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Isabel Muñoz: «La fotografía hoy en día es todo: educa, transmite y es historia»

La reconocida fotógrafa, autora de la exposición 'Mujeres en el Congo. El camino a la esperanza', resalta la heroicidad y empoderamiento de las protagonistas: "Muchas personas hubiesen preferido la muerte, pero ellas han elegido vivir".

Por Redacción 12grados

En el museo Barjola se encuentra ahora mismo la exposición fotográfica ‘Mujeres del Congo. El camino a la esperanza’, que se podrá visitar hasta el 12 de noviembre. La muestra recoge imágenes de mujeres supervivientes de la violencia sexual, derivada del inacabable conflicto armado que se vive en el país. Mujeres cuyos rostros representan la máxima expresión del empoderamiento femenino. Las instantáneas, que están acompañadas de los textos explicativos de la periodista congoleña y premio Príncipe de Asturias de la Concordia en , Caddy Adzuba, son obra de la célebre fotógrafa Isabel Muñoz (Barcelona, 1951), cuya carrera está plagada de distinciones tanto nacionales como internacionales, tales como el World Press Photo (1999 y 2004), PHotoEspaña (2009 y 2021) o el Premio Nacional de Fotografía (2016). Premios que condecoran una carrera llena de trabajos desarrollados en multitud de países alrededor del globo. Ha vivido miles de experiencias y, al plasmarlas en sus fotografías, logra compartir y transmitir el mensaje que llevan implícito. Su trabajo con las mujeres en la República Democrática del Congo es el claro ejemplo.


Isabel Muñoz / Samuel Sánchez.

– Qué se va a encontrar quien vaya a visitar la exposición?

-Es un trabajo que permite conocer la realidad y situación de la mujer en el Congo y cómo, mediante la violencia, es utilizada como arma de guerra. También da a conocer el problema de muchas niñas en el país,algunas acusadas de brujería y otras víctimas de violaciones horribles, desapareciendo de sus casas de una forma muy extraña y apareciendo después de madrugada con signos de agresión sexual y de haber sido drogadas. Dramas horribles que viven las mujeres de este país. Sin embargo, hay otra parte de la exposición que habla sobre el empoderamiento de las mujeres. Mujeres que luchan por otras mujeres y les demuestran que ellas también pueden.

– ¿Por dónde pasa el ‘camino a la esperanza’ de estas mujeres y qué puede hacer el resto del mundo por ayudarlas?

-Es un tema complicado. La Comunidad Internacional debería poner de alguna manera esta situación como una prioridad. Que no se respeten los derechos de las mujeres, sea en el país que sea, es inadmisible. Lo primero debería ser que todos los países pidiesen un pasaporte a todos los metales preciosos que salen de ese país y que, de esa forma, se frenase de alguna manera el contrabando y en consecuencia, la sangre de estas mujeres. Por otro lado, existen organizaciones que son de grandisima ayuda, como el hospital del médico Denis Mukwege, en la provincia de Kivu del Sur, especializado en víctimas de esta violencia. Hay víctimas que están entre tres y cuatro años para lograr rehacer algo de ese cuerpo. Y después, son rechazadas por sus tribus, por sus maridos y su familia y se quedan solas y sin nada. Por ello es necesario ayudarlas. En Asturias, por ejemplo, tenéis la Fundación Pájaro Azul con Sor Ángela Gutiérrez, que sé de primera mano que cualquier ayuda económica la hacen llegar directamente. Hay que destacar también el trabajo de misioneros y misioneras que ayudan en el país y las personas que trabajan ayudando a los enfermos de salud mental de allí, que es uno de los grandes problemas olvidados de la zona.

«A mí no me gusta verlas como víctimas, sino como las heroínas que son. Y lo son porque después de ver lo que he visto y oir lo que oído, lo que han sufrido ellas…Es tremendo. Muchas personas hubiesen preferido la muerte, pero ellas han elegido vivir.»

-¿Como fue trabajar con la periodista congoleña Caddy Adzuba?

