La residencias de ancianos, que acumulaban casi la mitad de todas las muertes relacionadas con la COVID-19 en España, han reducido drásticamente los decesos gracias a la vacunación.
En la semana del 29 de marzo al 4 de abril, dos personas fallecieron en estos centros, frente a los 771 registrados dos meses antes, entre el 25 y el 31 de enero.