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Emerxentes con Beatriz Chaves: «El arte me cura, me salva y me permite expresar como soy»

Docente de profesión, escritora y fotógrafa por pasión, la uvieína acaba de realizar su primera exposición, una sobre sus sueños y altos edificios.

Por Ana Ibarz

Con trece años Beatriz Chaves (Uviéu, 1998) se sentía incomprendida en los libros que leía, no representaban sus gustos ni sentimientos y por ello sintió el impulso de tomar su propio camino en la escritura, buscando compartir sus inquietudes y perspectivas. A la misma edad le regalaron su primera cámara, de aquellas digitales y diminutas, que se convirtió en su fiel compañera durante las excursiones del colegio y con la que descubrió su especial sensibilidad para capturar la esencia de edificios, apreciando sus texturas y formas. Desde aquel momento, son las pasiones que combina con su profesión, la docencia. Beatriz, quien se describe a sí misma como tímida e introvertida, encuentra en la escritura y la fotografía no solo herramientas de expresión, sino también medios para conectarse con el mundo que la rodea.

—¿Dónde nace tu interés por la lengua y la escritura?

—Desde que era pequeña, me apasionaba la clase de inglés, me parecía muy interesante tener un idioma como puente hacia otras culturas o hacia otras personas que no se comunicaban igual que tú. A raíz de este amor por el inglés, empecé a estudiar el francés en el instituto, me encantaba la forma en que se pronunciaba y sus palabras. Y después decidí estudiar la carrera de Lenguas Modernas y sus Literaturas, no solo por mi amor hacia los idiomas, si no también por mi amor hacia la escritura, la literatura y todo lo que conlleva.

—¿Qué te motivó a empezar a escribir?

—Desde muy pequeña sentí el impulso de plasmar mis inquietudes y pensamientos porque pensaba que podría haber más gente que conectara con ellos o se sintiera igual que yo. Es básicamente una necesidad de conectar y de compartir mis opiniones y sentimientos.

—¿Sobre qué te inspira escribir?

—Es un ejercicio de introspección, no me da miedo la vulnerabilidad, de hecho creo que es algo que nos hace más fuertes y más humanos. También sobre el abanico de emociones que implica el hecho de vivir; la tristeza; el dolor; la alegría; o el enamorarse. Estos son mis temas principales, pero también la dinámica de la sociedad actual, cómo está evolucionando y el ritmo frenético que sigue.

—En 2020 publicaste tu primer libro titulado ‘Hilos de voz’, un conjunto de poemas y relatos cortos, ¿qué te aportan estos géneros?

—Ambos géneros me permiten expresarme, pero de formas muy diferentes. La poesía es mucho más personal, puedo hablar de mis sentimientos, de mis miedos o inseguridades. Escribir relatos cortos o novelas me permite escribir de una forma más humana y crear otras historias, narrativas y personajes. Salgo de quién soy yo y ocupo la piel de otras personas que puede que lleven vidas muy distintas a la mía y que sean muy diferentes. 

—En 2023 publicaste ‘Al otro lado del mostrador’, ¿fue tu primer contacto con la novela corta?

—Cuando era adolescente escribí una novela corta en Wattpad que se llamaba ‘Siempre tendrás 17 años’. Era la historia de una chica que sufría acoso escolar y se sentía un poco sola, quizás un poco autobiográfico, pero también le metí elementos de misterio con la desaparición de su hermana y su fallecimiento. Hablaba de temas como el acoso escolar, el duelo, la muerte o la amistad, porque cuando tenía trece años no me sentía identificada con lo que leía y quería leer algo que fuera cercano a mi, a quien yo era y que tuviera personajes realistas que fueran palpables. 

—¿Escribir te salvaba?

—Me ayudaba mucho a conectar porque tenía una cuenta de Twitter, de Wattpad y empecé a conocer a personas que eran similares a mi, que pensaban como yo y que tenían los mismos gustos que yo. Es algo que puede darte mucho si vives en un sitio en el que no conoces gente que comparta esos intereses.

— ¿Es tu forma preferida de expresión?

—La escritura va aunada a la fotografía porque hay cosas que puedo expresar con la fotografía y otras con la escritura. Si juntas ambas, te haces una buena idea de quien soy y de que es lo que me motiva y me prende fuego al corazón. 

—¿Pondrías una por delante de la otra?

— Las dos son igual de importantes para mí, porque me permiten expresar facetas diversas de quien soy, de lo que me gusta y lo que no. Tener que escoger entre una y la otra es como si tuviera que escoger a cuál de mis perros quiero más, es imposible.

—¿Cómo empezaste a relacionarte con esta otra disciplina, la fotografía?

