Una carpa situada en el Paseo de Begoña, junto al Teatro Jovellanos, será el escenario de la «Maratón de Piano» celebrado en el marco del Festival Internacional de Piano de Gijón. La cita comienza a las 10.00 horas y solo terminará a las 22.00 horas. Doce horas de música en las que se alternarán alrededor de cincuenta músicos internacionales.
Artistas nacionales, europeos, estadounidenses o incluso de india y Dubái entre otros se alternarán para sacar a las teclas obras de grandes clásicos como Bach, Profiev y Chopin. Para disfrute de todos los transeúntes que se acerque a Begoña también tocarán piezas de compositores menos conocidos.
La maratón se ha convertido ya en uno de los imprescindibles de este festival desde que lo estrenaran en la edición del año 2009. «Queríamos hacer algo especial para conmemorar la edición X. Tuvo mucho éxito así que la repetimos», explica Amy E. Gustafson, directora del festival.
Después de verse obligada a cancelar el certamen del 2020 por la pandemia, la dirección retomó con ilusión la edición del verano pasado. Sin embargo, como muchos de sus participantes internacionales no pudieron llegar a Gijón por las restricciones sanitarias, hubo que renunciar a la maratón. Gustafson celebra con ganas la oportunidad de volver a «acercar la música a la gente» con esta actividad callejera.
El público no es el único beneficiado de esta maratón pianística que llena las calles de música de gran calidad.Los jóvenes pianistas que participan en el evento tienen «la oportunidad de dar un concierto menos formal y disfrutan del escenario y del ambiente», apunta la directora.
A pesar de la ligera vuelta a la normalidad la pandemia sigue haciendo estragos en el Festival Internacional de Piano de Gijón que se tiene lugar del 11 al 25 de agosto. Muchos de los alumnos que provienen de China no han podido desplazarse para la cita porque la regulación actual del país asiático impide viajar a sus ciudadanos como medida para luchar contra los rebrotes del covid.
Ayer se celebró el primero de los conciertos con la actuación de Ching-Yun Hu en La Colegiata de San Juan Bautista con las localidades agotadas. «Todavía no es la cosa más celebrada aquí, no es como el fútbol o la música popular, pero poco a poco hemos ido haciéndonos con nuestra esquina especial en Gijón y creo que, a nuestra manera, ya somos parte una parte importante de la ciudad«, afirma Gustafson que espera que el resto del festival tenga la misma acogida.