-Fue muy interesante. La conocí allá en el Congo cuando fui por otro trabajo y justo en ese momento ella había recibido el Premio Príncipe de Asturias. Hablamos y me contó la situación del país. Entonces le dije que si alguna vez necesitaba a alguien con quien colaborar podía contar conmigo. Después de un tiempo me llamó porque quería hacer esta exposición, que fue organizada por el embajador de España en el Congo, que por aquel entonces era Francisco Javier Hergueta, y se expuso primero en la propia República Democrática del Congo, tanto en la capital Kinsasa como en otras ciudades para dar voz a esta realidad que por aquel entonces no se conocía.

Caddy Adzuba fotografiada por Isabel Muñoz.

Las mujeres de las fotografías son presentadas como heroínas ¿por qué este enfoque?

-A mí no me gusta verlas como víctimas, sino como las heroínas que son. Y lo son porque después de ver lo que he visto y oir lo que oído, lo que han sufrido ellas…Es tremendo. Muchas personas hubiesen preferido la muerte, pero ellas han elegido vivir. Yo nunca pensé que el ser humano fuese capaz de semejantes cosas. Y esto lo sufren las mujeres en el día a día. El Congo está considerado entre los cinco peores países para nacer mujer. Yo espero que con las generaciones futuras la situación cambie, pero ellas lo que dicen también es que no tienen tiempo para esperar, porque de repente tras todo este sufrimiento además se encuentran sin nada. Se debería estudiar la forma de que estas heroínas se pudiesen ganar la vida por ellas mismas y pudiesen vivir dignamente. Hay que darles las herramientas para ser independientes.

-¿Es el avance de la mujer el mayor capital potencial que tiene África?

-Yo creo que lo es el avance de la mujer en el mundo entero. Es uno de los capitales que hay que reseñar, ya sea en África o en la India o en cualquier parte. Por ejemplo, cuando se da un microcrédito allí, que creo que es la forma de que la gente pueda salir adelante dignamente, normalmente se les da a las mujeres, porque no fallan.

-¿Le ha cambiado la vida esta experiencia?

-Yo creo que todo te cambia. Cómo no te va a cambiar ver una realidad tan dolorosa. Ver el sufrimiento humano…Te cambia y te afecta. Yo creo que lo que nos ayuda a vivir esta realidad es precisamente el pensar que dar voz a estas historias y luchar por conseguir el cambio es necesario y útil. Por eso es tan importante comunicar.

Fotografías de la exposición.

-¿Es la fotografía una herramienta educativa?

-Creo que hoy en día la fotografía sirve para muchísimas cosas. Sirve para educar, para testimoniar…Yo siempre digo que la fotografía hoy en día es todo. No podemos ver la fotografía como algo fijo o estático. Está escribiendo la historia. Actualmente es algo tan cotidiano que prácticamente todos tenemos un móvil que saca fotografías y eso, de alguna manera, va a trascender y ser nuestra historia. Claro que educa la fotografía. Y transmite. A través del arte puedes contar cosas que sino mucha gente no se pararía a leer o escuchar.

-Y más en una cultura tan audiovisual como la que vivimos hoy en día…

-España siempre ha sido un país muy visual. Solo hace falta ver el trabajo de los artistas que hemos tenido y seguimos teniendo.

-¿Veremos alguna otra exposición suya próximamente en Xixón?

-Me encantaría poder llevar y mostrar más cosas en Gijón, me encanta la ciudad. Me hace ilusión la idea de volver y de hecho, pienso ir antes de que se clausure la exposición en el museo Barjola.

-¿En que está trabajando ahora y en qué le gustaría trabajar próximamente?

-Siempre he tenido muy presentes los orígenes. De dónde venimos, dónde estamos y qué vamos a dejar a las futuras generaciones. Ahora estoy en Turquía para trabajar sobre los orígenes de la humanidad que están aquí, entre el Tigris y el Éufrates. Estoy también fotografiando el primer gran templo de la humanidad, el Göbekli Tepe, que data de hace 9600 antes de Cristo. Me interesa mucho este trabajo. Y luego tengo ganas de trabajar también en las cuevas de Cantabria. En España tenemos un patrimonio de arte prehistórico espectacular. Y continuaré con el tema del cambio climático a través del agua y el mar. Todos esos proyectos irán llegando.

Visitantes en la exposición.