Al menos 5.000 inmigrantes procedentes de Marruecos han logrado entrar en Ceuta a través de los espigones que separan ambos países. Se trata de una oleada calificada de inédita por el Gobierno ceutí.
Muchas de estas personas eran menores de edad. Medios de comunicación acusan al Gobierno de Rabat de hacer la vista gorda y permitir la llegada ilegal de los inmigrantes.
El hecho se produce tan solo una semana después de que se conociera que Brahim Ghali, líder del Frente Polisario enfermo de coronavirus, fuera ingresado en un hospital español para su tratamiento. Marruecos advirtió entonces de que esto podría tener «consecuencias».