dirigirse directamente a su destino final tiene que cargarse de nuevo en camiones y llevarse hasta la fábrica. Además, dos operarios se encargaron de regar con mangueras de presión el material tanto dentro del buque, antes de ser desplazado con la cuchara, como al posarse sobre el terreno.
Trabajadores de EBHI se reúnen con la Plataforma Contra la Contaminación de Xixón para presentarles la situación.
A la mañana siguiente las instalaciones de EBHI amanecieron empapeladas de carteles que rezaban: «Prohibido grabar». La empresa abrió una investigación para encontrar a los trabajadores que habían realizado los vídeos. Es importante reseñar que en estas imágenes no se muestra a ningún otro trabajador, sino la nube de polvo y la situación general de las instalaciones en aquel momento. Finalmente, tres operarios de aquel turno fueron llevados a declarar, entre ellos estaba Fernando González que se negó a hacerlo y fue sancionado con tres días de suspensión de empleo y sueldo. La investigación no logró determinar quienes habían grabado, si lo hubieran conseguido «los trabajadores que tomaron los vídeos habrían enfrentado graves sanciones», afirma el trabajador.
Estas grandes nubes de polvo nos son habituales. Un episodio de este estilo puede producirse entre tres y cuatro veces al año ya que se originan cuando el material está en un estado muy extremo de sequedad. Sin embargo, para los maquinista es una muestra de las negligencias en materia medioambiental que se producen en esta empresa de titularidad pública. «Creo que precisamente lo público debe ser un ejemplo de gestión medioambiental», afirma González. Por su actividad y los materiales que maneja es imposible que EBHI no contamine, por eso está calificada como una empresa APCA (Actividad Potencialmente Contaminante de la Atmósfera), pero con las medidas adecuadas puede reducirse notalmente el impacto. Por ley, como todas las empresas con la etiqueta APCA, EBHI está obligada a presentar informes medioambientales anualmente, señalar todas las incidencias producidas en las instalaciones y aplicar una serie de máquinas y protocolos sostenibles. Sobre el papel, EBHI cumple estos requisitos, pero según algunos trabajadores denuncian, no siempre se siguen los protocolos ni se utilizan las máquinas cuando es necesario porque, hacerlo, supone más costes y tiempo. «La empresa tiene medios para reducir la contaminación, pero solo lo hace cuando hay una denuncia pública», denuncian desde la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI).
Almacenamiento de graneles sólidos en las instalaciones de EBHI colocados sobre la zona sin pavimentar. | Fotografía obtenida del Plan de Calidad del Aire 2014
El trabajador Fernando González señala que uno de los principales problemas de EBHI es que el terreno en el que se asienta está sin asfaltar. Es tierra desnuda sobre la que se colocan materiales altamente contaminantes como carbón y mineral de hierro. «Es una situación tercermundista. Cuando llueve se convierte en una balsa y no se puede drenar ni cepillar. Cuando sopla el viento se levanta carbón y no podemos hacer nada porque, como todo es tierra, no se puede cepillar», explica el operario. Como consecuencia, la EBHI, que mueve unos 10 millones de toneladas de graneles sólidos al año, es una de las empresas que más contamina en El Musel debido, entre otras, a la emisión partículas PM10; es decir, partículas de materiales como el hierro de diámetro igual o inferior a las 10 micras cuyo pequeño tamaño permite que sean inhaladas por el ser humano pudiendo causar graves problemas respiratorios. Después las de sanciones que el Principado impuso a EBHI en el 2015 por incumplir las normas de protección medioambiental, la empresa se comprometió a adoptar una serie de medidas urgentes, entre ellas el asfaltado de todo el terreno que nunca llegó y no tiene previsto hacerlo en el futuro cercano. El último Plan de Calidad del Aire, para el periodo 2021-2023, incluye la pavimentación de esta zona, pero aún no se ha publicado siquiera un pliego para asignar las obras.
Según el relato de González, que apoyan otros trabajadores también afiliados al CSI, no es el único requisito medioambiental que esta empresa pública incumple. En el año 2017, la EBHI adquirió una tolva ecológica y una grúa móvil por 8 millones de euros, que dispone de un sistema de aspiración de polvo, pero aún utilizan otras dos grúas antiguas sin este dispositivo medioambiental. «Para poder reducir la contaminación las dos grúas pórtico – máquinas empleadas en la descarga que es el momento de mayor contaminación – deberían tener sistema de riego en tolva siempre operativo», afirma basándose en las condiciones impuestas a la empresa en el Plan de Calidad del Aire de 2014. El riego permite humedecer el material para reducir el desprendimiento de polvo al máximo, sin embargo, el depósito del que extraen el agua “muchas veces se vacía durante la descarga y, en vez de parar a rellenarlos, se continúa”, denuncia.
Estracto del Plan de Calidad del Aire para el perido 2021-2023. En este recuadro pueden leerse algunas de las iniciativas aprobadas para las intalaciones dependiendentes de la Autoridad Portuaria en el Muelle de Marcelino León, donde se localiza EBHI.
En resumen, alegan que desde la dirección de la EBHI no motivan a la plantilla a tomar las medidas necesarias para reducir la contaminación, “solo se para la descarga cuando los maquinistas lo hacen por voluntad propia”. En los últimos años también se instalaron una serie de nebulizadores que permiten humedecer el material, pero según la experiencia de los trabajadores “hacia donde apunten da igual” y al final, se pierde su eficacia. En 2021 se aprobó un nuevo Plan Bianual de Calidad del Aire, en cuyo estudio previo se constató que la “eficacia de los nebulizadores no ha quedado probada”, por lo que insta a la empresa a colocar una barrera cortavientos en la parte trasera de sus instalaciones. Esta obra se encuentra actualmente en proceso de licitación. Con cada denuncia de operarios como Fernando González su propio trabajo peligra. Pero están convencidos de que solo mediante la exposición de la mala praxis de la empresa lograrán que la actividad de EBHI sea lo más limpia posible. Para que los vecinos y vecinas de la zona Oeste de Xixón, que están expuestos a uno de los aires más contaminados, de España tengan un respiro.