El sol y los abanicos protagonizaron los instantes previos al inicio de la marcha del orgullo en Xixón, mientras un bullicioso mar de personas llenaba el paseo de Begoña, dando vida a un orgullo masivo. El más multitudinario de los últimos años. Antes de dar inicio al desfile, los diversos colectivos y asociaciones, encabezados por Xega, como Llar Trans, Disex, así como los sindicatos UGT, CCOO y SEAsturias, partidos de izquierda como PSOE, Sumar, Aína y también la Red Educativa de Apoyo LGTBI+ del Principado de Asturias y el Comité Ciudadano Antisida de Asturias, entre otros, se preparaban. Distribuidos por todo Begoña, cada grupo se alistaba para iniciar la manifestación que los llevaría hasta el ayuntamiento. A las 18.25, al grito unánime de «ni un paso atrás en nuestros derechos» y con la aparición de la carroza del «orgullín», acompañada por la contagiosa canción ‘Celebration’, confeti y una energía desbordante, dio comienzo la marcha.
Carroza del «Orgullín»
“Abrazando la diversidad familiar: iguales en derechos” es el lema estatal del orgullo de este año. Un lema para poner de relieve la importancia de reconocer y proteger la diversidad de las familias LGTBI+, un colectivo cuya fragilidad resuena con mayor intensidad en la comunidad arcoíris. Yosune Álvarez, presidenta de Xega, admite sin titubeos: “Ya no solo es la gente adulta, sino los hijos, hijas e hijes que empiezan a ser LGTBI+ y sus familias empiezan a ver la necesidad de unas respuestas muy concretas para ayudarles”.
No obstante el lema acogido a nivel nacional, en Asturies se ha decidido rendir un tributo especial a las necesidades propias de la comunidad con la divisa “Ley LGTBI+ en Asturias, ¡Ya!”. Asturies es una de las dos comunidades autónomas en toda España que no salvaguarda los derechos LGTBI+ en una ley propia. El texto propuesto durante la anterior legislatura quedó en la consulta pública que finalizaba en enero de 2023. “Con este cambio legislativo, esperamos volver otra vez a plantear una ley, lo único que pedimos es que cuenten con los colectivos LGTBI para hacerla. Pedimos una ley valiente, aprovechar la experiencia que hay de otras comunidades. Tenemos que ser valientes y atrevernos a pedir más cosas que pueden mejorar la vida de las personas”, declama Álvarez, con firmeza en cada palabra.
David y Giuseppe son pareja y padres de un niño de 5 años, quien aún no es capaz de entender en su totalidad porqué se reúnen en Begoña. Allí, las banderas multicolores ondeaban con gracia y los rostros se engalanaban con pinturas arcoíris. Estos padres desean construir un mundo donde su hijo y todos los demás niños puedan integrarse y convivir en armonía, sin importar sus diferencias. Las familias diversas todavía se enfrentan a la ignorancia y el desconocimiento de muchas personas. David cuenta que aún hay quienes desvían la mirada al cruzárselos y escuchar a su hijo dirigirse a ambos como «papi».
Giussepe es italiano, un país donde existen muchas más limitaciones en los derechos LGTBI+ respecto a España, “sería malo si volvemos atrás porque significaría una perdida de derechos, más que de derechos LGTBI, derechos humanos y estaremos aquí para luchar todo lo que haga falta”. Por ello, ambos se mantienen firmes en su lucha, dispuestos a darlo todo por el progreso y la equidad. Aunque la sombra de la entrada de Vox en el panorama político nacional y lo ya ocurrido en Xixón les preocupa, su esperanza permanece intacta. “Lo van a intentar, es una cuestión sistemática, ya lo vimos en estos años posteriores, cada vez que sale cualquier cuestión relacionada con los derechos sociales, la respuesta de Vox es matemática” revela la presidenta de Xega. Sin embargo, confía en la madura trayectoria del colectivo LGTBI+ y de Xega, cuyos 31 años de experiencia les otorgan la fuerza para resistir cualquier ataque. ”La experiencia nos servirá para no retroceder en derechos, no permitir que se creen ese tipo de políticas ni que echen abajo las ya implementadas», declara con voz firme y convicción Álvarez.
