Los profesionales sanitarios del Gregorio Marañón han podido realizar el primer trasplante de corazón infantil en parada del mundo. La paciente ha sido un bebé de dos meses, de nombre Naiara, cuyo grupo sanguíneo no era compatible con el del donante. La corta edad del paciente ha favorecido la operación.
Otra peculiaridad del caso es que donante y receptor se encontraban en centros distintos. El órgano, que fue trasladado por vía aérea, estuvo sometido a un periodo prolongado de isquemia fría.
El corazón, que pertenecía a un donante fallecido, fue recuperado a través de «un sistema de circulación extracorpórea». Estos trasplantes eran inviables hasta ahora. El caso de Naiara trae «mayores esperanzas» a los padres de niños con enfermedades muy graves.