Tras su retorno a los Acuerdos de París, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha redoblado las ambiciones climáticas del país norteamericano, tratando así de liderar la lucha contra el calentamiento global y capitalizar las oportunidades de negocio de la nueva economía verde.
Después de que Donald Trump frustara su adhesión al Acuerdo de París, y tras décadas de ambigüedad en las que Washington ha supeditado su reducción de gases a los compromisos de otros grandes emisores como Rusia, China e India, Estados Unidos ha tomado decididamente la senda de la descarbonización de su economía y desafía el liderazgo de Europa en la adopción de fuentes de energía verde.
En el transcurso de la «Cumbre de Líderes sobre el Clima», Biden ha anunciado el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad para el año 2030 -ligeramente por detrás de las ambiciones de la Unión Europea- e iguala el objetivo europeo de ser neutral en carbono en el año 2050.