Las inundaciones al oeste de Alemania han registrado ya más de 160 muertos en lo que es la peor catástrofe natural de la zona en 60 años. Al otro lado de la frontera, en Bélgica, las riadas podrían haber dejado más de 35 fallecidos.
Las lluvias han remitido en el este de Alemania y el riesgo de desbordamientos es mucho menor. Sin embargo, en la parte oeste todavía se trabaja para restablecer los servicios básicos. Además, varios edificios se encuentran en riesgo de derrumbe y numerosos efectivos trabajar para asegurar los cauces de los ríos.
Angela Merkel ha anunciado «ayuda urgente» a los afectados por el desastre. La canciller ha relacionado las riadas con el cambio climático, contra el que ha reclamado «ambición y rapidez». «No se trata solo de lo ocurrido aquí, sino del conjunto de fenómenos extremos a los que estamos asistiendo», ha explicado.