“La I del FICX, es de Internacional, pero desde hace algunos años también es I de Interior”, comentaba Arantxa Nieto en su presentación de la gala de clausura de la 60 edición del festival. Ese interior a la que la periodista se refería es el esfuerzo que desde que Alejandro Castaño se convirtiera en director del certamen hacen para poner en valor al cine y los cineastas de Asturies. Con un total de cinco largometrajes hechos aquí y una sección de cortometrajes dedicados a las producciones de nuestra tierrina , el FICX volvió a dejar clara su intención.
Arantxa Nieto presentando la gala de clausura del FICX.
Y es que en la periferia no solo se hace cine, sino muy buen cine. Así lo demuestran cintas como ‘Hilos’ del mierense Tito Montero que se llevó un total de dos premios: el premio del Público a la Distribución de la Sección ‘Tierres en Trance’ y el premio DAMA al Mejor Guion de una Película Española. La cinta es un retrato íntimo de la familia que nace de la búsqueda del yacimiento del abuelo, combatiente de la Guerra Civil. El cineasta aprovechó el recibimiento para celebrar el “hilo cinematográfico asturiano que se va construyendo película a película” y que sería imposible “sin la apuesta que cada año hace el FICX”. Montero tenía muchos motivos para emocionarse. Su hija, Marina Munárriz, también se subió al escenario del Jovellanos para recoger una distinción especial por su cortometraje ‘Vas a ser mi memoria siempre’, su primera película que dedica a la vida de su abuela. En su sencillo discurso la joven apuntó la importancia de premiar “el cine que pone el foco en Asturias y no solo como plató”. Esa misma intención se encuentra en ‘Europa’ de Lucas del Fresno, ganador de la sección ‘Asturies Curtiumetraxes’ que dialoga con sus raíces desde lejos, haciendo una conexión entre las montañas suizas y las asturianas.
Inés G. Aparicio recogiendo el premio Nuevos Realizadores.
Hacer cine desde la periferia y hablar de las preocupaciones pasadas y presentes no es fácil, como también recalcó Pablo Casanueva, ganador de la sección de cortometrajes Laboral Cinemateca con ‘Ocho filmes sobre la guerra’, que no dudó en agradecer su premio en asturiano. Trabajar lejos de las grandes productoras y labrarse un hueco en una industria tan compleja y en ocasiones enraizada en las burocracias de las ayudas a la cultura, es muchas veces, una lucha. A esa gesta se refirió la ganadora al premio al Mejor Largometraje de Asturies, la xixonesa Ángeles Huerta, por su obra ‘O corpo Aberto’ y le dedicó el galardón a “toda la gente que heroicamente lucha en hace cine desde Asturias”. Gente como Inés G. Aparicio, que subió con un bebé en los brazos a recoger el premio Nuevos Realizadores por ‘Canta un Batallón’. “Igual es momento de decir nuevos realizadores y realizadoras”, apuntó la cineasta, que recordó a sus predecesoras, pues en las tres últimas ediciones el galardón ha recaído en una mujer.
Las mujeres luchan también desde la periferia y para reconocer el trabajo de aquellas que fueron abriendo camino a las realizadoras Las Comadres de Asturies entregaron un premio especial a Patricia Ferreira directora y guionista icónica del cine español que se subió terriblemente emocionada a las tablas del Teatro. “Desde que Alejandro Castaño me llamó para decirme que me habían entregado el premio la noticia me viene alegrando el día, hasta hoy”, confesó, y quiso agradecer a las Comadres uno de los momentos más importantes de su vida. Cuando marcharon por España con su Tren de La Libertad, Ferreira se encargaría de documentar el viaje junto a otras decenas de cineastas. “Por aquel entonces decían que no había mujeres que hicieran cine, pero cuando estaba trabajando en Madrid y vi mujeres subidas a los árboles, en el suelo, grabando, pensaba ‘Si las hay, están aquí’”. Otra mujer que se ha labrado un hueco importantísimo en la industria del cine y ha sido merecedora de dos Goya, es la diseñadora de vestuario Sonia Grande. Por este motivo el FICX la ha galardonado con el III Premio Isaac de Riveiro a la Trayectoria Artística. Grande tuvo que escaparse de su último trabajo en París, con su amado director Woody Allen, para recoger el premio en Xixón.
