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Memoria histórica, nostalgia, paisajes rurales, amor y ayahuasca, los ingredientes del cine asturiano que se presenta al Festival de Xixón

Cineastas nóveles y veteranos celebran la invitación del FICX a mostrar la producción asturiana y animan a instituciones públicas y privadas de la región a apoyar más a las "películas de casa".

Por Redacción 12grados

La gran ola del cine independiente que estos días baña la costa de Xixón también trae a muchos directores de vuelta a casa. La desconexión con la propia tierra o las sensaciones encontradas al regresar a Asturies después de construir una vida fuera es, precisamente, la temática de tres de los siete cortometrajes que compiten en la sección dedicada a las producciones asturianas del Festival de Cine Internacional de Xixón, ‘Asturies Curtiumetraxes’. A los concursantes se añaden otras seis películas cortas que forman parte de la muestra de esta sección, todos ellos se podrán ver entre los días 15 y 16 de noviembre en el Teatro de La Laboral desde las 20.00 horas. Pero el FICX no solo celebra a los y las creadoras asturianas en formato corto,dentro de la muestra ‘Esbilla’ se proyectarán tres largometrajes producidos aquí mismo y en la competición ‘Tierres en Trance’ de la sección oficial participa el cineasta Tino Moreno con su última película ‘Hilos’.


Sentadas, Alex Eiffel y Marina Munárriz. De pie por la izquierda, Carlos Méndez, Berto Vázquez, Lucas del Fresno, Antonio Llaneza, Omar Tuero y Pablo J. Pérez.

La mañana del 9 de noviembre, en el espacio Spaces junto al muelle, se juntaron la mayoría de los directores y directoras asturianas que participan en esta edición. Para algunos, como Antonio Llaneza era la primera vez participando en un evento de estas características. La ilusión se apreciaba en la mirada y la sonrisa constante de este cineasta debutante que firma su primer corto ‘Lata de Sardinas’, que relata la historia de un joven que vuelve a la ciudad que le vio crecer para enfrentarse a un mundo al que ya no parece pertenecer. “Poder ver la película en la gran pantalla y hacerlo en mi provincia es fascinante y que lo vaya a ver toda mi familia”, celebra el joven que rodó el corto con un presupuesto tan mínimo como 174 euros y con material prestado por su universidad.

Con un presupuesto aún más reducido, por no decir inexistente, Marina Munárriz se ha sacado de la manga un corto rodado exclusivamente con su teléfono móvil. ‘Vas a ser mi memoria siempre’ nació como un proyecto de clase en el que Munárriz reflexiona sobre el paralelismo entra la vida de su abuela, que dejó Sama de Langreo por buscar mejores oportunidades en la ciudad, y la suya propia como estudiante en Madrid. Mientras rodaba se encontró con un sentimiento al que le gusta llamar ‘Deslocalización emocional’, un concepto que aún no sabe muy bien como poner en palabras, pero tiene que ver con el marcharse sabiendo que una parte de sí misma se queda en otro lugar.


Fotograma del corto ‘Europa’

La distancia también es la protagonista de ‘Europa’, un corto del ovetense Lucas del Fresno que triunfó en el festival suizo Journées de Soleure y se llevo el ‘Ficus de Oro’ en el Festival de Sant Joan. “Con los premios pude devolver el dinero a mi madre con el que me había pagado parte de los estudios”, confiesa del Fresno, que se marchó a Madrid a los 16 y después de terminar la carrera migró a Europa para estudiar con el director húngaro Bela Tarr. Cuando llegó a la escuela Tarr ya no la dirigía y todo había cambiado, así que se marchó a Suiza para continuar estudiando. En esa tierra cuyas montañas le hicieron volver a pensar en su Asturies natal, del Fresno rodó este corto visceral en el que el personaje principal aprende a encajar la noticia de que su madre está enferma a miles de kilómetros de él acompañando el viaje de una vaca cuyo destino es el matadero.

Los tres jóvenes cineastas competirán por el premio al mejor cortometraje asturiano junto a Juan Villa y su ‘1939’ que narra la historia de un joven republicano que tras perder la Guerra Civil desata una espiral de violencia; Pablo Casanueva con ‘8 filmes sobre la guerra’, que también vuelve su mirada a la posguerra con un retrato de la represión franquista en Ribaseya; y Elena Duque, que presenta ‘Colección privada’, un curioso experimento que consiste en un inventario filmado de una colección privada. A las puertas de la competición se quedó la artista multidisciplinar Alex Eiffel. “Quería participar para ver si ganaba dinero para ir a ver las Pirámides (de Egipto)”, confiesa con descaro, “al final entré en la muestra y también estoy muy contenta”. ‘Conciousness’ es un viaje a la conciencia de Eiffel la noche que, sin querer, experimentó un viaje psicótico de ayahuasca.


