Rodrigo Cuevas (Uviéu, 1985), el “agitador folclórico” del siglo XXI vuelve a actuar en Xixón después de haber girado por todo el mundo. Su peculiar visión del folclore asturiano que dialoga con géneros musicales contemporáneos y su estética provocadora le han convertido en un icono. Cuevas estudia, reivindica y vive lo folclórico. Cuando no está girando regresa a su pueblo en el concejo de Piloña donde impulsa el proyecto de La Benéfica, un taller cultural para dar vida a la Asturies vaciada. Hoy a las 23.00 en el escenario de Poniente presenta “Barbián”, un espectáculo de zarzuela cabaretera creado por Fernando Carmena.
Rodrigo Cuevas durante el espectáculo de Barbián
-¿Estamos ante una suerte de revolución musical a través del regreso del folclore?
-Sí. El folclore está petándolo mogollón y por fin está saliendo de los circuitos especialmente folclóricos, eso es lo interesante de esta nueva corriente. No es como el folk celta de los años 90 que llegaba nada más a un grupo muy específico. Ahora hay gente de todos los estilos que escucha folclore porque hay artistas de muchos géneros utilizando o visitando el folclore.
-¿Por qué se está produciendo?
-Creo que es gracias a una labor de los grupos y escuelas de folclore que empezaron, en los años 80, a buscar un folclore más auténtico frente al imaginario impuesto durante el franquismo. Devolvieron la tradición a los espacios lúdicos, que es en realidad su origen, donde te puedes divertir sin preocuparte de si vas bien o mal vestido y bailar en vaqueros.
-Acostumbran a definirle como “provocador”, sin su estética llamativa ¿cree que habría llegado tan lejos con el folclore?
-Yo creo que sí. Hay gente que también está teniendo éxito con el folclore y no tiene esta parte tan provocadora, como Baiuca o las Tanxungueiras. El folclore tiene vida propia, aunque a mí me guste hacer todo esto alrededor. Yo creo que mi disco se escucha, el público no solo viene a los conciertos, la música tiente entidad propia.
-La mujer asturiana tiene mucha presencia en sus obras ¿busca reivindicar su papel en el arte?
-Mujeres y hombres, no hay que olvidar a nadie. Yo, por ejemplo, recibí mucho folclore por parte de mi abuelo. Pero sí tenemos la responsabilidad de reivindicar el papel de las mujeres que ha estado en la sombra por mucho tiempo. Durante décadas se ha priorizado mucho la gaita como símbolo del folclore, que es un instrumento eminentemente de hombre. Sin embargo, todo el repertorio de pandereta, que es mucho más extenso y que tocaban principalmente las mujeres, se olvidó y no se tenía en cuenta. Ahora toca revisar todo eso y darle el valor que tiene, al final, cuando no había dinero para pagar un músico en una fiesta las que hacían el baile eran las mujeres.
-Antes de volver al pueblo vivió en Barcelona ¿salir de Asturies ayuda a apreciar nuestra tradición?
-Siempre que sales coges un poco de perspectiva para ver lo propio y observarlo desde otros ángulos. Es como contemplar un cuadro a 10 centímetros, no te enteras ni de que hay dibujado en él. Si te alejas eres capaz de apreciar su belleza y su magnitud.
-¿Revitalizar el folclore puede ayudar a combatir la despoblación del mundo rural?
-Sí. Cuanto mejor nos lo pasamos en el mundo rural más atractivo es. Tener oportunidades de trabajo es muy decisivo, pero cuando eres joven también buscas tener una vida apasionante, estar en el sitio en el que pasen cosas. El folclore puede ayudar a que la vida rural sea más atractiva a los jóvenes.
-¿Para eso recuperó el teatro de La Benéfica?
-Desde La Benéfica queremos organizar muchas cosas para que la gente joven no sienta que se está perdiendo nada por estar en Piloña, si no que se pueden hacer muchas cosas aquí y que quieran quedarse.
-En ‘Barbián’ sale de lo asturiano y se acercas a otras tradiciones.
-Este espectáculo surgió como un encargo de un festival en Madrid que se llama “Veranos de la Villa”. El director, Fernando Carmena, pensó en mi para protagonizarlo y el contenido me interesó muchísimo y ya me metí a preparar el espectáculo.
¿Cómo será presentar este trabajo por primera vez en Xixón?
-Tengo muchas ganas, además Poniente es el escenario más grande en el que he actuado nunca.
¿Le impone?
-Sí. Sobre todo, me impone enfrentarme a un escenario que parece que no tiene fin. La explanada de Poniente es un espacio muy grande en el que puede haber 10.000 personas, pero 5.000 de ellas igual están de botellón. Lo que yo hago tiene mucho diálogo. Hay una parte más animada, pero hay otras que son muy delicadas, no es el típico macroconcierto de las fiestas. Además, las canciones no estás publicadas así que la gente no se las sabe, por lo que tienes que estar todo el rato captando la atención del público. Da un poco de miedo, pero tengo muchas ganas.