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Mikel Herrán: “Siempre se han creado grandes meta-narrativas y mitos que justifican ciertos deseos políticos, pero ahora tienen más difusión”

Mientras termina su tesis en arqueología ‘Puto Mikel’ divulga historia con un estilo muy peculiar: “Compartir en YouTube es mi granito de arena para difundir el conocimiento que se genera en las investigaciones”.

Por Redacción 12grados

Mikel Herrán (Zaragoza, 1991), más conocido como ‘Puto Mikel’, es un arqueólogo, investigador y divulgador que hace otra historia de la historia, tratando de desvelar al gran público los mitos que nos han vendido como realidad: la leyenda negra de la conquista de América, el estereotipo de los vikingos como una sociedad extremadamente violenta o la negación en la arqueología sobre la existencia de las personas trans. Lo hace a través un exitoso canal de YouTube utilizado el humor, el disfraz y el maquillaje. Esta semana los asistentes de la CometCon han podido escuchar en directo el podcast de Mikel, hablar con él sobre historiografía y llevarse un ejemplar firmado de su libro ‘La historia no es la que es, es lo que te cuentan’.

 

¿Se puede vivir de la investigación arqueológica?

-En España hay que crear mejores condiciones para la investigación. De hecho, es uno de mis problemas. A mí me encanta investigar, pero para hacerlo hay que sacrificar muchas cosas de tu vida personal. Los contratos posdoctorales duran uno o dos años y hay que hacer muchas horas extra para tener logros que te permitan concatenar con otro trabajo posdoctoral o, si hay suerte, una plaza. Además, es un mundo muy competitivo.

¿Y de ser creador de contenido, se puede vivir?

-Es una pregunta que me hago cuando pienso en qué haré cuando termine la tesis. Hay plataformas como Patreon que te permiten tener unos ingresos, mayores o menores, pero estables. Esta plataforma es un micro mecenazgo en el que una comunidad de personas apoya tu trabajo con la cantidad de dinero que elijan. Creo que estas iniciativas colaborativas ayudan mucho. En otras plataformas, como YouTube, no son muy claras con la forma en la que calculan los ingresos y es difícil saber lo que puedes ganar con cada vídeo.

¿Por qué empezó e a subir vídeos a YouTube?

Me frustraba que todo el conocimiento al que yo accedía a través de conferencias y charlas se quedara ahí sin que casi nadie lo escuchase y quise aportar mi granito de arena compartiendo este conocimiento en YouTube. Después empecé a ver muchos video-ensayos que hacen divulgadores anglosajones relacionando cuestiones del pasado con problemáticas del presente y decidí hacer algo parecido. Además, estamos en un momento en el que hay grupos que utilizan interpretaciones manipuladas de la historia para agitar ciertas identidades. Pensé que esta podría ser mi manera de contrarrestar un poco estas narrativas.

¿En las redes sociales se divulgan muchos mitos falsos sobre la historia?

Siempre se han creado grandes meta-narrativas y mitos que justifican ciertos deseos políticos, pero ahora tienen más difusión. En la Edad Media cuando un rey quería legitimar una guerra recurría a mitos para hacerlo, pero el vulgo no estaba todo el día en contacto con ese relato. La mayoría de la gente solo escuchaba hablar de ellos cuando se hacía una leva para ir a la guerra, entonces sí, les daban una “razón” para que pelearan por ella. Esto empezó a cambiar con la invención de la imprenta porque permitió repartir panfletos que expandían el alcance de las ideas. Y ahora, con internet, hay una difusión muy potente de las ideologías.

¿Cómo investiga para desmitificar un mito?

-Busco quiénes son las personas que más hayan publicado sobre el tema que voy a investigar y me preparo un dossier de notas. Después lo analizo para ver cuál es la historia o las historias que todas estas investigaciones juntas me están contando. Por ejemplo, si empiezo a trabajar sobre la ‘leyenda negra’ de España no solo acudo a los historiadores que la cuentan sino también accedo a las fuentes para ver si la interpretación que han hecho se sostiene o no.

