12grados

Sin cookies. Sin anuncios. Sin coste.

¿Dónde está el cine queer en Asturies? Se llama Ciclo Pulga y se ve en el MUSOC

El colectivo participa el día 22 de enero en la Muestra de Cine Social y Derechos Humanos de Asturies, con dos metrajes que se proyectarán en el CMI del Llano: "Hay que construir un cine queer que muestre que se puede ser feliz".

Por Marcos Fernández

‘Hedwig and the Angry Inch’ (‘Hedwig y la Pulga rabiosa’) es una película icónica dentro del cine queer. Referente para su colectivo, también para les asturianes Alba Villarmea (1995) y Alejandro Artime (1999), que junto con Jaime Fernández (Mallorca, 1996) forman el equipo de Ciclo Pulga, una iniciativa que se apoya en el cine para ofrecer una visión disidente queer y asturiana. Les tres, con carreras profesionales relacionadas con la imagen, se conocieron en Barcelona. Apasionades por el séptimo arte y concienciades con la fiel representación del movimiento, se hicieron la siguiente pregunta: ¿Dónde está el cine queer en Asturies? Buscaron entre cineastas, archivos locales, películas… No encontraron una respuesta precisa, pero sí un proyecto: crear una genealogía del cine queer asturiano.

 

Alejandro Artime y Alba Villarmea, durante la primera edición de Ciclo Pulga

«Sí existe una cultura cinematográfica LGTB en España, pero lo que nosotres queremos es investigar cuáles son las características concretas que diferencian a este tipo de cine en Asturies respecto al resto de comunidades», explica Artime, el único de los tres que actualmente reside en la región. La búsqueda de registros de este contenido, así como de sus autores, no es sencilla, comenta. «Encontramos metrajes más catalogados como video doméstico que cintas de gran pantalla y es complicado dar con cineastas». No obstante, todas las grabaciones encontradas son claves para entender el movimiento dentro de la frontera. Ciclo Pulga nace para saciar una necesidad, salvar y recopilar todo el material con el que escribir la historia del colectivo en Asturies. «La gente queer existía antes que nosotros y existirá después. Es importante conservar estos archivos antes de que desaparezcan», aseguran.

Otra de las metas de Ciclo Pulga es formar una comunidad. Un espacio de disidencia queer, así como fomentar su mayor y mejor representación en el audiovisual. El pasado mes de septiembre tuvieron su primer evento en Uviéu. Tres días de proyecciones, charlas y talleres que tuvieron gran acogida. «La posibilidad de hacer esto aquí y que las salas se llenasen fue una sorpresa muy guay. Es un indicador de que la gente tiene ganas de tratar este tema», considera Artime. El equipo ve el cine como una poderosa herramienta. La oportunidad para descubrir «una forma de verse reflejado y ver que no eres ni el primero ni el último al que le pasa lo mismo que a ti».

Alejandro Artime, en Uviéu

Donde les gustaría especialmente ver un cambio es en la forma en la que se plantean las tramas de personajes queer. Escapar de relatos limitantes que se centran exclusivamente en sexualidad y de enfoques exclusivamente dramáticos. Huir de las crisis de identidad, disputas familiares, desastres amorosos o enfermedades. «Hay que construir un cine queer que muestre que se puede ser feliz. Que no nos retrate como sujetos pasivos de la historia, víctimas del sufrimiento. La representación cultural es con lo que te quedas, por ello es clave construir imaginarios que muestren estas posibilidades», opina Artime y cita a la escritora Sara Ahmed: «las personas queer también merecen finales felices».

La selección de películas que el grupo ha preparado para el día 22 de enero como parte del MUSOC tienen ese toque de felicidad pese a las dificultades que envuelven a sus protagonistas. El CMI del Llano será el lugar escogido para proyectar las dos piezas escogidas. ‘Las pardas’ (Simone Sojo, 2024), un cortometraje sobre un grupo de amigas travestis que se cuelan en una piscina para sobrellevar el calor del verano y ‘Álbum de familia’ (Laura Casabé, 2024), que cuenta la historia de Claudia Pía, una persona clave en la lucha por los derechos trans en Argentina. Artime ve como una noticia muy positiva que el MUSOC haya contactado con elles, ya que es «un festival que atrae a un montón de gente» además de ser una muestra de cine que refleja un «crisol de disidencias, culturas y situaciones».

 

Pese a su corta existencia, la iniciativa ya sirve de punto de referencia para cineastas, que buscan su consejo. «La gente nos contacta para hablarnos de sus proyectos relacionados con el tema», cuenta Artime. Actualmente, piensan que el cine asturiano en general vive una época en la que se está revalorizando la temática rural y el estilo documental. Y que, los movimientos disidentes, pese a ese carácter disruptivo, también se dejan llevar en cierta medida por esta marea neoruralista. Les promotores de Ciclo Pulga están especialmente interesades en indagar en los elementos que definen al cine queer hecho desde Asturies, para descifrar «cómo la propia gente disidente asturiana se refleja a si misma en la pantalla» y atender a «como la gente que vive aquí querría verse representada».

Una vez termine el MUSOC, viajarán a Barcelona para participar en ‘Xcéntric’, unas jornadas en las que realizarán una mesa redonda compartida con un grupo de archivo queer más veterano, con el que intercambiarán impresiones. Tras ello, la mirada está puesta en planificar su siguiente evento, similar al del pasado septiembre, con tres días de actividades y cine. «Queremos crear un movimiento más grande, seguir creciendo. Nos gustaría hacer proyecciones estables mensualmente en distintas partes de Asturies», confiesa Artime, que recuerda que Ciclo Pulga no deja de ser un proyecto autofinanciado sin beneficios, por lo que son conscientes de la dificultad que ello conllevará. Pero con el creciente apoyo recibido, saben que al Ciclo Pulga le será más fácil dar saltos de gigante.