«Si me dicen que juego un deporte de frikis, le voy a decir con mucha honra que sí”. Así habla Erik López, entre risas, del deporte que practica, el Jugger. El joven es el vicepresidente de la asociación de Jugger Castrillón y en los años que lleva practicando esta curiosa disciplina se ha encontrado con personas que han tildado su pasión de un «juego para frikis» o de «salvaje». Nada más lejos de la realidad, el Jugger Castrillón es un equipo que lleva la deportividad por bandera y en el que cualquier comportamiento agresivo está penado.
El jugger combina dos disciplinas brutales, la esgrima y el rugby, y aunque es verdad que utilizan “armas” están cubiertas de gomaespuma y se denominan sticks.»Cualquier práctica antideportiva la repudiamos radicalmente, incluyendo golpes con fuerza desmesurada y tratar de hacer daño a la otra persona”, declara López. La deportividad no queda fuera de su juego, a pesar de que aún no ha sido considerado un deporte nacional, pero, según López, poco les queda para serlo.
El Jugger es un cinco contra cinco. En un campo octogonal, cuatro jugadores de cada equipo armados con sticks y separados por un corredor que debe atravesar el encargado de anotar puntos para su equipo con el jugg o pelota. El papel del corredor se asemeja al de un jugador de rugby que busca hacer un ensayo, mientras que el papel de los demás jugadores se acerca a la “esgrima histórica, esgrima o lucha grecorromana”, explica López, y mientras los rugbistas hacen bloqueos y melés, los jugger batallan en el campo con sus armas y escudos. Este deporte de pelota y de combate, se basa en la película “Sangre de Héroes (1989)” y surgió en Alemania a principios de los 90, aunque hasta pasados los 2000 no llegó a España. En el caso de Asturies, más concretamente en Castrillón, la asociación se fundó en 2016/2017, cuando varios de sus miembros fundadores conocieron del deporte de la mano de la asociación ‘Level Up León’. Así como ellos lo conocieron a través de la divulgación de sus colegas leoneses, los de Castrillón aprovechan cada oportunidad para seguir dando a conocer su deporte. Y durante los primeros días de septiembre estuvieron haciéndolo en la Cometcon.
En España actualmente hay unos 100 equipos activos y más de 500 jugadores, según los datos de la Federación Española de Jugger. Federación -entrecomillas-, ya que, por el momento, solo pueden optar a ser asociación al no estar reconocidos como deporte. La FEJ recoge un Comité de Disciplina Deportiva (CDD) donde se puede denunciar cualquier tipo de conductas antideportivas, además del reglamento oficial y el ranking nacional. También se encargan de la orientación en la organización de torneos, la comisión de expansión para dar visibilidad y en definitiva en conseguir que sea considerado deporte.
Es un buen momento para el Jugger, el número de adeptos crece en España y después de Alemania, es el país con más presencia de este deporte. En Asturies se encuentra el núcleo de Castrillón, Xixón y Avilés. Y aunque Uviéu todavía no tiene equipo, desde la asociación de Jugger Castrillón están intentando organizar a gente para formarlo. Esperan que en los próximos años la asociación funcione en todo el territorio asturiano.
“A nivel nacional, este año hemos acogido el mundial por primera vez en Éibar (País Vasco). Hemos tenido 68 equipos y casi dos decenas de equipos extranjeros, incluso Australia y Estados Unidos”, expone López. Siendo que hace pocos años el máximo torneo que acogían era de 12 equipos, el Jugger puede presumir de estar en su mejor momento. Los de Castrillón quieren provechar el tirón para seguir creciendo y a través de su Instagram @jugger_castrillon, están encantados de recibir a nuevos jugadores.
El juego limpio, el compañerismo, el cooperativismo y la inclusión son los valores que definen este deporte desconocido aún por muchos. No clasifican ni por sexo ni por edades y practican el «autoarbitraje», por ello la honestidad y los valores son fundamentales. ¿En qué deporte sería posible que dos jugadores se pongan de acuerdo en una falta?. En el Jugger, donde la decisión final de los jugadores implicados va por encima de la opinión del árbitro. «Si el árbitro ve que tú me has dado antes, pero yo pienso que te he dado antes y tú piensas lo mismo, me levantas y da igual que haya dicho el árbitro”. Aunque si confían en mantener esta regla López duda que la disciplina pueda seguir siendo mixta según vaya ganando más adepatas y adeptos: “Si se acaba haciendo más serio como deporte, como el fútbol, por desgracia creo que va a acabar diferenciándose.”
“Un churro rosa o un palo raro”, pueden ser objeto de burla, poque “muchas veces el desconocimiento lo vemos como algo ridículo”, reflexiona el joven jugger. Aunque la mayoría de gente que se acerca a los jugadores pregunta por pura curiosidad. Durante la Cometcon, su lugar en el pabellón Festimarket tuvo gran afluencia. La pista estaba dividida en una zona de explicación y una zona de juego libre. La gente se aglutinaba frente al campo a observar con asombro el deporte. Aunque muchos ya no era algo nuevo, cogían el stick que les ofrecía la asociación y entraban al campo con decisión, prueba de que el deporte está en expansión.
Lo que para algunos no es un deporte formal, en Castrillón y en muchas otras partes del país se lo toman muy en serio. Incluso López, en su iniciación en el mundo del Jugger, pensaba que sería solo una diversión. Pero en cada partida se ha enamorado un poco más de la disciplina y ha descubierto que físicamente es mucho más exigente “a día de hoy acabo un torneo y me duele todo. Cada día me lo tomo más en serio». El juego limpio, el respeto y el compañerismo enganchan, tanto que aficionados como Erik son capaces de hacer un viaje 1000 kilómetros desde Castrillón hasta Murcia para entrenar con un equipo.