La marcha, desviándose del lema nacional, adquirió una magnitud sin precedentes este año, impulsada por el profundo descontento que este colectivo manifestaba hacia el pacto Foro-PP-Vox que permitió a Carmen Moriyón, la actual alcaldesa de la ciudad y en su tercer mandato, alcanzar el poder estas elecciones. El malestar en torno a esta cuestión se hizo evidente, resonando en forma de gritos de desaprobación durante la protesta, tales como «La igualdad en Xixón la sentenció Moriyón» y «Atención Moriyón, la igualdad no es una opción». Las pancartas ondeaban en el aire, denunciando este pacto con el que la comunidad LGTBI+ siente una amenaza de su libertad y derechos.
Saúl es bisexual y actualmente su pareja es una mujer, en una sociedad heteronormativa es consciente de su privilegio. “Si en lugar de estar con mi pareja, me hubiera enamorado de un hombre, viviría esos prejuicios. Cuando lo único que ocurre es que quiero a una persona, quiero a mis hijos y los quiero cuidar para que sean lo más felices que se pueda. ¿Por qué tiene que haber personas que inviertan su tiempo en hacernos sentir infelices cuando no les molestamos?”, reflexiona Saúl con convicción.
Como otras miles de personas en Xixón, Saúl sale a la calle para reivindicar que no tiene nada de lo que avergonzarse, para celebrar la diversidad y poder vivir felizmente. “Quizás mucha gente vuelva a entrar en el armario y cuando nosotros no seamos suficientes para ser el enemigo, van a ir a por otros, hasta que solo queden ellos”, agrega Saúl con preocupación mientras sigue la marabunta por la plaza San Miguel. “Personas del colectivo las ha habido siempre, lo único que estás haciendo es formar una sociedad en la que va a haber un mayor porcentaje de gente que va a vivir infeliz. Hay gente que es lo único que le preocupa, que haya un porcentaje de la sociedad a la que odia sea infeliz y el resto da igual”, refiriéndose a la problemática que supone contar con Vox en el municipio.
María y Ura también acudieron a la manifestación para celebrar su orgullo de ser quienes son y su sexualidad, desafiando a una sociedad que describen como «fascista». Casi en la plaza mayor, María compartía su sentimiento de que a su condición sexual se le suma ser de otro país, “hay un grado más alto de odio”. “Hay que partir que vivimos en un sistema heteronormativo, claramente va a haber más facilidad para la gente que cumple esos patrones y la que se sale en el ámbito que sea, lo va a tener jodido. Por eso luchamos y estamos aquí”, dice Ura.
Para ellas esta manifestación es un lugar seguro, “al final cuando colectivos que sufren las mismas opresiones nos juntamos es un lugar de más seguridad y de poder hablar sin ser juzgadas”, e hizo alusión a la necesidad de contar con espacios no mixtos en cuanto a género, a raza o a capacitismo, siendo lugares donde se coincide con personas en las mismas situaciones: “Es un chute de energía y poderío el encontrarnos peña que vivimos las mismas opresiones”. Ese lugar seguro en el que vivir sin miedo su sexualidad Ura lo encontró también en el mundo rural, un lugar al que muchas veces se le suponen prejuicios tradicionalistas, pero en el que ella encontró una actitud bastante acogedora. Como se trata de un entorno pequeño, donde la mayoría se conocen cara a cara «les resulta más fácil aceptar su persona, no solo en términos de género e identidad.»
Al llegar al último punto de la manifestación, personas vestidas de rojo se unieron formando una cadena humana, construyendo un cordón rojo frente al ayuntamiento, mientras coreaban el grito de «no pasarán», en un acto de denuncia contra la nueva formación política en el gobierno municipal de la ciudad. El escritor Inaciu Galán fue el encargado de poner el broche final a este acto cargado de reivindicación, música, diversión y mucho colorido. Un discurso cargado de denuncia y referencias al pacto de Moriyón con Vox. “Tenemos que seguir luchando. Vamos a seguir haciéndolo, porque nuestro orgullo es contra la vergüenza, contra la violencia y la LGTBIfobia, el orgullo es contra el silencio, un orgullo reivindicativo interseccional, no vamos a ser dóciles ni a estar callados, no vamos a pedir permiso por existir, no vamos a tolerar pactos con la extrema derecha, ni a permitir un solo retroceso. ¡Viva l’arguyu!”. Con la canción ‘Ay Mamá’ se concluyó el manifiesto, un himno que todos bailaron y cantaron en una plaza del Ayuntamiento abarrotada de personas.