Patricia Ferreira en la alfombra azul.*
No solo el cine asturiano está para presumir, la industria española goza de una salud excelente, como recordó la representante del Ministerio de Cultura durante la gala de clausura del FICX. Este año que comenzó con el triunfo de ‘Alcarrás’, de Carla Simón, en el Festival de Berlin, que ha llevado varios títulos a Cannes y a Venecia. El año que ha visto nacer a ‘Las Bestas’ de Rodrigo Sorogoyen, recientemente premiadas en Tokio y ‘Cerdita’, de Carlota Pereda, nombrado mejor largometraje europeo en Sitges. Películas comerciales y taquilleras y películas independientes que dejan hablar a nuestros creadores más originales como César Souto Vilanova que se ha llevado el premio del Jurado Español de FICX a Mejor Director y Mejor Película por ‘A Foreign Song’, una película que narra la historia de un poeta modernista y su bagaje neoyorkino.
Como dijo Arantxa Nieto la “I del FICX” es también de internacional. A través de este mar que nos conecta con las lejanas tierras donde emigraron gran parte de los asturianos y asturianas, la ola del cine independiente ha traído varias joyas desde Latinoamérica. ‘El reino de Dios’ de la mejicana Claudia Sainte-Luce se ha llevado los premios ACCIÓN y CIMA a la Mejor Dirección, la cinta es una historia sobre el fin de la inocencia de la niñes. Desde Argentina, llegó ‘Estertor’ una de las películas más comentadas del festival que no dejó a nadie indiferente y que se ha llevado el premio a la Mejor Distribución de la Sección ‘Retueyos’. “La intención de la peli es remover los cimientos del espectador e incomodarlo. Pero también despertar la conciencia de lo que puede suceder cuando hay tanta precariedad laboral y desidia”, comentó su director Basovih Marinaro. Los rostros asombrados del público al salir de las sales parecen confirmar que han logrado su cometido.
Urnas de votación del público en el teatro Jovellanos.
Aunque ‘Estertor’ removió las entrañas del público xixonés la favorita del festival fue ‘The fire Within: A réquiem for Katia and Maurice Krafft’, un filme construido con imágenes reales e impresionantes de erupciones volcánicas recogidas por los vulcanólogos que se obsesionaron con ellas. Este largometraje del Werner Herzog se llevó el Gran Premio del Público. Los espectadores también seleccionaron entre sus favoritas a ‘Cabeza y Corazón’, el documental sobre la selección española de baloncesto en silla dirigido por Ainhoa Andraka y Zuri Goikoetxea. “Este premio es un gran termómetro de que la película conecta con el públio y nos hace muy felices”, confesaron las directoras que se pusieron por primera vez detrás de las cámaras para rodar la cinta.
Con una trayectoria algo más extensa a sus espaldas el rumano Alexandru Belc estrenó su ‘Metronom’ en el FICX y se hizo con el Premio al Mejor Largometraje de la Sección Oficial ‘Retueyos’. Desde los ojos de una joven de 17 años enamorada, Belc relata una historia sobre la represión en los tiempos del régimen comunista de Ceausescu en el que los jóvenes intentan rascar migajas de libertad a través de la música. Sobre las trabas que se le imponen al arte habló el austriaco Ulrich Seidl que ganó en la Sección Oficial ‘Albar’ con ‘Rimini’ pero quiso aprovechar su discurso para condenar la censura. “Quiero hablarle a la conciencia de futuros cineastas. Que no se censuren a organismos de financiación ni televisiones. Ni tampoco hasta los que les digan que su cine no va conforme con nuestro zeitgeist (espíritu de la época). En tiempos como este la libertad del arte cinematográfico está en peligro. En tiempos como este el cine europeo necesita más que nunca de individualidad y pensamiento, propio, necesita valor”.
El director Ulrich Seidl.
Valiente, atrevido e independiente, así es el cine que se ha visto en Xixón durante los últimos ocho días. Cada noche las colas se acumulaban a las puertas de Jovellanos, en las tardes de la Escuela de Comercio, y también en los cines Yelmo y los OCINE, demostrando que existe un público ávido de historias alternativas. La dirección del festival volvió a coronarse en una edición que ha recibido el aplauso de los críticos y los espectadores. Además de la calidad de las películas, en todas las sesiones los asistentes valoraron que este año se incluyeran más salas y actividades en el centro de la ciudad, aunque algunos echaron de menos el bus lanzadera que antes acercaba a los espectadores a los Yelmo de La Calzada. Ahora las películas seguirán su camino, algunas nunca llegarán a las salas comerciales y otras quizás haya conseguido en el FICX la atención necesaria para triunfar. Después de varios y extraños días de sol para un noviembre en Xixón, el Festival de Cine se despidió con una jornada pasada por agua. Paraguas en mano los periodistas y fotógrafos aguantaron el tipo para retratar la alfombra azul, y el festival se despidió como empezó, con una gala sencilla, amena y llena de emoción.
Periodistas en la Alfomabra azul.