—Cuando tenía trece años me regalaron una cámara de fotos, de esas pequeñitas digitales. La llevaba conmigo de excursión en el colegio y me acuerdo que veía cosas como, por ejemplo, patrones en edificios o el juego de sombras y tenía una visión artística y estética muy clara. Tenía siempre una voz en mi cabeza que me decía que fotografiar y como hacerlo. A raíz de que fui descubriendo que me gustaba y que me hacía feliz, lo que al principio era un entretenimiento infantil, pasó a ser algo mucho más grande. 

— ¿La fotografía aporta la parte visual que no puedes aportar a través de la escritura?

—Con la fotografía puedes narrar historias, escribiendo puedes describir algo, tus sensaciones o como te sientes, pero con la fotografía se pueden narrar historias. Haces que la persona que ve la fotografía tenga que pensar y reflexionar, por un lado tienes el título que hace que la persona tenga ciertos indicios, pero por otra parte tienes la imagen que es algo más libre. La fotografía te permite crear historias, pero de otra forma que con la escritura. 

—Publicas un zine de fotografía, viajes y moda en el que unes estas dos disciplinas, ¿cómo surge esta idea?

—Siempre me plantee hacer algo así, crear un canal de YouTube o mi propia revista para unir todas mis pasiones. Me daba miedo exponerme de una manera tan directa y  crear una revista es una forma de exponerte, pero más privada porque no ven tu rostro y también te permite ser más selectiva respecto a lo que quieres mostrar. Si bien crear videos te da ciertas posibilidades creativas, al hacer mi propio zine tienes que encontrar otro tipo de factores que creativamente son muy importantes, entonces teniendo en cuenta que soy una persona muy tímida e introvertida, me encajó más crear mi propio zine que un canal de YouTube. 

—Has expuesto por primera vez una serie fotográfica titulada ‘Aleación de sueños y asfalto’, ¿qué la compone?

—El tema común es la ciudad de Nueva York, de un viaje que hice recientemente con mi hermana Carlota. Son fotografías que se apoyan mucho en el blanco y negro como escala cromática y hay un gran énfasis en la forma, la sombra, las texturas y los edificios. También la intención de relatar escenas cotidianas, pero desde la lejanía, de forma que las personas que salgan sean siempre anónimas, algo que hace imaginar y se convierte en un ejercicio creativo muy interesante.

—¿A qué hace referencia la palabra sueños del título? 

—Tiene un doble significado. Era un sueño mio y de mi hermana ir a Nueva York, porque hemos crecido viendo Disney Channel, éramos super fans de Glee y me acuerdo que nos encantó un capitulo en el que casi van a Nueva York, entonces siempre hablábamos de ir a nueva York y al final lo conseguimos. Pero por otro lado, la gran manzana simboliza el sueño americano. Se mezcla mi sueño personal de viajar a Estados Unidos, pero también el hecho de que sea una ciudad muy interesante, muy bulliciosa, con una energía especial y que concentra los sueños y esperanzas de muchas personas, de orígenes distintos y con formas de ver la vida muy distantes entre si.

—¿Qué crees destacas de estas imágenes?

—Tengo un estilo muy perfilado y único. Mirando las imágenes te hace pensar porque lo he fotografiado así o como he hecho. También se puede ver la influencia de Vivian Maier, me gusta mucho su trabajo porque ella siempre buscaba la persona, lo anónimo, lo cotidiano, las sombras, las formas y yo también persigo esto.

—¿Cómo es tu relación con el arte?

—Es algo que me cura, me salva, me permite expresarme como soy, conectar con otras personas y sobretodo es algo que me permite ver aún más la belleza que hay en lo que me rodea. Veo de por sí la belleza, pero el arte es una especie de lupa o lente que me hace fijarme aún más.

—¿Te frustra lo inalcanzables que son algunos espacios como artista emerxente?

—Me lo estoy intentando tomar como un camino e ir poco a poco y hacer las cosas lo mejor que puedo, con los recursos y las personas o contactos que tengo, pero sí que es un sentimiento generalizado en la gente que tiene intereses artísticos, el hecho de saber que hay personas que tengan más oportunidades que tú o más medios que tú por el hecho de tener unos recursos socioeconómicos o contactos.

—Aunque profesionalmente te dediques a la docencia, ¿qué significa la escritura y la fotografía para ti?

—Ahora mismo son un hobby pero no me importaría en un futuro dedicarme a eso, me gustaría ir probado cosas en mi trayectoria profesional y no descarto, en un futuro tarde o temprano, ver cómo puedo ir enfocando estos dos intereses que tengo.

—¿Dejarías tu profesión?

—Es posible. Pero tengo que pensarlo.