“Algunas personas han reivindicado este año la celebración del 1300 aniversario de la Batalla de Covadonga, pero eso es una soberana mentira.”

Aprovechando que estamos en la tierra de Pelayo, ¿cuánto de mito hay en “la Reconquista”?

-Algunas personas han reivindicado este año la celebración del 1300 aniversario de la Batalla de Covadonga, pero eso es una soberana mentira. Quien situó la batalla en el 722 d.C. fue el historiador Claudio Sánchez Albornoz en base a las aproximaciones que hizo utilizando fuentes escritas tiempo después de la contienda. Él mismo explica que según esas pudo haberse dado entre el 720 y el 734, y propone el año 722, pero no lo prueba. Este año las propias personas que han utilizado los textos de Sánchez Albornoz para justificar su relato demuestran no haberle leído.

¿A quién recomienda leer o escuchar para conocer esta otra historia de la historia?

-Me gusta mucho Patricia González,(@PGonz8) que ha publicado un libro llamado ‘Soror: Mujeres en Roma’, que habla de la historia de las mujeres más allá de los estereotipos. Están también las chicas de Herstóricas (@Herstoricas) que hacen visitas y recorridos para mostrar la historia de las mujeres con perspectiva feminista. Al otro lado del Atlántico me gusta mucho lo que hace Sergio Saez Díaz (@sergiosaezdiaz) que habla de la historia de Perú con perspectiva decolonial. Y, más relacionados con el entorno académico recomiendo a Miguel Martínez (@fusonegro) o Guerra en la universidad (@GuerraenlaUni).

¿Hay un interés en el mundo académico por estudiar la historia con perspectivas de género o decoloniales?

-Hay de todo, pero creo que sí hay gente que lo está haciendo. Hablando de cuestiones como el feminismo o lo queer, las redes sociales nos muestran que hay muchas personas interesadas en estas narrativas y muchos investigadores están tratando de responder buscando las voces de las personas cuya historia nunca se contó. Como autocrítica, tengo que decir que muchas veces ocurre que Vox dice una burrada y al día siguiente un periódico publica: “Los historiadores desmienten a Vox”. Al final parece que estamos siempre a la defensiva, es importante que tratemos de construir un relato propio.

“En la Academia hay mucho urbanita y a veces pasa que vas a un pueblo e investigando un yacimiento arqueológico encuentras una herramienta y estas dándole vueltas para saber que uso tiene. De repente hablas con tu abuela y lo identifica en un segundo. Por eso es muy necesario pisar campo.”

¿Cómo vuelves sobre una investigación y encuentras aquello que nadie quiso ver antes?

-En cualquier investigación arqueológica siempre quedan incógnitas que en ese momento no se llegaron a resolver. Las nuevas tecnologías nos permiten saber otras cosas. Por ejemplo, hay herramientas con los que se puede saber los cromosomas que tenía una persona y gracias ello demostramos que no todos los cuerpos que se enterraron con una armadura eran hombres o que también hubo personas transexuales en el pasado. Ocurre algo muy curioso, en la Academia hay mucho urbanita y a veces pasa que vas a un pueblo e investigando un yacimiento arqueológico encuentras una herramienta y estas dándole vueltas para saber que uso tiene. De repente hablas con tu abuela y lo identifica en un segundo. Por eso es muy necesario pisar campo.

¿Por qué decidió escribir el libro que ayer firmó en la CometCon ?

-Cuando me propusieron hacer un libro no sabía sobre que quería hacerlo. Al final decidí hablar de historiografía para contarle a la gente que no está familiarizada con ella, de qué manera se escribe la historia que nos cuentean. La verdad que estoy muy contento con la recepción que está teniendo.

¿Qué significa para los creadores de contenido un evento como este?

-La verdad que es el primer evento de este tipo que hago. Cuando me contactaron creí hasta que se habían equivocado porque pensaba que lo que yo hacía no encajaba. Luego vi que había creadores de contenido de ámbitos muy distintos y creo que es una oportunidad muy buena para aprender de lo que hacen en otras personas. De esta manera entras en contacto con cosas que nunca hubieras conocido de otra manera.