Casi 40.000 perros que viven en la ciudad de Xixón. Para hacerse una idea de la magnitud de la cifra, esta es prácticamente equivalente al número de personas menores de 20 años que residen en la villa. Si a todos estos perros se suman el resto de los animales registrados como ‘de compañía’, entre los que destacan 5000 gatos, estamos hablando de Xixón como la quinta ciudad de España con mayor número de mascotas por habitante. Sin embargo, y pese a a que los animales de compañía están legalmente reconocidos como ‘seres sintientes’ y, por tanto, miembros de la familia, son más los arrendadores que se oponen a alquilar viviendas a sus dueños que los que no ven problema en ello. En otras palabras, la ciudad que presume de sus bares, sus tiendas y sus parques dog friendly no quiero perros en casa.
Perros en la zona dog-friendly de la playa de San Lorenzo.
No es un problema exclusivo de esta ciudad, así lo muestra el dato de que solo un 5% de los pisos que se alquilan en España permiten la convivencia de animales en ellos. Pero este porcentaje se ve aún más restringido en Xixón, en alguno de los principales portales inmobiliarios como son ‘Idealista’ o ‘Fotocasa’ actualmente ronda entre el 2 %. Esto supone un problema real y grande para aquellas personas que tienen mascotas, pues la gran mayoría de ellas no tienen ni el poder adquisitivo necesario ni la intención de lanzarse a ser propietarios para esquivar el veto. Sara García tiene 25 años y en 2021 pasó once meses buscando un piso en el que pudiese vivir junto con sus dos perros: **»Buscar piso ya de por sí es un infierno, pero buscar uno en el que admitan mascotas aún más. Hay poquísimos, al final tienes que renunciar a otro tipo de exigencias y escoger entre esos».
Su búsqueda no prosperaba y la agencia que la ayudaría a encontrar algo lo más decente posible no tenía buenas noticias para ella. «Al ser una chica joven y no tener aval me avisaron que sería complicado encontrar una vivienda en condiciones a un precio aceptable, eso a pesar de tener dos trabajos estables. Pero que, al ser dueña de perros, me iba a resultar completamente imposible», cuenta. Le recomendaron esconderlos e ir tanteando con los propietarios a ver cómo de receptivos eran a la entrada de animales. La última vez que pasó por el proceso de alquiler de una vivienda había llegado a un acuerdo, que era pagar a los dueños un mes más de fianza como seguro en caso de que hubiese problemas por los perros, pero finalmente tampoco resultó elegida para arrendar el inmueble. Ante tantas dificultades y tras meses de infructuosa búsqueda, desistió y siguió residiendo donde ya estaba, pero tarde o temprano tendrá que reanudar su búsqueda. «Una intenta buscar lo mejor para sí misma y sus mascotas, pero actualmente es imposible encontrar nada decente a no ser que pagues más de 500 euros al mes, y encima puede que tengas que andar escondiéndolas», se lamenta García.
La Ley de Arrendamientos Urbanos le da la potestad al dueño de la vivienda de decidir poner una cláusula en el contrato de arrendamiento para prohibir a los inquilinos la tenencia de mascotas en el inmueble. Su decisión puede deberse a múltiples factores, aunque tal y como relatan los agentes inmobiliarios, el factor principal es el miedo a que los animales causen desperfectos en el interior del hogar o molestar entre la comunidad de vecinos. La reticencia de los arrendadores aumenta conforme lo hace el tamaño del animal. Es decir, perros grandes como un Pastor Alemán o un Boyero de Berna lo tendrá mucho más difícil para encontrar un piso que lo admita que un Bulldog Francés o un gato.
Bartolomé Paños en su oficina.
Bartolomé Paños, dueño de un perro y director ejecutivo de la agencia inmobiliario Remax, conoce bien esta problemática. «Muchas veces nos vemos entre la espada y la pared cuando hay un buen cliente y un buen piso y son compatibles pero el dueño no acepta mascotas en él, ya que al final la última palabra es suya», lamenta. El agente recomienda a los posibles inquilinos «vender lo mejor posible la situación de su mascota, así como su propia responsabilidad con ella para generar confianza y convencerles en la mediación». Paños considera que es importante crear en España la cultura de que la mascota es un miembro más de la familia y que tiene su propio espacio y su propia higiene. Además apunta una cuestión interesante. En Xixón hay más de 40.000 mascotas registradas un número que va en aumento cada año. Por esto mismo Paños considera que aquellos propietarios que permitan la convivencia de animales de compañía en sus pisos tendrán muchas más facilidades para encontrar un inquilino.
Sin un cambio de la tendencia a la vista la situación es cada vez más insostenible. El número de mascotas no deja de aumentar, pero los pisos que las aceptan siguen siendo los mismos. En consecuencia, tal y como apuntaba la joven Sara García, la mayoría de los inquilinos con animales se ven obligados a ocultar su existencia llevando a posibles conflictos no solo con los arrendadores si no también con los vecinos. Aunque no es posible demostrarlo puede que esta problemática se encuentre detrás de otra cifra terrible: 675 perros y gatos fueron abandonados este años en Xixón. Los caprichos de pequeños y mayores, la falta de conocimiento sobre la responsabilidad que conlleva tener una mascota o incluso las alergias de los dueños también llevan a engrosar las cifras de abandono de animales, pero no poder encontrar un hogar en el que sean aceptados lleva a muchas personas a elegir entre vivienda o su mascota.