Alba Madueño Martínez (La Felguera, 2002) está viviendo un mes frenético de emociones y éxitos. La semana pasada, completó su trabajo final para graduarse en la Escuela Superior de Arte Dramático y esta semana lanzará, transformada en Albwhisp, su primer álbum, junto a su inseparable compañero y productor Whitelxck. ‘Sangrando Rosa’ es el título del LP, un trabajo de seis temas que ya viene bendecido por el gran éxito de tres de sus singles lanzados previamente. Para Alba, la música es un espacio donde gestionar sus sentimientos, un refugio donde también otras personas pueden encontrar cobijo. Pero a su vez, es una inversión, un trabajo, una oportunidad.
—¿Cómo te defines como artista?
-Estoy loca (risas). Es una pregunta un poco trampa porque he estado metida en el mundo del arte desde los 4 años y he hecho muchas cosas. Llevo cantando toda mi vida, he hecho danza y soy actriz, ahora ya licenciada. Luego está Albwhisp, que es casi un concepto. Sigue siendo Alba, porque al final soy yo quien compone y escribe las letras, pero cuando me convierto en Albwhisp pierdo la vergüenza.
—¿Cuáles son tus inspiraciones musicales?
-Una de mis inspiraciones es el sonido de los 2010, estilo Kesha o Lady Gaga en esos años, que ya usaban electrónica y autotune. Y luego más actuales, la etapa de Rojuu de hace unos tres años también me inspiró mucho en cuanto a sonido, así como Luna Ki. Son personas con las que, de una manera u otra, he tenido contacto y me he podido nutrir tanto a nivel personal como musical.
—¿La estética en tus trabajos también bebe de esa época del 2010?
—Sí, es un poco así pero algo más evolucionada. La estética ‘emo’, más underground, es muy distinta a la de ahora. A la estética ‘emo’ de entonces quise darle una vuelta con mi personalidad y con toques de lo que sería ahora considerado ‘emo’.
—Tu primer álbum, ‘Sangrando rosa’, está a punto de salir. ¿Cómo te sientes?
—Con muchas ganas. Es en colaboración con Whitelxck y producido por él. Cada uno hacemos también nuestras cosas por separado, pero tenía claro que mi primer proyecto tenía que ser junto a él. Estamos un poco asustados porque al final estas cosas siempre dan miedo, pero también hay mucha ilusión. Es una locura muy guay cuando piensas en ello.
—Imagino que detrás de este proyecto hay mucho trabajo.
—Así es. Yo quería seguir una línea temática en el proyecto que hace referencia a una etapa de mi vida . Cuando conocí a Whitelxck, ya tenía esto en mi cabeza, simplemente no había conocido a nadie que lo pudiese llevar a cabo. Le conozco desde septiembre del año pasado y es ahí cuando el proyecto se pone en pie. Pero realmente hay temas que llevan ya escritos más de año y medio.
—Antes del LP habéis ido adelantando singles que van a formar parte de él. ¿Cómo ha sido la recepción?
—Bastante loco también. En octubre saco ‘kémalos x mí’ y en cinco días tiene 10.000 visitas. Inesperado totalmente porque éramos prácticamente desconocidos. Y nuestras mayores escuchas estaban en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, y la gente pidiéndonos conciertos solo con un tema fuera. Entonces se nos abrió un mundo de posibilidades y nos pusimos a trabajar al máximo con el objetivo del LP, y mientras fuimos sacando singles, que al final fueron tres. La recepción de estos temas fue buena y mantienen unos números de escucha regulares con algún que otro pico. Es un éxito.
Portada de ‘Sangrando Rosa’
—No solo hay mucho trabajo, un LP también supone una buena inversión económica.
—Es totalmente una inversión. Esto para mí ya no es hobby, es trabajo pero sin beneficio. Todo el dinero que ganamos lo invertimos en portadas, mezclas, registros, conciertos…
—¿Cuál es la mayor virtud de ser música independiente?
—Que haces lo que te salga del coño. De hecho, he de decir que nos ofrecieron entrar en una discográfica pequeñita cuando solo teníamos dos temas fuera y lo rechazamos. Nos pasaron el contrato y no nos hizo falta ni leerlo entero. Solo con lo que nos habían dicho y lo que leímos ya teníamos la sospecha de que se intentaban aprovechar de nosotros y de nuestra condición de ser artistas emerxentes con un éxito precoz y un nicho de oyentes asentados en varias zonas de España. Lo que nos prometían no era nada que no tuviésemos ya con la diferencia de que querían llevarse un porcentaje de lo que ganásemos. No nos rentaba.
—¿Querer explotar cualquier ápice de éxito emergente es un problema en la música actual?
—La gente quiere sacar cosas todo el rato sin parar. Una de las ventajas de ser artista emerxente es que yo decido las fechas, me organizo y planeo los plazos y con quien quiero trabajar y de qué forma. Igual tengo 30 temas hechos sin sacar y algunos, igual, hasta dentro de dos años no salen, porque así lo tengo planeado. Otra cosa también es el camino de aprendizaje que te da esa libertad y las hostias que te llevas contra ti misma. Al final Whitelxcx y yo somos los que manejamos todo, el contacto con artistas, los contratos con salas… Nos sacamos las castañas como podemos.
—Tu cuenta de TikTok tiene 60.000 seguidores. ¿La ves como una herramienta clave a la hora de promocionar y mover tu música?
—Siendo totalmente sincera, la gente que me sigue en TikTok no me sigue por la música. Mi música trata mucho también sobre salud mental. Cuando escribo, lo hago como forma de desahogo, porque lo necesito. De ahí nace luego la música. En TikTok puedo subir un video sobre mi música y ese no se va a hacer viral. La gente me sigue por dos cosas: el coleccionismo de muñecas ‘Monster High’ y el activismo que hago acerca de mi trastorno de salud mental, el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). Si hay una red donde mi música realmente se mueve sería Instagram.
—¿El TLP influye en tu música?
—Para mí la música es una vía de escape. Hay gente que me dice a veces que soy demasiado explícita, pero yo lo hablo, visibilizo y canalizo como puedo. En vez de hacerme daño a mi misma tengo la salida de escribir y volcarlo ahí. Es una manera de autogestión. El feedback de la gente también ayuda. Que haya personas que se sientan identificadas con algunas cosas que escribo me duele, pero a la vez me parece importante que esa misma gente pueda ver mi música como su vía de escape.
—¿Hay mucha competencia en el mundo musical emerxente?
—Hay gente que te apoya a muerte y otra que va con esa careta pero realmente, si pueden, te hunden. Este mundillo es un poco doble cara. Es bastante competitivo.
—¿Cuál sería la mayor ayuda que un artista emerxente podría recibir?
—El dinero (risas). La visibilidad también ayuda mucho, sobre todo la que dan los medios. A mí me encanta hablar sobre mi proyecto, quien soy, que hago y lo que dejo de hacer.
—¿En qué escenarios te gustaría que se escuchase a Albwhisp?
—De momento no pienso en cosas muy grandes. De aquí, la Sala Albéniz, que es lo más. Y de fuera, La Riviera de Madrid me llama mucho la atención.
—Para terminar, ¿a que otros artistas emerxentes recomendarías?
—A Yussyao, Sanju, PauByChance, Nobodytolove… y seguro que se me olvidan muchos más.