12grados

Sin cookies. Sin anuncios. Sin coste.

Ídolos coreanos para fans asturianos: «Ni la raza, ni la lengua tienen que ser un impedimento para disfrutar de la música”

La asociación Asgaya, dedicada a la divulgación del K-pop en Asturias, denuncia que la CometCon no haya contado con ellas para diseñar las actividades que ofertan dedicadas a este género.

Por Redacción 12grados

Hace algo más de dos décadas que asistimos a un interesante viraje cultural en el que Corea del Sur parece estar desbancando a Estados Unidos como el líder del entretenimiento en el mundo. En 2020 la película de Bong Joon-ho, ‘Parásitos’, se hizo con el Oscar a la mejor película y en 2021 la serie más vista de las plataformas de streaming fue otra producción surcoreana, ‘El juego del calamar’. Pero si hay un producto este país asiático que se ha lanzado a la conquista mundial es el género musical conocido como ‘K-pop’. Como no podía ser de otra manera en la convención que celebra la cultura moderna, la CometCon, que termina hoy a las 20.00, se celebra en el recinto Luis Adaro y tiene un espacio en el Pabellón Central dedicado exclusivamente a actividades relacionadas con este género musical.

El K-pop es un género híbrido que combina el pop, el rock o el rap, entre otros. Su nombre proviene de la expresión korean pop (pop coreano en inglés) y el su traducción al español sería c-pop, pero así es como se llama al género musical chino, para evitar confusiones los hispanohablantes utilizan también la palabra inglesa. Uno de los elementos que más llama la atención sobre esta tendencia son las coreografías que acompañan a cada canción y que sus fans, los ‘kpopers’, se juntan para bailar. A Asturias también ha llegado este fenómeno movilizador de masas, pero a veces sus adeptos tienen dificultades para encontrar spacios donde disfrutar de su afición.

Olaya Ovies, ‘Lala’, una profesora de inglés y amante del k-pop,en 2015 fue una de las fundadoras de una plataforma desde la que promueve actividades como clases y concursos de baile, karaokes, charlas e incluso talleres de coreano, la asociación K-pop Asgaya (KPA). “Escogí este nombre porque queremos hacer un puente entre la cultura coreana y la asturiana. De esta manera tratamos de hacer una crítica constructiva hacia algunos aspectos del k-pop”, explica Lala. “No queremos caer en el fetichismo sino celebrar las cosas bonitas de este género, pero siendo conscientes de que proviene de una cultura más conservadora de la nuestra. Se trata de un producto muy marqueteado y de una industria en la que hay imposiciones estéticas, como la extrema delgadez, pueden tener un impacto negativo. Nosotras le damos una vuelta a todo esto”, prosigue.

El K-pop mueve miles de millones de euros al año. Este género está dominado por los grupos polifónicos cuyos integrantes se llaman ídolos. Estos no son solo artistas sino productos estrella del marketing alrededor de las cuales se crean artículos de consumo que se venden en todo el mundo. “Al principio la gente que nos gustaba el k-pop éramos los losesrs (los perdedores) de la comunidad friki, nadie nos tomaba en serio, y ahora puedes escuchar esta múscia hasta cuando compras en Stradivarius”, afirma Lala. De hecho, el fandom de estos grupos es tan potente que en 2020 llegaron a boicotear un mitin de Donald Trump al registrarse para acudir al evento y no ir.

Fuera de las redes la realidad es un poco más agria. Aunque consideran que la CometCon es un evento que puede contribuir a fortalecer la cultura K-pop en Asturias, desde la Asociación Asgaya muestran su decepción con la organización de la convención. “Hemos colaborado muchas veces con ellos, pero este año han traído a gente de fuera para ser jurado en los concursos sin contar con nosotras, que tenemos un contacto muy directo con el público”, apostilla. A pesar de este batacazo y el parón en las actividades que supuso la pandemia están deseando volver a organizar eventos multitudinarios como los dos encuentros de K-pop que celebraron en 2018 y 2019 en el centro comercial Intu Asturias. Antes de despedirse Lala recuerda que “no es necesario entender coreano para disfrutar el K-pop. Ni la raza, ni la lengua tienen que ser un impedimento para disfrutar de la música”.