El BBVA anunció un plan de reestructuración de oficinas y personal que afectará a 3.800 trabajadores y que pretende cerrar 530 sucursales. De esta forma, el banco plantea un ERE que alcanzaría hasta el 16% de su plantilla actual.
Los planes de despidos se suman a los planteados por Caixabank tras la absorción de Bankia. La nueva entidad financiera pretende cesar a 8.291 trabajadores y echar el cierre a 1.500 oficinas.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha pedido a ambas entidades que recuerden las ayudas públicas recibidas durante la pasada crisis antes de plantear ajustes de plantilla.