Omar Tuero y Pablo J. Pérez.

En esta muestra de cortometrajes se podrá ver también el corto ‘El repetidor’, dirigido por Román G. Mesa y producido por Pablo J. Pérez que narra la historia de un hombre de la España vaciada cuya hija periodista va a salir por primera vez en televisión, pero algo hace peligrar que pueda verla. El protagonista desquiciado por ver a su hija termina haciendo algo imposible “aunque tal y como están las cosas no se si habrá alguien en algún pueblo capaz de hacer eso”, revela misteriosamente el productor. Con poco presupuesto y mucho cariño han armado una cinta en la que quieren mostrar el mundo rural “desde lo descarnado, lo más puro, sin caer en la parodia o la romantización”, afirma Pérez. También participarán en esta muestra ‘Amanda’ de Miguel Sánchez, ‘Breves anotaciones sobre ruptura’ de Lia Lugilde, ‘I Love Esteban’ de Konchi Rodríguez y ‘Tras la pista de Durán’ de José Riveiro.

Largometrajes made in Asturies

Berto Vázquez es un asiduo del FICX, un hombre sin pelos en la lengua y empeñado en rescatar la memoria republicana que la historia reciente de España ha dejado caer en el olvido. “Los que andamos en temas de memoria democrática siempre oímos hablar de los hermanos”, comienza al remontarse a 2011, cuando nació el proyecto del documental ‘La sombra de José Vitini’ que estrena el 18 de noviembre a las 22.15 horas en la sala 3 de OCINE. Los hermanos a los que se refiere son los Vitini, cuatro hombres y cuatro mujeres, héroes asturianos del bando republicano en la Guerra Civil. En una página en internet Vázquez encontró el comentario de un francés que decía ser sobrino de los Vitini y tener mucha información y para Francia que se fue. Así comenzó un proyecto que, navegando las aguas turbias de la memoria y un presupuesto irrisorio, por fin ve la luz este 2022. Para Vázquez una de las mejores cosas de participar en el festival es que su pieza entra dentro de la ‘Cinemateca Ambulante’ que recorre el territorio asturiano y por cada pase le pagan 200 euros, “por lo menor recuperas algo de los que gastaste”. Pero da un tirón de orejas a la TPA, considera que la televisión pública debería dar apoyo al cine asturiano comprando las películas.


Guardias de asalto en la calle Diputació, Barcelona, de Agustí Centelles. Los creadores de ‘La sombra de José Vitini’ han identificado al guardia en primer plano como el mismo José Vitini.

Omar Tuero coincide en que no solo aquí, sino en toda España, no se aprecia suficiente el producto nacional, especialmente cuando hablamos de cine que vuelve a mirar al oscuro siglo XX. “Antes lo sospechaba pero ahora estoy muy convencido, el camino es intentar triunfar fuera para luego intentar obtener alguna clase de reconocimiento dentro de España”, lamenta Tuero. Lo sabe bien, su documental ‘A Mano Armada’, que se proyectará el 13 de noviembre a las 17.00 horas en la sala 1 de OCINE, se hizo con el premio a Mejor Documental en el International Filmmaker Festival de New York. La película repasa la historia de los republicanos asturianos que se negaban a aceptar la derrota de la Guerra Civil y se lanzaron al monte. Allí aguantaron, convencidos de que tras el final de la II Guerra Mundial con la victoria Aliada habría un cambio en la política española, pero eso no pasó y la historia los dejó caer en el olvido o “los convirtió en criminales”, denuncia el director que con esta producción pretender hacer justicia a esas “historias anónimass sobre lo que hizo alguien ya fuera una heroicidad o un acto miserable y que nos ponen en evidencia que ha día de hoy somos una sociedad marcada por silencios”.

Fuera de la no ficción y también en la sección ‘Esbilla’ contamos con otro representante asturiano, el largometraje ‘Vamos a Volvernos Locos’, producido por el asturiano Carlos Méndez y dirigido por José Luis Velázquez. Se trata de la precuela de un corto que estrenaron hace ya ocho años, y narra em forma de tragicomedia la historia de un amor a contracorriente. El filme se proyectará el 13 de noviembre a las 18.00 horas en el teatro de La Laboral. Mientras hablaba sobre su película, Méndez observaba con orgullo a sus colegas más jóvenes que presentan su primer corto en el FICX y piensa que con solo un poco más de implicación de las instituciones podrían ser muchos más. “Y ya no me refiero solo a lo público, también a las empresas privadas que parece que tienen miedo a invertir en cine. Cuesta mucho que nos tomen en serio”, lamenta. Por lo menos, el Festival Internacional de Cine de Xixón no se olvida de los cineastas asturianos y, al menos por una semana, los coloca en el punto de mira de la industria cinematográfica mundial.


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