«¿Por qué leen los nombres?», le pregunta un niño a su madre mientras varias activistas pronuncian en alto los nombres de las mujeres asesinadas por violencia de género en lo que llevamos de año. “Para recordar a las que ya no están”, le contesta ella. Que no caigan en el olvido, ese es el objetivo de la concentración que diversas asociaciones feministas organizan el último miércoles de cada mes en la Gota de Leche. Cada cita una de las 10 organizaciones involucradas se encarga de conducir el acto leyendo un manifiesto tras el cual se procede a la lectura de los nombres de las víctimas de feminicidio. Este miércoles 28 de septiembre leyeron 67 nombres.
Este miércoles llegó cargado de noticias agrias, en la última semana tuvieron que sumar tres nombres más. Raquel, de Palencia, Débora, de Málaga, y Maria Luisa, de Benidorm, fueron presuntamente asesinadas por sus parejas esta semana. Con ellas suman 67 víctimas de la violencia de género en lo que va de año, a las que también hay que añadir el hijo de una de ellas, también asesinado por su verdugo y los 24 huérfanos y huérfanas que dejan. Los manifestantes de Gota de Leche ataron carteles con sus nombres, su edad y su provincia en las verjas de la puerta que se encuentra en la plaza, junto a los 62 que habían colgado el mes pasado.
Este escandaloso número de feminicidios que se recordaron en el acto de Xixón, 67, difiere del número de casos que recoge el Ministerio de Igualdad. Desde enero de 2022, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género cuenta como casos de violencia de género los feminicidios perpetrados por personas del entorno de las víctimas que no sean su pareja o su expareja. En sus bases de datos se recogen 33 mujeres asesinadas a manos de su pareja o expareja y 19 por otras personas de su entorno, un total de 52 asesinatos. ¿Por qué se da esta diferencia?
“Nosotras utilizamos los datos de feminicidio.net”, explica Anahí López, portavoz de ‘Libres y Combativas’. Esta página web corresponde a una ONG que comenzó a hacer informes de feminicidios anuales en España cuando las instituciones aún solo consideraban violencia de género las ocurridas en el ámbito de la pareja. Sus criterios de recogida son más amplios que los del Ministerio de Igualdad, porque entre otros, el Gobierno solo cuenta los asesinatos perpetrados a mujeres mayores de 15 años. Erika Yunga, de 14 años, fue brutalmente asesinada en Oviedo por su vecino el pasado mes de abril. Su caso no quedará registrado entre los datos oficiales de feminicidios, pero el miércoles en Xixón sí se pronunció su nombre.
A pesar de que las cifras siguen siendo escandalosas, arrojan algo de esperanza. Según los datos del Ministerio, la cifra de 33 mujeres asesinadas por su pareja o expareja es la más baja para un mes de septiembre desde que se empezaron a registrar los datos. También las de feminicidio.net muestran una tendencia más baja que en el año anterior. Pero aún queda camino por recorrer. “Nos seguiremos reuniendo todos los meses, ojala llegue un día en el que no tengamos que sumar más nombres”, expresó Alejandra Tejón, portavoz del grupo de trabajo de Feminismo de Podemos Xixón.
Alejandra Tejón leyendo el manifiesto del 28 de septiembre
Tejón recordó que lo más importante para terminar con la lacra de la violencia de género son la educación y la prevención. “Una mujer que se encuentra en una situación de maltrato el mayor problema que tiene es la falta de independencia económica. No nos olvidemos de que la brecha salarial es muy grande, los trabajos feminizados son los más precarizados y peor pagados están. Una mujer tiene que tener un salario digno que le permita llevar adelante su vida sin tener que depender de su maltratador”, señaló. Para terminar, otro dato: solo 11 de las mujeres asesinadas este año habían interpuesto una denuncia previa y 21, de 33, aún residían con su asesino.