Hace siete años el concejo de Avilés consiguió erradicar el sinhogarismo. Convertir a las personas sintecho en una de las prioridades políticas del ayuntamiento y una inversión anual de 680.000 euros son los secretos del triunfo avilesino. Ahora Xixón y otros 6 municipios de España quieren apuntarse el mismo tanto. El primer paso para conseguirlo lo van a dar gracias al proyecto piloto ‘Derechos al hogar’ que se basa en garantizar el acceso a la vivienda para que las personas sin hogar puedan dejar de serlo y vuelvan a ser ciudadanos autónomos. Tal y como insistieron sus impulsores durante la presentación en el Ayuntamiento de Xixón, este programa llega en el momento perfecto pues se puede financiar gracias a los fondos Next Generation que aportarán 25 millones al proyecto en España, de los cuales 2,2 le corresponden a Asturies.
Basada en la metodología del programa ‘Housing First’, que puede traducirse como ‘El alojamiento primero’ y del que ya se benefician 42 personas en Asturias, ‘Derechos a la vivienda’ pretende cambiar el paradigma de intervención del sinhogarismo para poder erradicarlo. El modelo tradicional, aquel que se basa en albergues, servicios de comedor y roperos, permite paliar las necesidades de las personas sin hogar, pero no es efectivo a la hora de ayudarles a salir de esta situación como demuestra que el 44% de las personas que viven en la calle en España lleven más de tres años sin hogar. Cuando se produce esta situación hablamos de “institucionalización del problema”. En esos casos las personas están cada vez más aisladas del resto de la sociedad y su proyecto de vida se desmorona.
Los promotores de ‘Derechos a la Vivienda’ y ‘Housing First’ creen que el primer derecho de una persona debe ser tener una vivienda digna. Esto le permite volver a recuperar su conexión con la comunidad, amplía sus posibilidades de búsqueda de trabajo e incluso de acceso a otras ayudas que le permitan prosperar y, en definitiva, recuperar su proyecto de vida. En palabras de la directora general de Provivienda,Gema Gallardo, “la vivienda tiene que servir de eje vehicular para tener otros derechos”. Así lo ha demostrado el programa ‘Housing First’ que en Asturias proporciona 41 hogares para 42 personas y según relata la consejera de Derechos Sociales Melania Álvarez “se está probando como la mejor solución para que las personas recuperen su proyecto de vida”.
Los números de ‘Derechos a la vivienda’
2,2 millones de euros
2 municipios
25 viviendas de VIPASA
88 personas beneficiarias
“Según la Constitución la vivienda es un derecho, pero la práctica hemos convertido en una inversión. Algo que dejarles a nuestros hijos, nuestro patrimonio”, afirmó la alcaldesa Ana González, “ahora queremos volver a ligar la vivienda a la vida”. Para conseguirlo el programa Derechos a la Vivienda en Asturias recibirá 2,2 millones de euros de los fondos Next Generation. Con este dinero se actuará en diversas líneas para conseguir que 88 personas accedan a una de las 25 viviendas que el Principado dispondrá entre Gijón y Avilés a través de VIPASA. Dos de las viviendas, una en cada ciudad, serán «de transición» para casos urgentes. La función de estas dos casas es evirtar que personas que se han quedado en la calle recientemente pierdan su conexión con la comunidad y su situación no se cronifique.
Las otras 23 viviendas se destinarán a personas que llevan mucho tiempo viviendo en la calle y tras años de invisibilización y rechazo por parte de la sociedad se encuentran muy alejados de ella. “El 66% de las personas que usan la red de albergues de Gijón no tienen ningún tipo de ingreso y muchas de ellas tendrían derecho a alguna ayuda pero como están tan alejadas de la sociedad siquiera recurren a los recursos para conseguirla, o no saben que pueden obtenerla”, expone el director de la Fundación Municipal de Derechos Sociales, Marco Luengo. Las interesadas en formar parte del programa se convertirán en inquilinos de pleno derecho de una casa individual o compartida. Durante un tiempo estarán asesorados por trabajadores sociales que les ayudarán a buscar un trabajo, a pedir ayudas, recibir apoyo psicológio y crear vínculos con su comunidad. El objetivo final del proyecto es probar que estas 88 personas pueden volver a ser autónomas gracias a tener una casa y un acompañamiento temporal. Si lo consiguen Asturies podrá presumir de haber dado con la tecla para terminar con el sinhogarismo.